"La crisis está siendo el mejor aliado en la lucha por la protección de la Vega"
La Plataforma Vega-Educa ha premiado a este docente por su defensa del patrimonio agrícola granadino · José Castillo ha abierto una vía para que se declare Zona Patrimonial las 15.000 hectáreas de la Vega
Tenía muy claro dónde debía hacerse la entrevista, en la Huerta del Tamarit, un enclave al que se accede desde la Ribera del Genil y que permite cambiar en cinco minutos el ensordecedor ruido de la metrópoli por los placenteros sonidos del campo. "Ya estamos en la Vega", dijo nada mas poner un pie en el camino. La mirada de José Castillo cambió con el color de la tierra, los bancales, las acequias, la arboleda frutal, ... todo era digno de admiración para él. Catedrático de Patrimonio Histórico en la Universidad de Granada, este hombre ha abierto una vía desconocida para que se declare Zona Patrimonial las 15.000 hectáreas que integran la Vega. Durante años se ha defendido la necesidad de proteger este territorio desde un punto de vista medioambiental, pero fue Castillo quien reparó además en su protección cultural. Siempre viaja en su coche con bolas de algodón para "no olvidar los orígenes", según dice este agricultor antes que docente, originario de Torreblascopedro (Jaén). La plataforma Vega-Educa le acaba de dar un premio por su compromiso con la conservación de la Vega.
-Usted ha sido el artífice de que cuatro ayuntamientos (Fuente Vaqueros, Santa Fe, Pinos Puente y Huétor Vega) y la Diputación se adhieran a la solicitud de declarar BIC la Vega. ¿Por qué es importante que se sumen las instituciones públicas?
-Porque las tres veces que hemos pedido al Gobierno andaluz la protección de la Vega nos ha presentado como principal impedimento la oposición de los ayuntamientos, así que ahora son los propios ciudadanos los que demandamos a los consistorios su anexión oficial a la iniciativa.
-¿Qué implicaría declarar la Vega como Zona Patrimonial?
-A partir de ese momento se crearía una figura de gestión denominada Parque Cultural, que englobaría a todas las instituciones locales y regionales, se encargaría de velar por su protección y desactivaría la especulación urbanística que está acabando con la actividad agraria en la Vega.
-¿Hay algún precedente?
-Sí, el Parque Agrario del Bajo Llobregat, que es todo un éxito.
-¿Qué valor patrimonial tiene?
-Todo lo vinculado a su actividad agraria: los cortijos, las acequias, los secaderos de tabaco, las fábricas industriales, los caminos de tránsito, las escenas paisajísticas, los cultivos... La Vega es una gran desconocida para los granadinos.
-¿Hay algún estudio de la zona?
-Ahora trabajo en un proyecto interdisciplinar de investigación para el Ministerio de Economía sobre el patrimonio agrario de la Vega que se denomina PAGO.
-¿Cómo nace su implicación?
-Soy hijo y hermano de agricultores y he trabajado muchos años la tierra, sobre todo durante mi juventud. Realicé la tesis sobre protección del patrimonio y una de las cosas por las que siempre he apostado es que, si quieres conservar una zona, debes proteger a la vez a su gente, su actividad laboral y su cultura.
-Entonces lo agrícola es la esencia de la Vega de Granada...
-Es que la agricultura, a la que ahora se está volviendo para subsistir, un ejemplo maravillosos está en la ocupación que han hecho los parados de Casería de Montijo, ha demostrado tener unos valores muy necesarios. Me refiero al trabajo en equipo, a las enseñanzas intergeneracionales y al respeto por la naturaleza.
-¿Qué parte está amenazada?
-La zona que más urge proteger es la Vega Sur, encajonada en proyectos como el del Parque del Milenio que se consiguió desactivar gracias a la Plataforma Salvemos la Vega; y la que está más cerca de Granada. Ahora se quiere trasladar el Ferial al Cañaveral y eso dañaría mucho a la Vega.
-Es difícil frenar los proyectos urbanísticos...
-No, si tenemos en cuenta que las acequias de la Vega son como las calles del Albaicín, igual de antiguas y con el mismo valor.
-¿Cómo está afectando la crisis?
-La crisis está siendo el mejor aliado en la lucha por la protección de la Vega. Ha paralizado proyectos que implicaba la creación desmesurada de casas y, sobre todo, está siendo una gran lección para la recuperación de la actividad agrícola.
-Para proteger la Vega hace falta contar con los agricultores que no sucumban a la especulación...
-La mayoría de los que hoy siguen siendo agricultores quieren siembras productivas y son responsables de que cultivos autóctonos como la remolacha, el tabaco o el cáñamo hayan desaparecido. Pero ahora estamos en un momento de búsqueda y puede ser una buena opción volver a retomarlos.
-¿Qué le parece la iniciativa de Vega-Educa de celebrar una EcoMarcha el próximo 26 de abril?
-Es una forma maravillosa de concienciar a la gente. Desde que se creó la plataforma Vega-Educa hemos conseguido que las instituciones se impliquen en el proyecto. Todos quieren apoyar las iniciativas de los niños y no son capaces de rechazar una foto con ellos.
-Y la Universidad, ¿se implica?
-Muy poco. A la comunidad universitaria le falta compromiso con la Vega y con las iniciativas de la ciudadanía.
-Y esta lucha, ¿no es una utopía?
-No, hace 30 años se planteó por primera vez la protección de los edificios históricos y hoy en día está asumido por todos.
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