Cumbre europeas

"Ha estado a la altura y con creces": la Granada que queda tras en el evento más importante en su historia moderna

Los medio centenar de líderes europeos, durante la actuación de Marina Heredia en los Jardines del Partal

Los medio centenar de líderes europeos, durante la actuación de Marina Heredia en los Jardines del Partal / Miguel Ángel Molina / Efe

Granada deja atrás las cumbres europeas. Como vinieron se van y ahora tocará hacer balance, mucho, de lo que ha supuesto el mayor evento internacional celebrado en la ciudad al menos en su historia moderna. Pocas veces, por no decir ninguna, la capital ha sido el centro neurálgico de decisiones importantes para el futuro del mundo, que aunque esto se ciña a Europa, roza Asia y África. Muy pocas veces por no decir ninguna, cerca de medio centenar de presidentes y máximos mandatarios de países han estado a la vez en Granada. Ni con los Mundiales de esquí del 96, quizás el otro gran hito internacional celebrado en Granada, sobre todo en Sierra Nevada, este de índole deportiva. Jefes de Estado y Gobierno de potencias mundiales que siempre se ven por televisión, y que ahora han estado en el Patio de los Leones, en el Palacio de Carlos V, que han llegado a la ciudad por la que era la carretera de Armilla de toda la vida, la vieja N-323. Por ahí han pasado Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Rishi Sunak, Olaf Scholz, Ursula von der Leyen, y hasta Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, un país que sufre la peor guerra europea desde el conflicto de los Balcanes.

Lo valoraba así Guillermo Pascual, corresponsal de Antena 3 en Bruselas enviado especial a Granada para cubrir las cumbres de la Comunidad Política Europea y el Consejo informal de la UE: "Hay que tener en cuenta que entre las comitivas estaba Zelenski, ahora mismo junto con Putin, el hombre mas amenazado del mundo, y eso conlleva unos sistemas de seguridad adicionales que se han puesto en práctica y creo que están funcionado". Nadie como aquellos que viven cada tres meses cumbres de este tipo y otros grandes eventos de corte político para valorar si Granada ha estado a la altura. "Lo ha estado y con creces", sentencia el periodista. "Estamos ante una de las cumbres más complejas. Mover por una ciudad que no está acostumbrada como es Bruselas, donde las dinámicas están hechas, encima por diferentes escenarios, porque se ha usado el Palacio de Congresos, la Alhambra, los hoteles, en un reto logístico enorme y está saliendo muy bien", sentenciaba el periodista.

Es decir, la ciudad ha sido capaz de organizar con suficiencia durante prácticamente tres días algo que suele estar reservado para grandes capitales europeas y mundiales. Eso, de entrada, consolida la imagen de la ciudad. Los expertos coinciden en que la foto de los casi medio centenar de líderes europeos en la Alhambra, y que esta haya aparecido en informativo, tiene un impacto "brutal". Primero por el simbolismo del lugar como sitio multicultural, que viene a condensar lo que es Europa y lo que pretende ser en el futuro la UE, todo en un mismo sitio. Segundo, por los impactos económicos que están aún por evaluar. De entrada, de forma directa, están cifrados en ocho millones de euros solo en el sector de la hostelería. Lo siguiente es ver hasta qué punto la imagen sale reforzada de cara a la consecución de nuevos inputs turísticos. La ciudad necesita vuelos de rango internacional, ya que dentro de apenas unas semanas perderá la conexión aérea con Londres, quedando solo Paris como destino extranjero de la terminal. En pocos días, el Aeropuerto habrá pasado de recibir vuelos, aunque sean privados, de todos los puntos de Europa y con cierta solvencia, a apenas una decena de operaciones con destinos nacionales.

Las infraestructuras han sido punto de conversación entre los muchos trabajadores que esta cumbre ha traído de fuera, entre policías, miembros de la Presidencia y la organización, y periodistas. La mayoría coincidían en el déficit de infraestructuras que hay para llegar a la ciudad, sobre todo al aeropuerto. La mayoría de corresponsales, por ejemplo, llegaron a través de Málaga o a través de los vuelos directos con Madrid o Barcelona.

Sin embargo, en lo que se refiere a infraestructuras internas de la ciudad, Granada ha aprendido la lección. Los transportes públicos han aumentado su número de usuarios. Un taxista, en la noche del jueves, comentaba a esta redacción que el tráfico había sido "el normal", y que sólo en algún momento, en Recogidas y en hora punta, se avanzaba de forma más lenta. Esta es una de las calles con circulación restringida de forma parcial en la ciudad, y no es una de las que soporte más tráfico privado habitualmente, a pesar de ser una arteria principal. Las paradas estaban normalmente más llenas de lo cotidiano, abundaba el chófer, algo que se corroboró también en las de autobuses durante jueves y viernes.

El dato lo pone el Metro de Granada: solo en una jornada incrementó su cifra de viajeros en 10.000. Esto provocó algunas quejas de viajeros, también en horas punta, por las aglomeraciones en los trenes. Aun así, durante el resto de las dos jornadas, el servicio funcionó con la precisión habitual, y los problemas detectados para horas punta tienen solución en la infraestructura con la futura incorporación de tres trenes a la flota en diciembre, que además de asegurar material rodante de sustitución, puede usarse también dobles composiciones.

Si a esto se suma que en dos días, la movilidad en la ciudad ha sufrido molestias, pero no ha sido el caos esperado, el examen que ha pasado la ciudad da para nota. Los ciudadanos ha tomado conciencia de las restricciones y, salvo por los impedimentos de seguridad, se ha descubierto que un centro sin tráfico rodado no es la hecatombe que muchos sostienen. Basta con tener previsión para que la ciudad, pese al blindaje por seguridad, haya sido incluso más amable de lo normal. 

La vuelta a la normalidad de la ciudad se irá recuperando con las horas y este sábado ya todo será como antes de la cumbre. Las principales arterias cortadas por la cumbre se fueron reabriendo durante la tarde, una vez que los líderes europeos concluyeron la reunión informal del Consejo de la UE, que se alargó en el tiempo tanto que lo que estaba previsto que estuviera reabierto a las seis de la tarde lo hizo horas más tarde. Ya quedará por recoger todo el tinglado, sobre todo en los exteriores del Palacio de Congresos y en su interior.

Un Palacio de Congresos que, pese a las limitaciones de espacio de las que se quejaron algunos periodistas, que lo asemejaron a un búnker (aunque no fue una opinión general) acogió en su interior a miles de personas. "Las condiciones de la zona de prensa no son soberbias, estamos bajo tierra, no hay luz del sol, pero soy di bocca buona, pero el contexto urbano, histórico y arquitectónico de Granada es una recompensa y da valor a lo que se hace aquí. Hace incluso que el trabajo duro sea agradable", decía Antonio Pollio Salimbeni, corresponsal en Bruselas del periódico y la agencia italiana Il Sole 24 Ore. "Tal vez mirando a la Alhambra salgan artículos mejores", bromeaba.

El Palacio descansará unos días hasta que a finales de mes vuelva a acoger una gran cita, no tan de pompa y boato como esta, pero clave, esta sí, para el futuro de Granada: del 22 al 27 de octubre la vigésimo primera edición de la Conferencia Internacional de Materiales de Fusión Nuclear (ICFRM), un nuevo espaldarazo al proyecto del acelerador de partículas IFMIF-Dones. La ciudad, de nuevo jugando sus cartas en el tablero internacional. "Se ha puesto a la ciudad en el mapa", coinciden de forma unánime quienes vienen de fuera.

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