Educación Granada

Los colegios recurren a empresas privadas para poner en marcha sus protocolos contra el Covid en Granada

  • Las pautas para reabrir las aulas deben contar con el visto bueno de Salud, pero los centros indican que hasta septiembre no habrá contacto con el enlace del centro sanitario

Obras en el IES Zaidín Vergeles de Granada, uno de los centros más grandes de la provincia.

Obras en el IES Zaidín Vergeles de Granada, uno de los centros más grandes de la provincia. / Jesús Jiménez (Photographerssports)

“La empresa nos ofrece asesoramiento, unas pautas generales para completar lo que ya nos han mandado desde la Consejería [de Educación y Deporte]. Se trata de un tema complejo”. En el CEIP Atalaya de Atarfe, como en otros centros educativos de Granada, se ha tenido que recurrir a empresas privadas para dar forma a los protocolos que deben permitir la vuelta a las aulas de forma presencial y segura el 10 de septiembre. Así lo reseña el director del centro, Cecilio Martín, que ha recurrido a la empresa que realiza el plan de autoprotección. “Todos los centros de Atarfe hemos recurrido al mismos sistema de asesoramiento”. Con el Ayuntamiento se trabaja en el plan de limpieza y desinfección. “Hay aulas que se comparte”, reconoce Martín, que confía en que las próximas reuniones con el Consistorio atarfeño permitan las contrataciones necesarias para cumplir con lo que pide la Junta. Más limpieza y desinfección en unos centros, los colegios, en los que estas tareas se desarrollan, normalmente, en horario de tarde, cuando el alumnado ya se ha ido a casa.

Martín añade que también han pedido “que nos echen una mano” con el control de acceso. En su centro se ha habilitado una tercera entrada y se prevé que en unos diez minutos se pueda realizar tanto el ingreso de sus 650 escolares como la salida sin aglomeraciones. La obra en el portón ya se ha hecho y queda pintar el suelo y poner balizas. El mes de agosto, reconoce, ha sido de intenso trabajo.

Otro centro en el que los días de descanso han sido mínimos ha sido el IES Padre Suárez de la capital. Su directora, María Ruiz Palomino, tira de optimismo, pero reconoce que el camino tiene no pocos baches. Todavía no tiene una solución para la cafetería del centro, que cuenta con un único acceso y de la que depende el sustento de una familia. Ha tenido que cerrar el sótano “al menos en el primer trimestre” porque no se puede garantizar la correcta ventilación. El aula de dibujo, una de las joyas del histórico instituto se ha desmontado para dar cabida a un aula. También se han convertido en clases al uso los laboratorios. Está a la espera de mesas y sillas. Por el momento, cuenta con sillas de pala. No pueden modificar los accesos al centro de cara a un curso que comienza el día 15 (el 15 es festivo) y apenas han podido reformar los baños para poner más lavabos, una medida imprescindible ahora que se prevé que el lavado de manos debe ser parte de la rutina de los alumnos. Espera que el escalonamiento de las salidas y entradas evite aglomeraciones. Se prevé hacer gimnasia en los jardines del Triunfo y no se utilizarán elementos tan habituales en la docencia como las flautas. “Apelamos al compromiso de los padres, esto es fundamental”, apostilla la directora, que insta a las familias a “cooperar”. Su protocolo de actuación para dar respuesta a la pandemia suma semanas de intenso trabajo que ahora, asegura, requiere del compromiso de los alumnos. “Todos deben llevar su kit, aunque aquí haya gel. Su mascarilla, tienen una labor importantísima”.

Este documento debe realizarse, según se explica en las instrucciones del pasado mes de julio de la Consejería de Educación y Deporte, con una persona delegada del ayuntamiento del municipio donde se ubique el centro y un enlace de Salud, personal sanitario que dé respuesta a las preguntas que sobre el virus puedan plantear los docentes. Y todavía ninguno de esos planes ha pasado por las manos de estos profesionales de Salud. Así lo afirma el presidente provincial de la Asociación Andaluza de Directores de Centros Públicos de Educación Infantil, Primaria y Residencias Escolares (Asadipre), Dimas Martín. “Todavía no sabemos nada”. En su centro, el CEIP García Lorca de Granada, “lo estamos haciendo”.

Mientras los centros apuran para hacer estos planes, la Inspección educativa apunta otra cuestión sobre cómo se afronta la vuelta a las aulas. “Lo que nosotros podemos hacer es supervisar y garantizar que las medidas se cumplan”, indica Rafael Molina, inspector y miembro de la permanente de la junta directiva de la Asociación de Inspectores de Educación de Andalucía (Adide). ¿Y si un centro no cumple con la normativa? “El algunos casos va a ser complicado”, concede Molina, que es conocedor de la situación de algunos centros de la provincia, limitados por la falta de espacios. “La realidad de algunos centros no permite tomar medidas” de distanciamiento, señala, al tiempo que avanza que “todos los espacios disponibles hay que reconvertirlos en aulas”.

Desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) en Granada, se considera que la vuelta a las aulas presencial es “irrenunciable” y que las medidas de control deben ser supervisadas única y exclusivamente por la autoridad sanitaria que en cada comunidad autónoma reúna competencias para ello”. Además, reivindican que los centros obtengan una certificación antes de su apertura y dejar a las familias decidir si asistir es seguro o no y que se alterne formación presencial o virtual en los cursos superiores. Además, proponen un observatorio de seguimiento de la aplicación de las medidas contra el Covid.

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