Estudiar en Granada

Los tres estudiantes de la Universidad de Granada destinados a brillar en Estados Unidos gracias a las becas Fulbright

  • Carmen Callizo, Guillermo Barrios y Francisco Carrillo, que realizan su doctorado en la UGR, completarán su formación gracias al prestigioso programa de ayudas 

Guillermo Barrios, en la Facultad de Ciencias.

Guillermo Barrios, en la Facultad de Ciencias. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Carmen, Guillermo y Francisco transitan por un camino que, posiblemente, les llevará a ser referentes internacionales en sus respectivas áreas de conocimiento. Ahora están en ello. Trabajan con ahínco en plantear cuestiones, avanzar en nuevos caminos, desbrozar senderos por los que la ciencia, posiblemente, dé pasos fuertes y firmes en cuestión de años. Este camino es singular y, en cuestión de meses, discurrirá por una senda de prestigio mundial. Los tres, que actualmente son estudiantes de doctorado en la Universidad de Granada (UGR) irán gracias a las prestigiosas becas Fulbright a formarse a Estados Unidos, a centros de primer nivel científico. Sus intereses son diversos, pero los tres reconocen que viven con ilusión la etapa que se les abrirá después del verano. Regresarán después de sus respectivas estancias para terminar en Granada sus tesis, y a partir de ahí también coinciden en que posiblemente su carrera investigadora prosiga en el extranjero.

Carmen Callizo Romero (1992) es murciana. Allí cursó Filosofía. “Me gusta entender el contexto”. Sus intereses también están en el terreno de la Psicología, ámbito de estudio que la trajo a Granada, donde ahora trabaja en el Centro de Investigación Cerebro, Mente y Comportamiento (CICMYC). Antes de venir cursó un máster en Religiones y Sociedades en la Pablo de Olavide y la Internacional de Andalucía. “Es verdad que tengo un currículo interdisciplinar. Es algo más común en Estados Unidos, aquí no tanto”, concede la investigadora.

Carmen Callizo Romero. Carmen Callizo Romero.

Carmen Callizo Romero.

Entre sus referentes en el terreno de la investigación Carmen subraya a William James. El objeto de su trabajo es entender cómo el contexto “nos hace actuar y pensar de cierta forma” y no de otra. Más allá de este planteamiento, mete en la ecuación de la ciencia cognitiva a la religión. El objetivo es establecer una ley, una norma que explique comportamientos que se perciben como comunes a toda la humanidad: la necesidad de lugares sagrados, ritos, credos. “Lo que más me interesa es la parte que comparte las religiones, pero que se manifiesta de forma diferente” según el credo o el contexto. En su tesis, la investigadora se centra en cómo se piensa sobre el tiempo, sobre el pasado, el presente y el futuro. En esta línea trabajará en la Universidad de Santa Bárbara en California con Ann Taves.

Se confiesa “agradecida” a la comisión de las becas Fulbright y a la Junta de Andalucía, no sólo por haber obtenido esta prestigiosa ayuda, sino por el mero hecho de haber reflexionado sobre su trayectoria y hacia dónde quería ir. “Es algo muy valioso y supone el reforzamiento de las metas” planteadas.

Estará siete meses en la California, lugar que lo ofrece un entorno idóneo para sus investigaciones. Cuenta con un centro dedicado a la Religión y el departamento mantiene relaciones con otras áreas dedicadas a la neurociencia y ciencia cognitiva. Además, la amalgama cultural de California se antoja un punto a favor para desarrollar ciencia. “Es un escenario idóneo”.

A Granada llegó gracias a un proyecto de investigación sobre conceptualización del tiempo. Fue fichada y aquí desarrolla su tesis bajo la dirección de Julio Santiago. Una vez que regrese de Estados Unidos, finalizará sus conclusiones, presentará su tesis y, con el tiempo, confía en regresar a Granada, donde quiere desarrollar técnicas de investigación que ahora se realizan en universidades como la de Santa Bárbara.

Guillermo Barrios Morales (1995) es granadino criado en Algeciras. Comenzó el grado en Bioquímica para ‘mudarse’ al de Física. Continuó su formación en San Diego y Baleares, para regresar con la idea de hacer su tesis en Física y Matemáticas. El reto que se plantea –y que le llevará el próximo otoño al IBM Thomas J.Watson Research Center, ubicado en Nueva York, es conocer cómo funciona el cerebro, explicar los procesos de las redes neuronales, pero desde la Física. La aproximación desde este campo completará lo ya avanzado por otras áreas –como la neurología, o la química– abrirá la puerta a avances en Inteligencia Artificial: “Se trata de descubrir cómo funciona el cerebro y a partir de ahí hacer algoritmos”. La Física, en opinión de este joven investigador, posibilita dar respuestas a cuestiones que no se pueden abordar desde la bioquímica. Su proyecto, como el de Carmen, apuesta por la interdisciplinariedad.

En la UGR trabaja con Miguel Ángel Muñoz, director de su tesis. “Tenía claro que si hacía el doctorado en España, sería en Granada, no sólo por la ciudad, también por el director de mi tesis y el grupo” con el que investiga, ya que sus intereses se alinean con los de Guillermo.

En Nueva York este granadino trabajará bajo la supervisión de Yuhai Tu. En el centro de IBM, que califica de “muy puntero”, contará con recursos computacionales “que están por encima de lo que se puede encontrar” en una institución pública, además de coincidir con investigadores de “muchísimas ramas”. Se confiesa “muy ilusionado” con la beca Fulbright. Después, regresará a Granada y prevé hacer continuar con su trabajo de investigador posiblemente en el extranjero.

Francisco Carrillo Pérez (1995) es de Alfacar. Estudió en los colegios Marín Ocete y Fuentenueva y en el IES Padre Manjón. Cursó Ingeniería Informática y ahora avanza el novedoso campo de la bioinformática, en la que se basa la esperanza de una medicina personalizada, más eficaz.

Francisco Carrillo. Francisco Carrillo.

Francisco Carrillo. / M. G.

Su investigación trabaja en crear un modelo que permita, con la información sobre un paciente recogida a través de distintas pruebas médicas, dar con un diagnóstico más certero y, como consecuencia, con un tratamiento mejor, en este caso, del cáncer. “Queremos coger distintas fuentes de información, integrar esa información para dar con un diagnóstico más robusto” explica Francisco desde Bruselas. Esta apuesta investigadora parte de la base de que en un organismo “todo es una interacción” y, como tal, los resultados de una biopsia se pueden relacionar con los de una analítica de sangre o una radiografía, explica el granadino, cuyos trabajos de fin de grado y de fin de máster fueron codirigidos por Alberto Guillén.

Par manejar una gran cantidad de datos –como los que pueden proporcionar varias pruebas médicas– son necesarias herramientas informáticas. Es ahí donde centra sus esfuerzos Francisco ahora con Luis Javier Herrera Maldonado e Ignacio Rojas Ruiz, sus directores de tesis, y en lo que avanzará durante su estancia en Universidad de Stanford, la segunda mejor institución de educación superior a nivel mundial en el terreno de la informática y en la que la interacción con Silicon Valley es un punto a favor, según el granadino. Allí estará supervisado por Olivier Gevaert. Reconoce que sin la Fulbright, ir a Stanford estaría fuera de sus opciones. “Sin la beca, sería imposible irme”.

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