Universidad

El curso universitario vuelve a Granada con muchas dudas entre los estudiantes de la UGR

  • Mascarillas, distancia de seguridad, gel hidroalcohólico y ventilación son los cuatro pilares sobre los que se asienta el protocolo de la UGR ante el coronavirus

  • Los estudiantes aceptan la semipresencialidad pero muestran muchas inquietudes

Así ha sido el vuelta a clase en la Universidad de Granada

Así ha sido el vuelta a clase en la Universidad de Granada / Jesús Jiménez (Photographerssports)

Con absoluta nueva normalidad. Así ha sido el arranque del curso universitario en Granada, marcado por las condiciones sanitarias derivadas de la pandemia. Por primera vez desde marzo, los estudiantes han vuelto a pisar las aulas de las diferentes facultades de la ciudad. Eso sí, de forma incierta, con muchas dudas sobre el desarrollo del curso y manteniendo la distancia interpersonal. 

Granada vuelve a respirar ese ambiente universitario que la caracteriza, pero este año lo hace bajo la mascarilla que cada alumno debe llevar de forma obligatoria. El otro gran cambio del curso 2020-2021 es la reducción del aforo en las clases, que será del 50% para garantizar la seguridad de los presentes. Pero eso no implica que la presencialidad esté asegurada. De hecho, la mayoría de facultades apostarán por un modelo mixto.

Únicamente Ingeniería Civil planea una presencialidad total. Daniel, estudiante de Ingeniería Electrónica Industrial, dice que su clase está dividida en dos grupos de A-L y de M-Z, que pisarán las clases en semanas alternas. Este es el modelo que más se repetirá. "No es lo mismo porque ves a la mitad de tus compañeros", explica el joven, pero "tiene su lado bueno porque, al estar en casa, puedes revisar las clases más veces a través de los vídeos y eso ayuda en algunas asignaturas".

Otros alumnos como Xesús, prefieren la presencialidad pero no tanto por el contacto con los compañeros sino por los profesores. "Creo que para el aprendizaje es mejor". En casos como el del grado de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, "la mayoría parece presencial", cuenta Francisco José, quien entiende la situación que ha llevado a la semipresencialidad pero asegura que, para hacerlo bien y no retrasar las clases, "hay que tener un buen sistema y la plataforma Prado es muy mejorable". La capacidad y preparación de Prado es un tema recurrente y que mantiene dividido al estudiantado, ya que muchos sufrieron problemas en los exámenes durante el confinamiento. 

Rebeca, estudiante de Biología, cree sin embargo que este sistema mixto es "una mierda". "Me tengo que pagar un piso sin saber si tengo prácticas o no", explica esta estudiante, quien señala que los profesores también deben comprometerse: "Algunos se lo han currado bastante pero otros han pasado totalmente; los exámenes fueron un cachondeo".

La rectora de la UGR, Pilar Aranda, indicó la semana pasada que la Universidad apostaba por exámenes y prácticas presenciales, pero la realidad es que los estudiantes aún no saben si estas últimas se desarrollarán efectivamente en las aulas porque, según dicen, nadie desde sus facultades les ha informado de nada.

Los alumnos también dicen desconocer el protocolo que seguirán sus clases en caso de detectar un positivo porque "no les han dado una charla informativa", pese a que sí que desde el Rectorado se ha informado sobre ello durante los últimos días. Solo Víctor, alumno de Bioquímica, parece tenerlo algo claro: "Si hay tres contagios, se suspende la clase presencial totalmente; si solo hay uno, se aísla pero la presencialidad, en caso de haberla, se mantiene".

En todo caso, comienza un curso atípico y sin precedentes en la Universidad de Granada. Se acabaron los corrillos de amigos, ahora separados por asientos y bancos precintados y señales y marcas que delimitan sus espacios. Las incógnitas y la poca certeza sobre cómo se desarrollará el curso reinan en el primer día de clases seis meses después de que el coronavirus acabara con la presencialidad en las aulas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios