El juicio contra los dos presuntos autores del asesinato de un promotor inmobiliario de 72 años en noviembre de 2019 en Calahonda se celebrará del 14 al 16 de febrero del año que viene, tal y como ha señalado la Audiencia de Granada. La vista se realizará con jurado popular y ambos acusados se enfrenta a una petición de 27 años de cárcel por la Fiscalía.

La primera de las sesiones será el 14 de febrero y se destinará a la constitución del jurado, así como al interrogatorio de los dos acusados, mientras que al día siguiente intervendrán los testigos periciales propuestos por las parte. El 16 se verán las periciales y las pruebas documentales antes de las conclusiones finales, según explicaron fuentes judiciales a Efe.

Según el escrito de la Fiscalía, a los dos acusados se les imputa un delito de asesinato por el que pide para cada uno de ellos 22 años de prisión, y otro de robo con violencia en casa habitada con uso de arma, por el que solicita para cada uno de ellos otros cinco años de cárcel. La Fiscalía también reclama una indemnización por responsabilidad civil de más de 400.000 euros para los hijos del asesinado.

Los hechos se remontan al 2019, cuando uno de los acusados, que había mantenido una relación de varios años con la exmujer del fallecido, se trasladó a Motril y durante varios días se hospedó en el albergue municipal de Jesús Abandonado, donde conoció y compartió habitación con el otro procesado.

Durante la estancia le propuso que le acompañase a Calahonda para cobrar una deuda de 5.000 euros que supuestamente mantenía con él el fallecido, dinero con el que pretendían hacer frente a las dificultades económicas que atravesaban. Pero la deuda no existía, sino que el verdadero propósito del acusado era dar muerte al presunto deudor, según la Fiscalía.

El 11 de noviembre del 2019 los dos se desplazaron en autobús desde Motril al domicilio del fallecido y, estando en el portal, uno de ellos sacó del interior de la mochila que portaba un cuchillo, un cable y una bolsa de plástico. Una vez en el domicilio y tras identificarse como agentes del CNI, contaron al asesinado que sus hijos habían sido secuestrados y estaban en grave peligro, por lo que le pidieron que les entregase su coche y dinero para pagar la liberación. El hombre accedió a darles el poco dinero que disponía en su cuenta bancaria, y que no era la cantidad esperada.

Pensando que la víctima le estaba ocultando la existencia de dinero en efectivo en su domicilio, decidió matarlo, por lo que pidió al otro acusado que le tapara la boca con un trapo, mientras le golpeaba en la cabeza y el rostro y le propinaba un fuerte golpe en el lado frontal que lo dejó aturdido.

Ante la imposibilidad de defensa de la víctima, el principal acusado comenzó a asestarle puñaladas con un cuchillo, le clavó el arma hasta en 39 ocasiones y culminó su propósito su propinándole dos puñaladas en el corazón.

Tras la mortal agresión, ambos acusados cogieron varios objetos propiedad del fallecido (un reloj, unos zapatos y un teléfono móvil), se marcharon del domicilio y trasladaron el cadáver hasta un descampado cercano al domicilio, donde lo dejaron abandonado.