La balanza ha terminado de desequilibrarse. El abismo entre los ingresos de los granadinos, que en la mayoría de los casos se han congelado o han sufrido recortes durante el último año, y los precios cada vez más desorbitados dejará tiritando los bolsillos y las cuentas corrientes de las familias de la provincia. En este 2013 recién estrenado, la cuesta de enero se ha convertido en un precipicio difícil de salvar.

La combinación del incremento de los precios y la recesión económica va a ser explosiva para la mayoría de los granadinos. Mientras que el IPC superará con casi toda seguridad el 3% al cierre del año -en noviembre se situaba en un 2,9%, así que las previsiones de que los precios se eleven más de tres puntos no es descabellada-, los salarios de los granadinos se quedarán congelados (ese es el caso de los funcionarios) o con subidas imperceptibles como las de las pensiones, que subirán un 1 o un 2% en función de los tramos y que no recibirán paga compensatoria para equilibrarse con la inflación. Y esa situación se dará en los mejores casos, porque entre muchos otros colectivos el mes de enero se estrenará con recortes salariales o con descensos de la actividad derivados precisamente de la caída de la actividad impuesta por el descenso de la capacidad de consumo.

En este contexto, a la subida general de los precios se une el incremento de las tarifas de algunos servicios básicos como la luz, el combustible o el transporte.

La factura de la luz será una de las que contribuyan a hacer más empinada todavía la cuesta de enero. La decisión inicial del Gobierno, de aplicación desde el día 1 de enero, supone una revisión de los valores del 3%. Hay que recordar que en 2012, aunque inicialmente se optó por la congelación, la tarifa subió posteriormente en abril (4%) y julio (7%); en octubre, bajó (8,4%), pero este descenso se vio neutralizado por la subida del IVA (del 18% al 21%).

Un año de subidas a las que hay que sumar los recargos aplicados por las eléctricas por unas sentencias del Tribunal Supremo que les permitió volver a cobrar con precios mayores sobre una parte de los consumos desde octubre de 2011. Las asociaciones de consumidores advierten de que la subida de enero será mayor que ese 3% por la decisión de Industria de crear un sistema de recargo para penalizar los consumos excesivos y hablan de un alza de entre el 5,8% y el 7,4%. Además, de cara al resto del 2013, las perspectivas no son alentadoras, ya que las eléctricas están trasladando a los clientes los nuevos impuestos del Gobierno.

Al igual que la luz, el combustible recibirá el año nuevo con un incremento de los precios, derivado del fin de la exención fiscal a los biocarburantes aprobada en 2002. En principio, y dependiendo de la comunidad autónoma, los precios de la gasolina y el gasóleo subirán entre 3,5 y 4,5 céntimos por litro.

Por suerte, a lo largo de 2013 los granadinos no tendrán que pagar más por calentar sus hogares. Tanto la tarifa reguladora del gas natural, la que pagan la mitad de los clientes, como el precio de la bombona de butano (16,1 euros) se congelan.

Sin embargo la de telefonía, esa otra factura que se lleva cada mes un pellizco importante de los ingresos de los granadinos, también se elevará en este 2013. La cuota de abono mensual de Telefónica, de 13,97 euros, se ha liberalizado, así que a partir de ahora puede subir. En teoría, la compañía telefónica decidirá en el mes de febrero si varía esa cuota, que también pagan los abonados de las compañías de ADSL que le alquilan la red.

En cuanto a los impuestos municipales, en general el Ayuntamiento de Granada capital aplicará una subida del 1,9%, mientras que la tasa de basura se elevará siete puntos porcentuales. También aumentarán las tarifas del cementerio un 2,7%, lo que supone pasar de pagar 10,28 euros a 15,50.

Tras las subidas excepcionales de los últimos años, el Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI) permanecerá congelado en 2013, mientras que los precios del bonobús aumentarán un 10%. En septiembre el concejal de Economía del Ayuntamiento, Francisco Ledesma, anunció que el bonobús corriente, el joven y el universitario experimentarán un incremento del 9,7 y del 9,6% respectivamente. Sin embargo, no se tocarán los precios del billete ordinario, del abono mensual, o del abono de jubilados y parados.

El agua también subirán, aunque lo hará por debajo del IPC. Emasagra, la empresa municipal de aguas de Granada, aplicará un incremento de l precio del servicio de abastecimiento del 1,59%, con lo que el recibo del agua a partir de 2013 será de unos 40 céntimos para un consumo medio de unos diez metros cúbicos.

En el capítulo del transporte, también el precio de los billetes de los trenes de media distancia se verá incrementado. Según anunció la semana pasada el Ministerio de Fomento, las tarifas de los trenes que conectan la provincia con otras ciudades andaluzas, los más utilizados por los granadinos, elevarán sus precios una media del 3% este año. Por el momento, el departamento que dirige Ana Pastor no se ha pronunciado sobre los precios del AVE y de Larga distancia, que también podrían verse incrementados a lo largo del año que viene.

El transporte interprovincial en autocar tampoco será la salvación para el bolsillo. El billete de autobús interurbano registrará una subida extraordinaria del 6,07%.

En esta situación generalizada de incremento de los precios, por la que los granadinos tendrán que pagar más con los mismos ingresos, los hipotecados se encontrarán con un pequeño 'oasis'. Como si se tratara de la excepción que confirma la regla, el euríbor -el indicador par fijar la cuota de los préstamos hipotecarios- ha cerrado el año en mínimos históricos del 0,55%, lo que significa que todos aquellos granadinos que revisen su hipoteca a lo largo del año no se verán perjudicados por una subida de las cuotas.