UGR

La estudiante de Granada que alcanzó la nota perfecta: “Necesitaba estudiar Medicina”

  • María Villar entra en uno de los grados más exigentes con la nota máxima, un 14, tras superar Bachillerato y cursar un ciclo de FP

María Villar, en la Real Sociedad de Tenis de Granada.

María Villar, en la Real Sociedad de Tenis de Granada. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

"Tengo hasta ganas de empezar las clases”. María Villar Cabello (Granada, 2001) no puede disimular su entusiasmo. En septiembre comenzará sus estudios de Medicina en la Universidad de Granada (UGR) y reconoce que cuenta los días para comenzar. Su vocación viene de lejos. “Desde pequeña me ha gustado. Siempre”, reconoce Villar, que ha tenido en su madre –médico– un referente.

Esta granadina finalizó sus estudios de Bachillerato hace dos años. Intentó entrar en Medicina pero no pudo. La nota de corte de este grado es, año tras año, de las más altas a nivel andaluz. Ahora, tras cursar en Granada un ciclo formativo de grado superior en Dietética, se ha desquitado de la espinita de entonces con creces. Gracias a su excelente expediente en Formación Profesional y a las magníficas notas en las dos asignaturas específicas a las que se ha presentado –en Biología y en Química– ha conseguido un imbatible 14, la máxima nota posible para acceder a los estudios universitarios.

Cuando hace dos años se quedó fuera decidió hacer un ciclo de FP. “No quería estudiar de nuevo lo mismo”, recuerda sobre las opciones que barajó entonces. Se matriculó en el centro Medac, donde ha cursado un ciclo en Dietética con el que se muestra “muy contenta”. Cerró su expediente con un 10. “Al no entrar con la nota de Bachillerato –que cursó en Agustinos– tenía más ganas de ir a por la máxima nota” en FP. Su objetivo estaba muy claro. “Necesitaba hacer Medicina”. Otra de sus metas era estudiar en Granada. “Quería quedarme aquí”.

Cuando tuvo el 14 en sus manos María reconoce que “estaba flipando... después de dos años esperando. Tengo hasta ganas de empezar las clases”, asegura desde el otro lado del teléfono. Confiesa que tiene “buenas expectativas” con respecto a sus estudios universitarios y que su vocación no se ha resentido lo más mínimo con lo ocurrido durante el año y medio largo que dura la pandemia y de haber visto en su casa el esfuerzo que supone la profesión de médico. “La verdad es que me han entrado más ganas de estudiar Medicina con el Covid”, asegura.

Su gran afición es el tenis. Entrena en Albolote y compite los fines de semana. Incluso ha podido sacar tiempo para dar clase en un colegio. Seguidora del estilo de juego del griego Tsitsipas, disfruta en estos días con los Juegos Olímpicos. “Me gusta mucho el deporte”. Tanto, que María apunta, en un futuro, a trabajar en un hospital en algo relacionado con la práctica deportiva. Eso sí, lo primero es ir a un hospital. “Lo tengo clarísimo”.

Esta granadina ha entrado por la puerta grande en una de las titulaciones más exigentes a nivel andaluz. Para cursar Medicina en Granada era necesario tener en la primera adjudicación como mínimo un 13,580, una nota al alcance de muy pocos que exige un gran esfuerzo en el año de preparación de la Pevau. En estos dos últimos cursos, además, el día a día de los estudiantes ha estado marcado por la pandemia.

Si la evolución del Covid no lo impide, María Villar comenzará el próximo 13 de septiembre su andadura universitaria de forma presencial. Otro estudiante, el almeriense René Ropero, también se ha matriculado en la UGR –en este caso en el grado de Farmacia– con un excelente 14 de nota de acceso. Fueron cuatro los estudiantes con la nota máxima que se preinscribieron en la UGR para comenzar sus estudios de grado, aunque finalmente se han matriculado dos.

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