El pasado 1 de marzo el Ayuntamiento de Granada anunció la limitación por primera vez de la velocidad de circulación en toda la ciudad debido a la contaminación. Los malos datos de calidad del aire en esos días, con picos de concentración de partículas, llevaron al área de Medio Ambiente a tomar medidas sobre el tráfico, y esta fue la decisión: No se podía circular a más de 30 kilómetros por hora en toda la capital. Si hasta ese momento la limitación a 30 era ya una norma en muchas calles de Granada, sobre todo de la zona centro, el Ayuntamiento lo extendía a toda la ciudad con el objetivo de reducir la dispersión de partículas que estaban concentradas sobre Granada.

El entonces gobierno del PSOE decidió que esta medida era vital para mejorar la calidad del aire y se comenzó a extender la limitación con señalización vertical y horizontal en todos los accesos. A mediados de abril entró en vigor la extensión de la norma con el aviso de la restricción en 33 accesos desde el Cinturón y los barrios.

Pero la norma no ha tenido prácticamente efecto entre los conductores. Es raro ver vehículos a 30 en todas las vías. Y la contaminación sigue presente. Granada continúa como una de las ters capitales con mayor contaminación, junto a Madrid y Barcelona.

Por eso, el nuevo equipo de Gobierno no va a seguir con esta medida en dichos términos. Queda derogada por su imposible cumplimiento.

Según ha reconocido el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Granada, César Díaz, no van a seguir con esa limitación en vigor “porque no se puede cumplir ni tiene sentido” limitar a 30 la circulación en todas las calles de la capital. Para Díaz, la medida fue un “brindis al sol”.

De hecho, desde la Policía Local no se han puesto tampoco sanciones en estos meses por exceder la limitación ya que no hay dispositivos especial de radares o normativa a agentes. Sólo se podría hacer con los radares móviles y en las zonas señalizadas.

No obstante, se trabaja en otras opciones para limitar la velocidad y pacificar el tráfico, uno de los objetivos del nuevo plan de movilidad en el que trabaja el Ayuntamiento y que se presentará en septiembre con el objetivo de reducir la contaminación.

“Vamos a revisar las velocidades y en algunos sitios se mantendrá a 30, en otros se bajará incluso a 20 kilómetros por hora y también se podrá subir a los 50 como ahora”, ha adelantado Díaz.

La limitación de velocidad entrará así en un plan sobre el que Díaz anunció hace unos días que incluirá “restricciones severas” en los accesos los días en los que se detecte mala calidad del aire y aumente la contaminación. Para eso, que limitaría por ejemplo los accesos a zonas como el centro, se está trabajando para ver las alternativas que se darían tanto al transporte público como a los residentes o servicios de emergencias, a los que hay que garantizar el acceso.

También se apuesta por limitar la velocidad en la Circunvalación y Ronda Sur. No se ha dado aún la velocidad pero el anterior gobierno ya pidió bajar a 90.

En el nuevo plan de movilidad, además de la limitación de velocidad que se considere por los técnicos y las medidas de restricción de accesos, también se incluirán medidas para reducir la contaminación como la anunciada renovación de 39 autobuses de la Rober que ha aceptado el nuevo equipo de Gobierno (el cambio de la flota ha sido un asunto enquistado entre Rober y el anterior equipo con expedientes, sanciones y la amenaza de llegar a los tribunales) o la recuperación del proyecto del Metro por el centro que han pedido a la Junta que retome.