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Pasión y vocación botánicamario ruiz girela

  • Una vida dedicada con pasión al conocimiento, conservación y el manejo de la flora de Sierra Nevada

  • Actualmente desempeña el cargo de director del Jardín Botánico Hoya de Pedraza

Pasión y vocación botánicamario ruiz girela

Pasión y vocación botánicamario ruiz girela

Mario Ruiz Girela, el biólogo más veterano de la Red Andaluza de Jardines Botánicos, es en la actualidad el encargado de la dirección del Jardín Botánico Hoya de Pedraza. Este último destino es el punto culminante de una carrera profesional dedicada al estudio y conservación de la flora nevadense que arrancó a principios de los 90 en la Escuela Taller promovida por la Universidad de Granada en el Jardín Botánico Alpino de la Hoya de la Mora y continuó con la participación en diversos proyectos relacionados con el estudio, la conservación y el manejo de la flora amenazada de Sierra Nevada.

-Juan Lorite, profesor de la Universidad de Granada, recientemente actualizó la Lista de especies de flora presentes en Sierra Nevada y elevó su número a 2.353 taxones. Cómo explicarías, de la manera más simple posible, a un no experto la importancia de la extraordinaria biodiversidad de la flora nevadense.

-Para apreciar el nivel de biodiversidad contenido en Sierra Nevada es suficiente con comparar con el número de especies de otros espacios naturales. Por ejemplo, la Sierra de Cazorla y Segura, un espacio de gran biodiversidad también, de mayor tamaño incluso que Sierra Nevada, tiene unas 1.600 especies, más de 700 menos que Sierra Nevada. Otro dato a tener en cuenta: del total de clases de plantas que podemos encontrar en la Península Ibérica casi un 40% están presentes en Sierra Nevada. Pero hay que ser cauto y no dejarse llevar por una euforia que podría ser desastrosa pensando, por ejemplo, que la pérdida de unas pocas especies vegetales no tiene por qué tener demasiada trascendencia. Todos los pilares y vigas de ese edificio que es la Naturaleza son importantes para su equilibrio, y puede ocurrir lo mismo que ocurre al retirar una carta de un castillo de naipes, con la diferencia de que los efectos no son inmediatos.

-¿Cuál es el origen de esa gran biodiversidad?

-Hay factores bien conocidos que han llevado a la situación actual. Por un lado la localización geográfica, al sur del continente europeo, hacia donde se vieron empujadas por los hielos las especies vegetales durante la última glaciación. Por otro su proximidad al mar, que afecta de manera evidente a los pisos de vegetación en la fachada sur, la Alpujarra. Tampoco hemos de olvidar su proximidad al continente africano, con el que estuvo unida y desde donde recibió, (y comparte), no pocas especies. Por último, el gradiente altitudinal y los materiales geológicos que conforman los suelos, silíceos en el núcleo y carbonatados en la orla. Si a esto le unimos las diferentes orientaciones que ofrecen los barrancos que corren hacia los cuatro puntos cardinales, la "oferta" de microclimas donde adaptarse fue lo suficientemente amplia para que las plantas que llegaron unas veces huyendo del hielo, otras buscando clima más fresco, encontraran su espacio.

-30 años de Sierra Nevada como espacio protegido y de políticas de conservación de especies, ¿se aprecian los efectos positivos en la flora?

-Se aprecian más y más rápido en la fauna. Por ejemplo, no cabe duda que la población de cabra montesa ha mejorado y que su comportamiento, disminuyendo muy considerablemente la distancia de huida, ha variado. Lo 'malo' es que las cabras comen 'hierba', y en determinados puntos puede provocar un impacto excesivo sobre la flora. El ganado doméstico, según todos los testimonios recogidos, ha disminuido. Pero a la vez los pastores y vaqueros no permanecen como antes ocurría con su ganado. Los rebaños se asientan en los sitios que les resultan más favorables y no los abandonan hasta que no falta pasto. El efecto de este asentamiento es particularmente notable en zonas de borreguiles bajos y prados húmedos. Hay que trabajar mucho para buscar el equilibrio entre los usos y aprovechamientos tradicionales para que la especialísima flora de Sierra Nevada no salga mal parada.

-¿Qué son más efectivas, las medidas de conservación in situ o ex situ?

-La conservación real, bajo mi criterio, es la conservación ex situ. Se ha de conservar el medio en su integridad, y esto solo es posible en el propio medio natural. La conservación en un jardín botánico, vivero, reserva… solo se debe entender como herramienta, especialmente para difundir y concienciar los valores que tenemos y que debemos conservar.

-¿Cuáles son las principales amenazas a la flora que permanecen en Sierra Nevada?

-Además de la que he citado antes en relación con la herviboría, seguramente la amenaza más importante de las que tenemos en el horizonte es la excesiva afluencia de visitantes-excursionistas. No faltará quien argumente que el número es bajo en relación con la superficie del Espacio Natural, pero a los visitantes les ocurre como al ganado, que se concentran en unas determinadas zonas, en particular en el núcleo Mulhacén-Veleta. Es necesario un esfuerzo mayor en informar sobre las normas más elementales que cumplir, que no son capricho de gestores sino actitudes encaminadas a la conservación.

-¿Se observan ya los efectos del cambio climático en la flora de Sierra Nevada?

-Puedo comentar algún dato observado y valoramos si esto ha ocurrido siempre o si se trata de efectos del cambio climático. Senecio quinqueradiatus es una especie de "margarita" cuyas poblaciones se sitúan en torno a los 2700 m. Ya se ha detectado a 3000 m. Este ascenso en su distribución también se da en una de las plantas de la orla dolomítica, Andryala agardhii, el ajonje de montaña. ¿Se trata de casos esporádicos que se han producido siempre o son indicios de los efectos del calentamiento que empuja a las plantas a colonizar cotas superiores? Los científicos pronostican que este empuje del calentamiento hará que muchas especies 'caigan por arriba' al no encontrar un hábitat adecuado. El tiempo, el implacable, (como cantara Silvio Rodríguez), lo dirá.

-¿Cuál es la planta más escasa de Sierra Nevada?

-No lo sé, y si me atreviera a nombrar sólo una sería por lo menos bastante osado. Puedo aventurar que una de las más escasas es sin duda Salix hastata subsp. sierrae-nevadae, un sauce alpino que no levanta más de metro y medio del que solo se conocen 2 localidades en Sierra Nevada que apenas suman la treintena de individuos. Alchemilla fontqueri, una 'siete-en-rama' exclusiva de Sierra Nevada, con 2 poblaciones y menos de 50 individuos reproductores; de Veronica ponae, solo tenemos constancia de una población en Sierra Nevada... y así podríamos continuar.

-¿Cuál es la especie vegetal más amenazada?

-Posiblemente Tephroseris elodes, la cineraria de Sierra Nevada. Es una especie que vive exclusivamente en los arroyos y herbazales de la Alpujarra. La paulatina disminución de los caudales, las sequías estivales pronunciadas y la contaminación del agua con un contenido excesivamente alto de nitrógeno parecen ser los factores de amenaza más importantes. En algunas localidades registradas no se han vuelto a ver individuos desde hace años.

-¿A qué planta de Sierra Nevada le tienes un especial 'cariño'?

-La verdad es que reparto entre muchas la atracción que puedo sentir por ellas. Si he de nombrar algunas... la cineraria de Sierra Nevada a la que he hecho referencia antes porque es la más abocada a la extinción por causas en buena parte naturales y por la presión que sufre por la ganadería; la manzanilla real, (Artemisia granatensis), por ser víctima sin sentido de la estupidez humana que primero la endiosa atribuyéndole propiedades que no tiene y después la sacrifica esquilmando sus poblaciones; tengo que nombrar también al ranillo de La Ragua, Ranunculus cherubicus subsp. girelai ante todo por la amistad y generosidad que demostraron los que me dedicaron el nombre de la planta, aún en ausencia de méritos por mi parte.

-¿A cuánta gente has acompañado en excursiones por Sierra Nevada? ¿A gente 'importante'?

-He acompañado y acompaño a muchas personas, no acertaría a calcular el número exacto, (desde excursiones de congresos científicos hasta grupos de escolares o asociaciones de voluntarios ambientales…), pero si he de nombrar a algunas destaco a todas las personas anónimas con las que coincido y comparto camino cuando me desplazo por la Sierra por razones de mi trabajo actual. Con sus comentarios modifico y enriquezco mis conocimientos y puntos de vista. Espero que yo también les aporte algo je, je. El hablar, la lengua como medio de comunicación y expresión del pensamiento, es lo que más nos separa del resto de animales. Deberíamos prestarle más atención y cuidado porque la tendencia general, desgraciadamente me parece, va más hacia el rebuzno que al uso de las palabras con sentido.

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