El fútbol americano es un deporte minoritario en España. Más allá de la Super Bowl -la final de la liga profesional de este juego en Estados Unidos y uno de los mayores espectáculos deportivos del año-, al fútbol americano le está costando saltar 'el charco'. Si se preguntase al azar a distintas personas si son seguidoras de este deporte, es muy probable que el porcentaje fuese reducido. Un porcentaje menor aún si se preguntase sobre el fútbol americano femenino.

Aun así, pese al bajo interés general en España, Granada acoge el primer Campeonato Europeo de Fútbol Americano femenino. La ciudad deportiva de Maracena se ha convertido en el foco de los aficionados por el balón ovalado y, del 1 al 8 de agosto, la localidad metropolitana alberga todos los partidos que se disputan durante la competición.

A priori, un evento de esta envergadura se piensa que conllevaría una repercusión notable tanto en turismo como en los comercios de la localidad. Pero parece no ser el caso. En los bares que rodean la ciudad deportiva no hay más movimiento que el de un verano cualquiera. Las jugadoras y los aficionados del fútbol americano femenino llegan a Maracena, disfrutan del partido y -en su mayoría- vuelven a la ciudad.

Los vecinos de la zona dicen haberse enterado del campeonato por los carteles que se pegaron en el municipio un par de semanas antes de la fecha de inicio. "De esto no se ha informado bien", aseguró Ana Alcalá. Ella vive en la misma calle de la Ciudad Deportiva y, entre semana, no ha percibido mayor jaleo del común: "Vemos pasar a las jugadoras que compiten, pero a gente que venga a verlas, poca". Emilio Rivas trabaja en la farmacia que hay justo al lado del campo de fútbol y ve positivo que se fomenten este tipo de eventos, aunque piensa que el problema de que no se esté notando en los comercios ha sido la fecha: "En agosto Maracena está desierta. Yo creo que si se hubiese hecho en julio o en septiembre habría venido más gente".

La escasa repercusión que se percibe fuera de la ciudad deportiva parece incrementarse al entrar en el campo. "Cuando hay partido las gradas están medio llenas. Se nota -el campeonato- porque esto está más lleno y más sucio", aseguró Israel Muñoz, que se encarga del mantenimiento del campo de fútbol. Sin embargo, la ciudad deportiva parece no haber necesitado aumentar el número de empleados: "Que yo sepa no ha habido más contratos por la competición, seguimos trabajando los mismos", añadió Israel. Aunque los puestos de trabajo no se han incrementado, la ciudad deportiva se ha llenado de voluntarios que han querido colaborar en la organización del evento.

Sergio Arias viene de Madrid y es uno de los voluntarios. Durante los partidos, él está entre la cantina de la ciudad deportiva y la venta de merchandising: "Mucha gente viene a ver los partidos aunque no sepan muy bien a qué se está jugando. Hacemos una buena caja", afirmó. Patricia Carrasco también se encarga del merchandising y asegura que, en cuanto a la compra del mismo, sí hay movimiento: "La gente se va animando a comprar conforme se van ganando los partidos, mientras tanto prefieren verlo".

Muchos de los voluntarios son jugadores de fútbol americano en distintos equipos españoles; a otros simplemente les gusta el deporte y se han ofrecido a participar. Menos los granadinos, el resto se alberga en el Hotel Luna junto a las jugadoras y todo el equipo técnico. En el hotel del grupo Sercotel, patrocinador del evento, se alojan alrededor de 400 personas. "Esto es un no parar", garantizó el director, Juan Manuel López. Durante una semana los seis equipos que participan en la competición estarán entre Granada y Maracena por los partidos, entrenamientos y, por supuesto, turismo. "Los voluntarios estamos más liados, pero a las jugadoras sí les da más tiempo de visitar la ciudad. Las británicas, por ejemplo, quieren visitar la Alhambra y el Aquaola; lo necesitan para desconectar", aseguró Patricia Carrasco.

El europeo de fútbol americano femenino está teniendo más repercusión por ahora en la capital que en la localidad anfitriona del campeonato. Las jugadoras y el equipo técnico -una media de 48 personas por equipo- salen, hacen turismo, se mueven en autobús y consumen en los bares de Granada. Aún así, habrá que esperar para hacer balance.