El primer día de la nueva normalidad tras 98 días en estado de alarma ha traído las viejas retenciones en la autovía a la Costa de Granada. Con la llegada oficial del verano, las altas temperaturas han invitado a darse una escapada hacia las playas granadinas que han tenido el colofón de siempre: un monumental atasco.
La jornada playera se ha desarrollado con normalidad y en Torrenueva los nuevos vigilantes de la Junta destinados a vigilar las medidas de protección y de distanciamiento apenas han tenido que llamar la atención a los bañistas salvo en casos esporádicos, una tónica que se ha repetido en todos los municipios de la Costa de Granada.
La incidencia más destacada ha sido la presencia de un tiburón peregrino en Calahonda, lo que ha hecho que los bañistas salieran del agua tras ase avisados por la Gurdia Civil, pero al poco la jornada ha continuado con total tranquilidad.
Y como si no hubiera mediado un confinamiento, los granadinos que han bajado a la playa se han encontrado con la misma normalidad de los atascos que llegan hasta Otura. A partir de Lomalinda se puede circular con más normalidad.
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