El mapa que el Ayuntamiento está repartiendo estos días en los parabrisas de los coches estacionados en las zonas afectadas por la nueva zona azul solo tendrá vigencia durante algunos meses, luego podrá sufrir cambios. Principalmente aquellos derivados de las conversaciones que mantenga el Ayuntamiento con las asociaciones de vecinos, que serán las que determinen si hay más calles que necesitan ser pintadas de azul.

La profunda reestructuración que está sufriendo el tráfico en Granada (y la que le queda tras la implantación del Plan de Movilidad) ha hecho necesaria la redacción de una nueva ordenanza que regule el tráfico en la capital. Y en ello está el área de Movilidad. Será en este documento donde haya que modificar o incluir artículos para que casos como el de Lourdes tengan una respuesta razonable.

"Ahora mismo sólo se contempla la posibilidad de vivir en un domicilio para adquirir la tarjeta de residente, pero todos estos casos habrá que contemplarlos", reconoció la concejal de Movilidad en el Ayuntamiento de Granada, Telesfora Ruiz.

Por delante queda un largo trabajo por hacer (aunque la colocación de parquímetros ha sido ciertamente rápida...). Habrá que debatir, por ejemplo, si en las zonas verdes, dedicadas inicialmente solo a residentes se incluye zona azul, cuál será la zona roja (aparcamiento de pago limitado a una hora) y cuánta necesidad de aparcamiento para residentes hay en cada uno de los barrios.

Para acometer esta labor, el Ayuntamiento ha dividido la ciudad en manzanas. En cada manzana se ha hecho un censo con los coches de residentes que hay, y con el número de plazas en superficie. En base a estos datos se hará una propuesta que el Ayuntamiento llevará a los vecinos y se redactará la nueva ordenanza reguladora del tráfico. El nuevo texto podría estar listo en un par de meses.

La ampliación de la zona azul se irá haciendo de forma paulatina. De hecho, en la manzana aledaña a la Biblioteca de Andalucía se han colocado los parquímetros pero no se han pintado todavía las rayas azules en el suelo y, en muchos casos, las canceladoras lucen una pegatina en la que se puede leer: 'máquina fuera de servicio'.

Este reparto de colores no ha conseguido el beneplácito de los grupos de la oposición, que ya alegaron en pleno municipal su disconformidad con el Plan de Movilidad. Parten de la idea de que un residente que antes no pagaba por aparcar en su calle, ahora puede que pague si en su manzana no existen zonas verdes (se barajan precios de un euro al día). "Ahora mismo libre quedarán aquellas zonas en las que no hay conflicto de aparcamientos", añadió Telesfora Ruiz.

El portavoz municipal de IU, Francisco Puentedura, cree que la ordenanza tiene por objeto cambiar las fórmulas que hasta ahora permitían modificar la zona azul en la ciudad (con las asociaciones de vecinos y en junta municipal de distrito), para que con la nueva ordenanza se pueda cambiar directamente en junta de gobierno local.