pasado con presente incluido

Pascual Rivas, la búsqueda de sí mismo

  • Fue rector de la Universidad de Granada (1989-1992) y durante su mandato se elaboró un Plan de Investigación que sigue aún vigente

  • Es catedrático en Paleontología y uno de los impulsores del Campus de la Salud

  • Los veranos los pasa solo en los Picos de Europa

Pascual Rivas muestra en el Rectorado los planos del proyecto del Campus de la Salud.

Pascual Rivas muestra en el Rectorado los planos del proyecto del Campus de la Salud. / rpo gráfico: a. c. y archivo

Mucha gente lo llama 'Pascualón' por la fortaleza de su cuerpo, por su presencia bonachona, por esa voz grave y portentosa que le sale cuando habla y por su contundencia a la hora de afirmar detalles de cualquier tema que no le es ajeno. De apariencia abacial, luce una opulencia física tal vez superior a la que buenamente parece incumbirle. Con él, todo a lo grande. Su indumentaria de chaleco y camisa a cuadros parece ser consustancial con su poderosa presencia. Poderosa presencia que se mitiga un tanto al ver posar su humanidad sobre una silla y dejar en otra vacía su inseparable bastón. "Lo utilizo desde hace bastante tiempo. Ya me he acostumbrado a él ¿Pero sabes lo que pasa? Que como todo el mundo sabe que me gustan los bastones, me regala bastones. Tengo ya más de doscientos", dice en tono socarrón. De flequillo amplio y barba blanca, se parece a uno de esos paleontólogos a los que se les consulta a la hora saber algo sobre el apasionante mundo de los dinosaurios. Y de hecho es un paleontólogo al que se le ha consultado mucho sobre la presencia de esos animales mastodónticos que poblaron la tierra hace muchos millones de años. Su tesis doctoral fue sobre los fósiles del Jurásico inferior en la Subbética. Para muchos expertos, fue uno de los artífices del despegue institucional de la Paleontología española en las últimas décadas. Fue rector de la Universidad de Granada entre 1989 y 1992 y durante su etapa de mandamás sufrió seis infartos, el primero de ellos el mismo día de su toma de posesión. Fue el promotor del Plan de Investigación, aún vigente, que facilitó el arranque de una carrera académica a muchos investigadores que, por la escasez de otros recursos, tendrían que haber renunciado a realizar su doctorado o estancias postdoctorales. También tuvo mucho que ver con la puesta en marcha del proyecto Campus de la Salud. Cuando habla emite juicios valientes sobre temas sociales, penetrantes auscultaciones sociales, meditaciones dogmáticas e hipótesis clarividentes que te hacen pensar que estás ante un hombre que ha pensado mucho sobre la presencia del ser humano en la tierra. Con ustedes… Pascual Rivas Carrera.

Él era ya un científico en ciernes y discutía constantemente en aquel colegio de curas"Las intenciones de Pepe Vida eran de lanzarme hacia el rectorado"Dice que ahora tiene dos vidas, una que pasa en Granada y otra en los Picos de Europa

EL 'HOMO LUDENS'

Cuando se desarrolla la charla, España está a punto de jugar un partido decisivo para su futuro en este Mundial. Estamos sentados en la terraza de una cafetería que hace cerca de su casa y por nuestro lado pasan unos niños vestidos con la camiseta de nuestra selección y coreando el nombre de España. Pascual hace un gesto de conmiseración cuando ve a los chavales. De las tres etapas de la evolución del ser humano, Homo sapiens, Homo faber y Homo ludens, tal vez sea ésta última la que sea capaz de tapar todas nuestras miserias. Habíamos quedado y como había partido importante le pregunté previamente si la charla podría ser a la hora del encuentro. "No hay problema", dijo como para advertir que no suele aplazar cualquier compromiso por un simple partido. Y allí estamos, en esa terraza vacía porque la gente, nos imaginamos, está pegada al televisor viendo jugar a la selección española.

Pascual Rivas nace en Santander en 1945 y estudia en el Colegio Lasalle hasta los 14 años. Recuerda aquella etapa colegial como algo sombría donde el fuerte (no necesariamente el más grande) siempre ganaba al débil y donde había que defenderse si no querías ser presa de los más arrojados. "Defenderse ahora parece que no está bien visto, pero antes era lo primero que te enseñaban. Si te atacan, tienes que defenderte, nos decían nuestros padres". En aquel colegio de pensamientos pacatos y lúgubres intenciones, Pascual también chocó con compañeros y profesores, sobre todo cuando le hablaban de la evolución del hombre, argumentos que siempre pasaban por la criba de la religión. Él era ya un científico en ciernes y discutía constantemente porque estaba convencido de que era mentira lo que le contaban en aquel colegio de curas. A los 14 años se va a estudiar Bachillerato a Valladolid, a un colegio de los Jesuitas, "que eran más abiertos y donde había más libertad", recuerda Rivas. Cuando termina Bachiller se matricula como estudiante de Ingeniería en Oviedo.

-Mi padre, a pesar de ser de la derecha recalcitrante, era un hombre de pensamiento muy avanzado para la época en la que vivió. A los hermanos nos daba una paga mensual y nosotros podíamos elegir en qué invertirla. Nos daba libertad. A mí en realidad lo que me gustaba era la Geología y estando en Oviedo me enteré de que la mejor Facultad de esa especialidad estaba en Granada. Vine para probar y llevo aquí 53 años.

Pascual Rivas recala en Granada en 1965 y enseguida comienza a destacar en los movimientos estudiantiles que luchaban por la libertad que no existía y que tanto demandaba la sociedad. Comienza entonces su militancia en la izquierda. A su padre no le sienta bien esa deriva de su hijo porque era partidario de aquella frase tan de moda entre los progenitores: 'Hijo, no te metas'. Pero Pascual piensa que había que meterse.

En el año 1969 se casa por primera vez. Consigue una beca de investigación en Paleontología y a los cuatro años de terminar la carrera se hace profesor titular. Es entonces cuando ingresa en el PSOE y UGT. Es el primer secretario de FETE-UGT y se implica en los movimientos sociales, políticos y sindicales.

TAREA INVESTIGADORA

Pero no deja su tarea investigadora sobre fósiles en la Universidad. En su labor de datar los materiales sedimentarios, elabora varios trabajos sobre el tema que, en gran medida, siguen vigentes en la actualidad. Ya como profesor, y siguiendo en esa línea de investigación, obtiene una plaza de adjunto y, posteriormente, una de agregado en el Departamento de Paleontología de la Universidad de Granada. La cátedra le llega en 1983. Se da cuenta de que lo que realmente le gusta es investigar y amplía sus líneas de investigación a otros intervalos geológicos, a otras cuencas mesozoicas y a otros grupos de fósiles. Al mismo tiempo, abre los enfoques de su investigación a diversos ámbitos de la paleobiología. También empieza a participar activamente en la gestión y política académicas.

-Entonces Pepe Vida, por entonces rector, me pide que vaya en su candidatura como vicerrector de Investigación. Debo decir que esa fue la etapa más feliz de mi vida. Es cuando empiezo a elaborar un plan de investigación serio y acorde con las necesidades que había. Aquello me llevó muchas horas pero hacía lo que me gustaba. Pero la intención de Pepe Vida era la de lanzarme hacia el Rectorado. Estaban lejos mis intenciones de ser rector, pero…

En 1989 es nombrado rector de la Universidad de Granada y el mismo día de su toma de posesión le da un infarto. La noticia sale en la primera página de los periódicos. Él se replantea seguir y al final decide seguir, hasta 1992 en que lo deja tras sufrir cinco infartos más.

En esos tres años, además de terminar y poner en marcha un Plan de Investigación que se convierte en modelo para otras universidades, también surge la necesidad de hacer un Campus de la Salud, germen del que sería el Parque Tecnológico de la Salud.

-En un principio el Campus iba a ir en los terrenos donde está el Centro Nevada, pero al poco tiempo empezaron las dificultades administrativas y se paralizó el proyecto en el año 1994. Muchas veces a los granadinos se les va la fuerza defendiendo cosas pequeñas y se olvida de luchar por lo que es verdaderamente importante. Y ese proyecto lo era, como al final se ha demostrado.

Pascual Rivas dispone de muchas erudiciones, todas ellas provistas de su correspondiente mensaje contundente. Lo que dice es fruto de pensamientos muy elaborados. Así piensa que la Universidad de Granada es una de las mejores de España y que con Salamanca y Santiago las únicas que son nacionales, es decir, que tiene tantos estudiantes de fuera como de dentro. Y que la Universidad es importantísima a la hora de evaluar el desarrollo de una ciudad como Granada.

Pascual Rivas deja el Rectorado en 1992, cuando ya es considerado como uno de los reputados paleontólogos españoles. En su haber está haber ordena el patrimonio arqueológico en algunas partes de Andalucía antes de que la desidia y el abandono acabaran definitivamente con él. También es uno de los socios fundador de la Sociedad Española de Paleontología, además de su presidente.

Y cuando se jubila lo deja todo al azar del presente. Suele decir que hay tres fases en las que te das cuenta de que te haces mayor. La primera es cuando en una conversación comentas: 'Cómo decía mi padre…'. La segunda es cuando tus hijos comienzan a reconocer tu posición y empiezan a preguntarte cosas. Y la tercera cuando dejas de trabajar y llegas a comprender que tu referente en la vida ya no es el trabajo, sino tú mismo. Y a eso se dedica, a ser él mismo.

-Ya hago poca vida social. Bueno, soy vicepresidente de la Fundación Sierra Elvira y tengo un cargo menor en Parque Natural de Sierra Nevada, lo que me da algo de vidilla institucional.

BUEN TERTULIANO

Pascual Rivas es un excelente tertuliano. No hay tema al que no sea capaz de hincarle el diente. Por ese motivo ha estado casi 18 años dando sus opiniones en un programa de Canal Sur. También en Canal 21, y ha sido ese experto al que llamaban de la cadena televisiva Intereconomía cuando había algún tema científico que tratar.

Pascual Rivas dice que ahora tiene dos vidas, una que pasa en Granada y otra en los Picos de Europa, allá en Cantabria, en donde vive largas temporadas.

-Paso gran parte del verano allí solo. Me gusta ese tipo de soledad en la montaña. Tengo una casa en Espinama, un pueblo con cuatro casas mal contadas que está en el Valle del Liébana. Era de mi bisabuelo, luego fue de mi abuelo, de mi padre y ahora mía. Allí me lo paso estupendamente. No hago gran cosa, pero paseo, leo mucho, hablo con mis amigotes de la infancia… Estoy conmigo mismo. Yo siempre digo que no hay cosa más difícil que estar contigo mismo, pero yo lo consigo.

-¿Y tu mujer entiende que te vaya solo?- le pregunto muy interesado por la respuesta.

-Bueno, ella prefiere pasar el verano en Almuñécar. Eso lo llevamos bien y lo aceptamos de buen grado. Ella no tiene por qué estar pasándolo mal en la montaña y yo no tengo que estar pasándolo mal en la playa. Mira, yo llevo a gala haber celebrado dos bodas de plata. Mi relación con mi primera mujer, de la que me separé hace 26 años, es estupenda. Y con Manoli, mi mujer actual, me entiendo perfectamente. Sólo hay que respetar los espacios y los gustos.

Cuando está en Granada Pascual no hace cosas muy distintas que cuando está en Cantabria: pasea, lee cosas científicas y algo de novela histórica y asiste a una tertulia semanal en la que se habla de lo divino y de lo humano. A veces se para en alguna tienda a comprar chucherías para sus nietos, pues tiene cuatro.

-De lo que se trata es de vivir entre gente feliz- dice con esta contundencia que ofrece su persona.

Nada más decir eso se oye un importante griterío de gente que se le supone feliz porque España ha marcado un gol. ¡Goooool!

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