Contenido patrocinado

Cómo dejar un trabajo con la cabeza bien alta

Cómo dejar un trabajo con la cabeza bien alta

Cómo dejar un trabajo con la cabeza bien alta

La clave del éxito en cualquier circunstancia consiste en “saber estar” y en “saber irse” cuando consideras que ha llegado el momento. En España no hay costumbre de dejar un trabajo. Por esto, es recomendable saber hacerlo si llega el caso.

Cómo dejar un trabajo con la cabeza bien alta, saliendo “por la puerta grande”, sin cerrarte un hipotético (aunque improbable) camino de vuelta y quedando como un señor es una cuestión más de sentido común, de reflexión pausada y de claridad de ideas, objetivos y metas.

Redactar una carta de renuncia laboral voluntaria puede resultar insólito por el paro que invade el mercado de trabajo. Pero no es imposible y conviene tener presentes algunos consejos prácticos y de protocolo empresarial.

¿Cómo hacer una carta de renuncia laboral?

Los motivos que te han llevado a decidir que quieres abandonar un empleo pueden ser múltiples. Pero, tal y como asegura el abogado de origen estadounidense Carlos Lindberg, experto en Derecho Laboral español, sólo hay dos formas de hacerlo: la correcta y la incorrecta. “La forma correcta es mediante la redacción y presentación de una carta de renuncia formal”, comenta.

La carta formal te facilita el periodo de transición durante las dos semanas siguientes al anuncio de tu marcha. Dos semanas que aún te quedarán de permanencia en el trabajo, porque son las que se acostumbra para dar el aviso antes de hacer efectiva tu marcha. Te ayudará, además, a mantener unas buenas relaciones, o al menos unas correctas relaciones, con tu empleador, incluso después de abandonar la empresa.

Al escribir la carta de renuncia laboral, es importante que seas claro, simple, breve y que esté bien enfocada. Debe de ser positiva, ya que, si has tomado la decisión de irte no tiene ningún sentido criticar a la organización, ni a su equipo dirigente. No ganas nada con ello y, en cambio, puedes perder mucho y crearte mala reputación. Puedes perder, por ejemplo, la oportunidad de obtener buenas referencias de la compañía. Las buenas formas y unas relaciones profesionales correctas son imprescindibles en todo momento.

La discreción, ante todo

Consejo de oro: para el futuro inmediato, nunca critiques en tu nuevo empleo a la compañía de la que procedes. Una parte de las críticas que hicieras podrían imputártelas a ti mismo, por acción o por consentimiento pasivo (complicidad).

Además, la vida da muchas vueltas y quien ayer fue tu compañero en la organización “A” puede ser tu jefe el día de mañana, en la organización “B”. No lo olvides.

Otra razón para reservarte las críticas es que los nuevos jefes interpretarán como deslealtad a la que fue tu empresa tales comentarios adversos y no podrán evitar la sospecha de que el día de mañana podrías irte también de la empresa nueva y comportarte de la misma forma desleal.

Elementos de la carta de renuncia laboral

La carta de renuncia laboral debe incluir, inexcusablemente, información clara y precisa sobre cuándo piensas abandonar la empresa: la fecha de tu último día en el puesto que abandonas.

Conviene decirle al empleador que aprecias el tiempo transcurrido en la compañía, la experiencia que has adquirido en ella, lo que has aprendido… Incluso puede ser conveniente, aunque no necesario, que te pongas a disposición de la dirección para facilitar lo más posible la transición y el relevo por parte de tu sustituto.

Los elementos de una carta de renuncia laboral son, fundamentalmente, comunicar que te vas de la empresa, la fecha en que tu renuncia se hará efectiva y expresar tu agradecimiento a tu empleador, por las oportunidades profesionales que te hayan surgido durante el tiempo que has permanecido en el puesto.

Protocolo empresarial

Lo más correcto es comunicar tu renuncia en persona a tus jefes y compañeros y, una vez hecho esto, presentar esa carta formal de renuncia. Si te ves obligado a enviar un correo electrónico de renuncia por razones de urgencia, escríbelo en un tono profesional, como lo harías por carta oficial.

No es necesario explicar por qué renuncias; no tienes que justificar tu decisión. La justificación podría ser interpretada como una falta de consistencia o de convicción. Pero si decides dar razones, no digas nada que pueda ser interpretado en sentido negativo o despectivo hacia la empresa, hacia un superior, hacia quienes han sido tus compañeros o hacia algunos de tus subordinados.

Ten presente que tu carta será incluida en un expediente laboral y podría ser compartida con futuros empleadores.

La renuncia a un cargo

La renuncia puede ser por motivos personales pueden resultar difíciles de explicar o, simplemente, quieres que queden en el ámbito de lo privado. Ten presente que no importa por qué renuncias; lo importante es que lo comuniques de la manera apropiada. Tu objetivo debe de ser dejar el trabajo de tal manera que puedas mantener a tus jefes como contactos profesionales.

Intenta ser breve en tus razones. No entres en muchos detalles. Puedes limitarte a decir que renuncias “por razones personales”. Se conciso y no te extiendas más allá de un DIN A4.

Antes de presentar la carta, revísala tantas veces como creas necesario o muéstrasela a alguien de tu entera confianza (mejor, de fuera de la empresa), para comprobar si es suficientemente clara, si dejas algún cabo suelto o si se te escapa algún detalle inapropiado.

Utiliza una fuente tradicional como Times New Roman, Arial o Calibri. El tamaño de la fuente debe estar entre 10 y 12 puntos. El documento debe ir escrito a un solo espacio en cada salto de párrafo, con los márgenes oficiales.

Antes de redactar la carta, debes revisar la política de renuncia de tu empleador para asegurarte de que estás al tanto de su período de notificación. El empleador puede decidir que prescinde de ti desde el mismo instante en que le comunicas tu marcha.