La calle Duquesa, larga, estrecha y con más historia que ninguna

El ADN de Granada

El nombre le viene porque allí vivió la Duquesa de Sessa, la esposa del Gran Capitán

En esa calle estuvo el Gobierno Civil, lugar donde estuvo retenido dos días García Lorca, antes de ser asesinado en el barranco de Víznar

La Trinidad, la plaza preferida por los meloneros, los charlatanes y los estorninos

Imagen de Calle Duquesa esta fin de semana. / Francisco Neyra / Picwild

Una de las arterias menores con más historia en Granada es la calle Duquesa, larga, estrecha y una de las que conforman el ADN de la capital granadina por la importancia que ha tenido durante siglos en el devenir de la ciudad. Va desde la calle Gran Capitán hasta la plaza de la Trinidad. O viceversa. Se llama así por la duquesa de Sessa, cuyo nombre era María de Manrique, que se casó con Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. La duquesa, como la Penélope de la Odisea, se pasó gran parte de su vida esperando a que esposo volviera de la guerra con Italia. Era una mujer de su tiempo, con una gran formación intelectual, que abogó por que Granada se apuntara al arte renacentista. Cuando murió su marido hizo construir una cripta mortuoria para él en el Monasterio de San Jerónimo, cuyas obras de construcción ella misma promovió. Fue en la calle Duquesa donde murió el Gran Capitán en 1515 cuando tenía 62 años de edad. La duquesa falleció en la misma calle en 1527, dejando un legado cultural y artístico significativo. Se dice que la duquesa de Sessa puso mucha pasta para que Colón hiciera el viaje en el que descubrió América.

Muy cerca de donde vivió la duquesa está el edificio que fuera parte de la Facultad de Derecho, en donde estuvo el Gobierno Civil durante la guerra. Allí enviaban a los sospechosos de ser rojos y a donde llevaron al poeta Federico García Lorca después de ser arrestado en la casa de los Rosales, muy cerca de allí. Mandaba el comando que lo detuvo Ramón Luis Alonso, que antes de ser diputado de la CEDA fue linotipista del periódico Ideal y el padre de las que luego serían las actrices Enma Penella, Terele Pávez y Elisa Montes, que renegaron siempre de su padre y ninguna quiso llevar su apellido porque se avergonzaban de él. Allí, en el Gobierno Civil de la calle Duquesa, García Lorca fue recluido en un cuarto muy pequeño que contenía una mesa y un par de sillas. Fue allí donde el poeta se arrepintió de haber regresado a Granada. Dos días después fue llevado a un barranco en Víznar y ejecutado junto con el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. La orden que firmó el referido Ruiz Alonso decía que lo había detenido por “comunista, homosexual y masón”.

Delegación de Educación y Jefatura de Policía

Allí estuvo también durante varios años la Delegación de Educación, antes de ser trasladada a la Normal. Durante los años siguientes a la Transición, raro era el día en el que en sus puertas no había concentración de maestros reivindicando sus derechos. La Delegación fue asaltada y tomada en 2011 por la Asamblea del 15M, aquel movimiento de indignados que pedía a instituciones y organismos públicos que le facilitaran espacios para desarrollar sus actividades.

En el número 15 de la calle estaba la antigua Jefatura Superior de Policía de la Región de Andalucía Oriental, que también tenía entrada por la Plaza de los Lobos. Ahora, al ser adquirida por la Universidad, es una residencia estudiantil, pero durante gran parte de la dictadura franquista fue utilizada por la Secreta para interrogar y torturar a los sospechosos de no ser afectos al Régimen. Muchos obreros y estudiantes antifranquistas de aquella época recuerdan la crueldad que algunos de los policías que se dedicaban a los interrogatorios. Si los interrogatorios los hacía El Jirafa o El Guisado, los detenidos se echaban a temblar.

La Universidad de Granada compró la antigua comisaría de la calle Duquesa-plaza de los Lobos por poco menos de dos millones de euros. La adquisición fue en 2013 cuando aún era rector el profesor Francisco González Lodeiro. La policía se había mudado a la zona norte años atrás, en 2009.

En la calle Duquesa también está el Jardín Botánico. A finales del siglo XVIII la Ilustración dictaminó que las universidades debían de tener centros de enseñanza de jardines botánicos. El parto fue lento, porque hubo que esperar tres décadas para que la Universidad de Granada tuviera el suyo. Se inauguró en 1850 bajo la duración de Mariano de Almo y Mora, eminente botánico y primer decano de la recién creada Facultad de Farmacia. Un pequeño monumento a la entrada del jardín recuerda a su fundador.

El jardín botánico, que ha cumplido ya 175 años, conserva algunas de las plantaciones originales. Fue restaurado en 1998. Los rehabilitadores quisieron conservar el espíritu decimonónico del recinto. Y vive Dios que lo lograron. Hoy es un sitio acogedor y agradable en el mismo centro de Granada que tiene una muestra de muchas especies vegetales del planeta. En sus plantaciones tuvieron un lugar importante las plantas del macizo de Sierra Nevada, cuya relevancia florística era bien conocida por los naturalistas de la Universidad.

En la calle hay negocios de muchos años que los convierte en añejos, tirando a reserva, como una tintorería que lleva el nombre de la calle y que es conocida hasta en Japón, una ortopedia de las más antiguas de Granada y un pub, el Liberia, con aspiraciones a mítico, considerado un templo de la música, en el que se dan conciertos de blues, jazz y rock.

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