Política

El juego de lo invisible en la Plaza del Carmen por la Alcaldía de Granada

  • Todos quisieron creer que Onofre Miralles no votaría una investidura de Sebastián Pérez sin pensar que hubiera respetado la disciplina de partido

  • Cuenta atrás para el desenlace del 2+2

Sebastián Pérez y Onofre Miralles

Sebastián Pérez y Onofre Miralles / Jesús Jiménez / PhotographersSports

"Lo esencial es invisible a los ojos". Esta frase del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, que se popularizó gracias a su obra El Principito, bien podría usarse para analizar la política en Granada, un territorio donde a simple vista a uno se le pueden escapar muchos detalles -políticamente hablando- y que comprobó cómo, en 2019, lo esencial se hizo invisible y todos se creyeron lo que quisieron creer. Este viernes, con la vuelta de la presencialidad a los plenos del Ayuntamiento de Granada, las miradas fueron para quien, desde aquellos comicios, mantiene su pulso invisible dentro de la Plaza del Carmen: Sebastián Pérez.

Han pasado dos años desde aquel movimiento político que tiñó la Alcaldía de naranja, al menos por dos años, gracias a un movimiento maestro -porque lo fue, dadas las circunstancias- en el que el deseo de muchos superó a una realidad que pudo haber dejado Granada vestida de azul, pero que ninguno quisimos creer. Cuando Sebastián Pérez subió al atril de Andrés Segovia la noche electoral del 26-M dijo que "el que gana es el que gobierna", en referencia al resultado obtenido por los socialistas de Paco Cuenca, vencedores en las urnas, pero no en la práctica.

Pérez sabía que para cumplir su sueño de ser alcalde tenía que convencer a Ciudadanos, pero también a un Vox liderado por un Onofre Miralles que le guardaba el resquemor de una disputa personal de cuando este último se encontraba en las filas populares. A priori, no parecía complicado, pero el tablero político liderado desde Madrid cambiaron las reglas del juego, sobre todo ante el "cierre en banda" de Miralles de hacer alcalde a Sebastián Pérez. Y sí, cierre en banda entre comillas porque ahí es donde viene aquello de lo esencial es invisible a los ojos, como vino a refrendar la diputada de Vox por Granada, Macarena Olona, no hace mucho.

La disciplina de partido

Cuando en mayo de 2019 se iniciaron las negociaciones que hicieron a Luis Salvador alcalde, todas las miradas se fueron hacia Vox y las desavenencias acumuladas hace años entre Miralles y Pérez. Ciudadanos, entonces en voz del ahora popular Fran Hervías, aprovechó la situación y convenció al estratega del PP, Teodoro García Egea, de que la única opción de lograr el apoyo de Vox para que la Alcaldía fuera de derechas era investir a Salvador, ante la negativa de Pérez y parte de los concejales del PP de que fuese otro de los populares quien se colgase el collar de regidor.

Todo parecía claro a simple vista o al menos todos así se creyó por parte de todos, incluida Génova, que ya estaba en contra de su propio candidato granadino y por entonces todavía presidente provincial y que no dudó en aprovechar el movimiento para sacar rédito en otras provincias (véase Málaga y el conocido pacto en la Diputación). Sin embargo, la realidad era otra bien distinta, pero se hizo invisible a los ojos. Porque sí, Miralles a título personal no hubiera votado a Pérez en aquel pleno del 14 de junio, pero Vox sí lo hubiera hecho y, en ese caso, el portavoz del partido de Abascal en la capital granadina hubiera introducido en la urna el voto de su partido… Aunque no fuera "suyo". Así se supo después y así lo hizo ver Macarena Olona tras aquel pleno de investidura, cuando se apuntaba a Vox como responsable de aquel movimiento.

El 2+2 y las fotos del último pleno

De aquello se cumplen ahora dos años, el plazo dado por Pérez a un Luis Salvador que parece estar solo ante el peligro, algo que parece que ya no hace Pérez, tras su vuelta pública al pleno de este viernes en el que se le vio aparentemente cómodo hablando con el edil de Cs Manuel Olivares y el propio Onofre Miralles, entre otros. Ya se expuso hace una semana en este diario: si hay un consenso unánime en el Ayuntamiento es que Salvador no debe seguir en la Alcaldía. Y si algo está claro es que Pérez mantiene ese pulso al actual regidor y que su intención es abrir la caja de pandora -se daba de plazo hasta el 18 de mayo- aprovechando la debilidad de Ciudadanos tras la debacle nacional que ha ido produciéndose los últimos meses e intensificándose tras el 4-M madrileño. Ahora sí, empieza la cuenta atrás para conocer cuál será el resultado de la suma del 2+2. Porque, ya se ha dicho, "lo esencial es invisible a los ojos".

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