La firma de un acuerdo de negociación en una crisis sanitaria de esta dimensión ha sido difícil y con complejas reuniones tanto previas para definir posturas y hasta dónde se pedía o se estaba dispuesto a conceder, como directas entre sindicatos -con la potestad legal para negociar como representantes legítimos de los trabajadores- y Administración. Ha habido varios encuentros que se conozcan en estos casi tres meses con el gerente del SAS, José Manuel Aranda, que asumió el liderazgo durante los primeros días de crisis; con la directora general de Trabajadores, Celia Gómez (quien fuera delegada de Salud en Granada); con el propio consejero de Salud, Aquilino Alonso y con la gerente de los hospitales, Cristina López. La administración tenía dos documentos firmados por los sindicatos. En uno, el primero que se hizo y que se entregó a Gómez el 11 de noviembre, se exigía a la administración (firmado por los seis sindicatos) que firmara "iniciar un proceso de negociación sobre la base de dos hospitales completos con cartera de servicios diferenciadas y urgencias finalistas y entendiendo por completos el que cuente, al menos, con la misma cartera de servicios que había en cada hospital antes de la reordenación sanitaria". El pasado viernes 9 de diciembre se pasó al consejero otro documento firmado también por las plataformas Granada por su Salud y la de Trabajadores de los Hospitales, que incluía ese punto y otros cinco. Finalmente, el de ayer incluía: "Iniciar un proceso de negociación sobre la base de dos hospitales completos, con cartera de servicios diferenciada y coordinada, con urgencias finalistas y entendiendo por completos que cuenten, al menos, con la misma cartera de servicios que había antes de la reordenación sanitaria".