Balance de las cumbres

El paso adelante de Granada para acoger grandes eventos

Granadinos conviven con las restricciones de la cumbre

Granadinos conviven con las restricciones de la cumbre / José Velasco / Photographerssports

A cada día que transcurre, el poso que deja la celebración en Granada de las cumbres europeas es de éxito total, y de que la ciudad y la provincia han dado un salto adelante en cuanto a seguridad y solvencia a la hora de acoger grandes eventos. Esta tarjeta de presentación es la que se va a pretender usar ahora para atraer acontecimientos de orden internacional y dan también garantías para la organización del siguiente hito, la entrega de los Premios Goya del año 2025, también en el Palacio de Congresos.

Será el siguiente rubicón que tendrá que cruzar la ciudad. Una Granada que este 2023 va a quedar irremediablemente marcada por la celebración de dos grandes acontecimientos que han requerido el cierre de la ciudad casi al completo, con el establecimiento de medidas de seguridad amplias y férreas, con restricciones de uso del tráfico y del transporte público: las cumbres europeas y en mayo, el desfile de correspondiente al Día de las Fuerzas Armadas.

Ambos eventos tienen sus diferencias y mostraron algunas fortalezas que quizás la ciudad desconocía de ella misma. De entrada, resiliencia de los vecinos de la ciudad. En los dos casos, Granada quedó completamente restringida al tráfico y la movilidad habitual. En el caso del desfile, incluso volcándose como público en las calles, en un evento que fue más incómodo quizás que las propias cumbres europeas. Si las últimas se ciñeron a la zona centro de la capital y al entorno del Palacio de Congresos y la Alhambra, el Día de las Fuerzas Armadas requirió de un esfuerzo mayor, con el corte a la circulación de arterias principales como la avenida de la Constitución, Severo Ochoa, Fuentenueva, Camino de Ronda y su alternativa, la calle Méndez Núñez. En los dos casos, el aumento del uso del transporte público puso a prueba la fortaleza del sistema, que respondió.

Otra diferencia entre ambos eventos que han marcado la ciudad durante los últimos meses es la duración. Si bien en las cumbres europeas se ciñeron a dos días, se le suma un tercero, el anterior al inicio el pasado jueves 5, cuando empezaron los primeros controles y perimetrados alrededor del Palacio de Congresos. El desfile de las Fuerzas Armadas puso más días a prueba a los granadinos. Aunque la exhibición duró una mañana, los cortes y preparativos duraron prácticamente lo mismo con las colocación de gradas, vallado y toda la logística que supusieron todas las comitivas y sus vehículos para el cortejo.La convivencia, además, con controles de seguridad y la presencia de militares, por un lado, y de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, mayoritariamente Policías Nacionales y Guardias Civiles, también ha servido para reforzar el desempeño y coordinación de estos con la Policía Local de Granada, con una labor de apoyo y conocimiento clave como primer eslabón de la cadena para conocer los puntos fuertes y débiles de la ciudad en cuanto a seguridad.

La capacidad hotelera se ha visto también forzada hasta prácticamente el límite por tener que dar alojamiento, ya no solo también a los elementos de seguridad, casi 5.000 personas, sino la suma de todo el personal de la organización de la Presidencia española de la UE, y todas las delegaciones, 51 en total según informó la organización. Este, junto a la mejora en las infraestructuras y sobre todo las comunicaciones por tren y avión de la ciudad, son los dos aspectos en los que Granada tiene que apretar para dar otro salto de calidad en su economía. Tener como carta de presentación acoger dos citas de este tipo en menos de seis meses se ha convertido incluso en un aval, un as en la manga.

Porque después de esto Granada no tiene a corto plazo grandes eventos internacionales. Ya no unas cumbres europeas como estas, ya que son muy excepcionales, y será difícil que la ciudad reúna de nuevo a tantos jefes de Estado y de Gobierno. Los tiene como mucho nacionales y a medio plazo con la gala de los Premios Goya, comprometidos para el año 2025 por el anterior equipo de Gobierno del Ayuntamiento y la Academia del Cine español. El Palacio de Congresos será su sede y aunque el edificio ha sido capaz de acoger a miles de personas en su interior a la vez, por ejemplo los periodistas coincidían en que las restricciones de espacio en algunos casos fueron molestas. Aun así, no moverá tantas personas como las dos cumbres. Y ya en el largo plazo, la ciudad aspira a ser Capital Europea de la Cultura. Si bien no es un acontecimiento concreto, sino que abarca una dimensión temporal de un año, las cumbres sirven también como aval para conseguir que Europa conceda esta celebración a Granada.

Los grandes eventos culturales y políticos han tomado el relevo a los deportivos en la agenda de la ciudad, que hasta ahora había mostrado su solvencia para ser sede de competiciones de todo tipo. Los años noventa fueron los más importantes, cuando la ciudad organizó los Mundiales de esquí de 1996, con un dispositivos similar al de las cumbres, y el rally Dakar, que también cortaba grandes avenidas de la ciudad. Y más recientemente, la Universiada, que quedó en poco, y en baloncesto el Mundial y el Europeo como subsede. Pero en deporte, Granada se ha quedado atrás en competiciones de altísimo nivel y envergadura.

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