El aeropuerto García Lorca celebra su 40 cumpleaños
El 15 de junio de 1972 despegó del aeródromo su primer vuelo comercial, un Caravelle de Iberia que partió hacia Madrid con 60 pasajeros a bordo · La construcción inicial costó más de 200 millones de pesetas
El aeropuerto de Granada se ha asomado a la cuarentena. Ayer la infraestructura granadina, que en 2006 cambió su nombre por el de Federico García Lorca Granada-Jaén, celebró el 40 aniversario del primer vuelo comercial que despegó de sus pistas con destino a Madrid y 60 personas a bordo. Y, por mucho que digan que cuarenta años no son nada, no hay más que echar un vistazo a las fotos históricas de la terminal para concluir que sí, que en cuatro décadas una infraestructura dedicada al tráfico aéreo cambia sustancialmente.
El aeropuerto de Granada, que llegó para sustituir el primitivo aeródromo de Armilla, surgió de la imperiosa necesidad de construir una infraestructura "capaz de absorber la pujanza del transporte aéreo" en una provincia que experimentaba por aquel entonces, según Aena, un verdadero 'boom' de la aviación deportiva y un crecimiento importante del establecimiento de rutas comerciales con ciudades españolas y marroquíes.
Las obras comenzaron en 1970 y el 15 de junio de 1972 tuvo lugar el vuelo inaugural del que hoy se celebra el 40 aniversario. Después de dos años de trabajo y una inversión cercana a los 200 millones de pesetas, un Caravelle de la compañía aérea Iberia partió hacia la capital a las 16:05 horas, para regresar a Granada a las 16:54 en un vuelo que traería a la provincia a 40 viajeros. En su primer año completo de actividad, el aeropuerto registró 2.502 vuelos y 48.440 pasajeros.
Desde entonces, los cambios en el aeropuerto han sido constantes. "La evolución experimentada por la demanda y la propia transformación del sector aeronáutico se han traducido en numerosas mejoras para el aeropuerto", indican desde Aena. La primera -y una de las más ambiciosas, con un presupuesto de 1.700 millones de pesetas-, fue la acometida entre 1993 y 1994 para adaptar la infraestructura ante el Mundial de Esquí de 1995 en Sierra Nevada. Entre otras cosas, el proyecto contemplaba la ampliación del edificio terminal, que duplicó su capacidad al rozar los 5.000 metros cuadrados de superficie.
La renovación y modernización del aeropuerto ha continuado a lo largo de sus cuatro décadas de historia: sólo las últimas reformas han supuesto una inversión de 63 millones de euros entre 200 y 2011. Cuarenta años más tarde, el Federico García Lorca tiene capacidad para albergar a más de dos millones de pasajeros al año y sus pistas están físicamente dispuestas para operar hasta 19 vuelos a la hora.
Sólo hace falta que la crisis de los 40 -traducida en este caso en una crisis del consumo y del sector aeronáutico-, no haga demasiados estragos.
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