Una anécdota real, aunque se dice el pecado, no el pecador. Ni el partido. Un día, en un pleno, el portavoz del único grupo que no estaba en el equipo de gobierno -una cosa frustrante, si se mira con atención- estaba dale que te pego con un tema sin mayor importancia. En un momento dado, el alcalde le cortó diciéndole que se estaba excediendo en el tiempo y, sutilmente, le dio a entender que tampoco el contenido revestía un interés especial. Que estaba diciendo un montón de memeces, vamos. El orador acusó el golpe y, como réplica, sólo acertó a balbucear: "Pero, pero... Yo tendré que hacer oposición, ¿no?"

No hubo contrarréplica. El regidor se limitó a dar paso al siguiente punto del orden del día.

¿Es a "hacer oposición" a lo que se están dedicando algunos estos días, o cabría calificar según qué comentarios como memeces?

Situémonos: en los últimos días de diciembre y en los primeros de enero ha caído la grande. Han sido bastantes los pueblos que han sufrido las consecuencias de un temporal de lluvia terrible, algunas tan lamentables como el fallecimiento, el pasado miércoles, de una señora mayor en Valderrubio. Allí y en Pinos Puente fue donde más se notaron los efectos del maldito temporal. Ese último pueblo lo gobierna IU, aunque al PP eso parece importale poco. Su concejal Teresa Fernández del Moral no quiso cargar las tintas contra quien manda allí, Vicente Mario García. Apuntó más alto y disparó hacia el subdelegado del Gobierno en Granada, Antonio Cruz, al que censuró que estuviera "de vacaciones" y dejara "al municipio sin asistencia".

O sea, que siguiendo esa línea de pensamiento, en esta provincia no se mueve una hoja sin que se entere Antonio Cruz. O, dicho de otro modo, que si Cruz no hubiera estado de vacaciones, nada grave habría pasado. Sin pretenderlo, la concejal le está dando al subdelegado poderes casi sobrehumanos. En fin, ya sabemos al menos que, si se hace una versión con actores reales de Los Increíbles, él podría interpretar sin problemas al padre de familia.

Probablemente ha sido el comunicado más esperpéntico, pero no el único. Desde las filas populares han abundado los reproches hacia las administraciones supramunicipales -Diputación, Junta y Gobierno, todas ellas comandadas por los socialistas-, fundamentalmente por no haber previsto las situaciones de riesgo y por no haber actuado con la debida presteza y eficacia cuando los problemas se presentaron. Y hablando de todo un poco, recuérdese que han sido tres los municipios que han solicitado la declaración de zona catastrófica, una figura que ya no existe. Son Guadix, Motril y Güéjar Sierra. Los tres tienen en común que están gobernados por el PP. Pura casualidad, es de suponer.

Pero volviendo a la fina línea que a veces separa el hacer oposición con el decir memeces, cabe recordar que eso último no sólo significa necesariamente soltar un comentario absurdo, kafkiano o indocumentado, sino también salir a la palestra cuando menos falta hace.

En Valderrubio están desolados. No sólo porque se les ha muerto una vecina muy querida, sino también porque casi todas las casas y locales comerciales del pueblo están llenas de lodo y porquería. Ellos ya están lo suficientemente cabreados como para que venga un oportunista a intentar sacar tajada de la desgracia.

Podrían darles tiempo para que se laman sus heridas y se recuperen de la impresión. Podrían mandar mensajes de apoyo, solidaridad y esperanza hasta que la situación se normalizase y, una vez logrado eso, lanzarse a la yugular de los gobernantes, que argumentos sólidos no faltan para ello. Porque hay muchas carreteras secundarias que están hechas una porquería, porque en muchos casos las labores de prevención en ríos y barrancos brillan por su ausencia... Pero está visto que algunos no saben esperar.