Este sábado no ha habido mercadillo del Zaidín y no ha sido por inclemencias meteorológicas. A primera hora las nubes amenazaban tormenta y hubo pero no meteorológica. Los vendedores del mercadillo han cumplido lo que venían avisando y han efectuado el plante del que advirtieron estos días al Ayuntamiento tras considerar que la nueva ubicación en la calle Baden Powell, a donde se trasladaban este sábado tras 14 años, no cumple con sus necesidades y además no se ha contado con ellos para el traslado, algo que niega el Ayuntamiento. Los motivos que alegan para no haber montado es que falta espacio y hay problemas de seguridad en algunas zonas. Además, la forma que se ha dado al mercadillo, dividido en dos zonas, no les convence porque dicen que les perjudica.

La jornada era especial porque tras 13 años de provisionalidad en Torre de la Pólvora, el mercadillo del Zaidín cambiaba de ubicación para dar respuesta también a los vecinos de la antigua ubicación, que ha sufrido más de una década de incomodidades en las puertas de sus casas y, ahí si, insiste el Ayuntamiento, falta de seguridad para el acceso de emergencias. Pero finalmente no ha podido ser y los comerciantes no han montado. Y los vecinos que se acercaban, se tenían que ir como llegaban, con los carros vacíos.

Los vecinos llegaban pero se encontraban con que no estaba montado.

Desde las ocho de la mañana comenzaron a llegar camiones y furgonetas de los vendedores a una calle, a las espaldas del Carrefour y junto al río Monachil, que esta semana se ha mejorado para rebajar bordillos que mejore el acceso de los vehículos y pintar las líneas. Y nada más llegar la decisión estaba tomada: no montaba. Fueron colocando las furgonetas en los lugares asignados según la normativa y las dimensiones de sus vehículos, en su mayoría, era superior y la proximidad de los puestos dificultaba el montaje, por lo que ni siquiera se ha hecho el intento. 

El gran problema, en la acera del río Monachil

El principal problema es en la acera del río. Ahí, los vehículos tienen que subirse a la acera aparcados en línea pero al quedar tan próximos no pueden abrir la puerta trasera para sacar los hierros. La mercancía la harían por la puerta lateral pero antes tienen que montar el puesto y no pueden, aseguran. Además, consideran que se les deja en una ratonera entre los puestos y el río, sin evacuación, y que su mercancía, un día de viento, puede acabar en el cauce. 

La parte de enfrente tendría, objetivamente, menos problema ya que los vehículos se aparcarían sobre la acera y la tierra del parque y el puesto quedaría delante. Pero también dicen que el espacio de separación, el pasillo central, es estrecho y no permitiría pasar ambulancias o vehículos de seguridad, cosa que el Ayuntamiento niega ya que los técnicos han contado con las medidas adecuadas y cumplen con normativa. 

Dicen que la anchura del pasillo para los clientes es insuficiente.

Pero sí hay problemas puntuales que se han visto in situ al comprobar los espacios, como un puesto que tiene que montar metiéndose en una barandilla de un paso elevado y una farola, otro con una viga de una pérgola en medio, otro con farolas, otro con menos metros u otro con un puesto de la luz que dice que es inseguro. Por eso una propuesta podría ser que se eleve el piso a plataforma única o se rebajen los bordillos de esa línea de puestos junto al parque para que se pueda meter más adentro el puesto y deje más espacio para avanzar a los de la parte del río. 

También descontentos están los vendedores que han sido ubicados en una segunda zona, dentro del parque Baden Powell. Ellos tienen más dificultad de acceso y además hay pérgolas que por altura impiden el paso de vehículos y tendrían que aparcar en plena zona verde, en un jardín que linda con el vial de Carrefour lleno de árboles que dejan poco hueco a los vehículos. Y dicen que es zona verde, por lo que no se fían de que puedan dejar ahí los vehículos, algo que sí se hace en Chana, por ejemplo. Además, los vendedores de esta zona aseguran que el público no entraría a esa calle ya que el mercadillo se recorre en recto, por lo que tienen menos posibilidad de negocio en una zona que dicen se quedaría "muerta". 

Un vendedor lamenta su proximidad a una caseta de la luz.

Los vendedores se acercaban a explicar sus problemas y todos coincidían. No se niegan al cambio pero con otro diseño y más espacio. Todas sus quejas y los problemas detectados han sido recogidos por dos inspectores de ocupación de vía pública que han ido analizando puesto por puesto de los 152 para trasladarlo a los técnicos. Hay que seguir haciendo mejoras como la eliminación de pérgolas y el rebaje de más bordillos en la acera, además de buscar la forma de que entren los vehículos. 

Los vendedores dicen que poniéndolo a lo largo en la calle, hacia Avenida de Dílar, pero ya chocaría con la proximidad de las viviendas, lo que se quiere evitar para no tener problemas con los vecinos. Aunque los de la zona tampoco están contentos con el traslado pese a tener más distancia. Dicen que los puestos no están a más de 100 metros de las viviendas más próximas, sino a 25, y siguen recogiendo firmas contra la ubicación. El representante vecinal Carlos Aranda dice que se entregaron esta pasada semana más de 1.300. Además, dicen que se queda inutilizado el parque infantil y que sería inseguro utilizarlo por los niños entre tanto vehículo.

"Unos pocos han impuesto el plante a la totalidad"

La concejal responsable de Ocupación de Vía Pública, Raquel Ruz, tras conocer la decisión de los vendedores de no montar, ha hablado de "imposición" de esta protesta. Ruz mantiene que es la mejor opción y que "durante todas estas semanas hemos estado escuchando prácticamente a diario a estos comerciantes que realizan su actividad, que nos han trasladado sus reivindicaciones a las que hemos dado respuesta haciendo un esfuerzo titánico de adecuar aquella zona a las demandas que nos iban trasladando. Aún así unos pocos han impuesto el plante a la totalidad de los comerciantes entendemos que coartando su libertad de acción en una zona que muchos entienden que es adecuada y muy positiva para la realización de sus actividades comerciales. Seguiremos dialogando con ellos en este diálogo continuo con la asociación de comerciantes ambulantes y daremos respuesta a todas sus reivindicaciones y demandas en esa ubicación, en Baden Powell, que entendemos que es la mejor ubicación posible para el mercadillo del Zaidín". Por lo que no se contempla otra posible ubicación sino mejorar la actual.

Una pérgola estorba por altura y por interferir en los puestos.

La plataforma de vendedores pide una reunión y acuerdo

Melchor Tirado, hablando en representación de vendedores, de la plataforma de vendedores autónomos del mercadillo del Zaidín, ha pedido una reunión con el alcalde o la concejal para "que nos escuchen". Su abogado, Jorge Maya, en representación de estos, que han sido los que llevaron el traslado incluso a los tribunales, ha dicho que este viernes se resolvió acordando dar traslado al Ayuntamiento de que tiene diez días para presentar alegaciones a la demanda, en la que piden paralizar el traslado. Según Tirado, quieren mantener una reunión para llegar a un acuerdo y conseguir mejoras: "Tienen que contar con nuestras necesidades. Ellos hablan de una ordenanza antigua que no se ha actualizado a los tiempos. Estamos 152 familias que queremos realizar nuestro trabajo dignamente, que se sienten con nosotros y nos escuchen", dice. Así, asegura que esperan respuesta municipal y que está en el aire también el montaje el próximo sábado, planteando incluso volver a Torre de la Pólvora (que ellos dicen que no tenía problemas de seguridad pese a las reticencias que hubo también en su día a aquel traslado) lo que no contempla el Ayuntamiento una vez realizado ya el cambio. "Estamos dispuestos a dialogar pero no nos han contestado", dice Tirado.

Las opiniones de los afectados

Hay una zona verde donde tienen que aparcar entre árboles.

Entre los vendedores, queja. Manuel Zurita lleva montando su puesto desde el año 1985, cuando el mercadillo estaba en los Vergeles. "He pasado ya por cinco sitios y esto no lo he visto en ninguno. Falta seguridad, espacio para los vehículos, queremos que se atienda nuestras peticiones y llegar a un punto de conformidad", dice. Porque cumpliendo normativa, también reclaman fuentes o aseos públicos para que tanto los vendedores como los usuarios del mercadillo puedan utilizarlos. "Si hay que modificar la normativa que se haga. Nosotros somos sensatos y entre nosotros colaboramos para adaptar los vehículos y montar, pero esta parte del río es imposible, no entran. Y si llega alguien tarde cómo accede a su puesto. ¿cómo aparca y saca el material?", explica. 

Francisco de la Fuente lleva 30 años montando en el mercadillo y resalta también el problema de los vehículos. Dice que el Ayuntamiento se agarra a la medida de la normativa pero que no entran y no pueden sacar los hierros. La opción de asfaltar la calle y poder subir el nivel hasta el de las aceras para hacer plataforma única, o rebajar las aceras, permitiría ganar un poco de margen para dar más espacio a los del río, que son los más perjudicados en este asunto del espacio, además de poder hacer el paso central más ancho para el paso de vehículos de emergencias. También defiende que se haga en línea para colocar todos los puestos en la misma calle, evitando zonas "muertas", y así poder dar más espacio y pasar de seis a siete metros, lo que sí permitiría descargar. 

Otra vendedora es María Jesús Sempere, que lleva 50 años en la venta ambulante. "Tengo el coche ahí y no puedo abrirlo. Además, si tiene que entrar una ambulancia, ¿por dónde lo hace? Además el río es un problema de seguridad porque se puede caer mercancía y en verano un foco de infección con los mosquitos y el calor", asegura. 

Personal de Ocupación de Vía Pública fue tomando nota de todos los problemas detectados.

María Isabel Maya, que lleva desde los 16 años, toda su vida, en los mercadillos, se ha encontrado con un problema en su puesto. "Está justo delante de una caseta de la luz. Aquí tenemos hierros, toldos, si llueve o hay algún problema esto es un pararrayos, es un peligro, no es seguro", dice. 

Muchos van con metro en mano y la calle que se ha dejado de tránsito mide 3,50 metros, cumpliendo normativa, pero dicen que estrecha para tener que evacuar o entrar un vehículo de emergencia entre los puestos y la gente. Además, dicen que sus puestos cuentan con unos toldos extra a modo visera para taparles el sol y proteger la mercancía y al cliente, y que suelen ser de medio metro de ancho, por lo que dicen que todo quedaría muy pegado. 

Espacio que queda en la acera del río cuando aparcan las furgonetas.

Inma Martín explica que después de 40 años en mercadillos ha pasado por muchas ubicaciones y que "como esta ninguna". A ella le ha tocado un puesto que en la parte trasera estaría ocupado en parte por la barandilla que da acceso al puente que cruza el río dirección Fermasa y por una farola. ¿Dónde meto el coche? ¿Dónde monto? Me quedo con menos espacio porque el puesto debería respetar la baranda por seguridad. Ahora lo he subido a la rampa pero no tendría que estar ahí, no lo entiendo", dice, insistiendo en que los propios vendedores tienen otro diseño de mercadillo en forma de U en esa ubicación que podría dar respuesta a sus problemas y que quieren plantear al Ayuntamiento. 

Mohass Wayal Diop es de los que está en la segunda zona, dentro del parque Baden Powell y además de insistir en los problemas de acceso a esta parte tanto para los vehículos como para luego los clientes, se queja por el criterio seguido a la hora de poner los puestos entre la 'parte buena', en la vía principal, y esa trasera. "Llevo toda la vida en esto y hay puestos con menor antigüedad en mejor zona", explica.

Su vecina de puesto es Dolores Samara, que se ha encontrado con la sorpresa al llegar de que el puesto se ha pintado justo donde hay una pérgola y parte de la mesa del mismo quedaría intransitable por los hierros de la misma. Además, tiene una fuente en el otro lado y dice que midiendo no tiene los seis metros de largo que dice la norma. "No hay espacio, me dan cuatro metros y medio y un poste delante. Después de 14 años en el otro sitio esta no puede ser la solución", asegura esta vendedora, que se dedica a la venta ambulante desde hace 40 años. "Yo vengo de Motril y si llego más tardecillo no tengo forma de entrar aquí. Además, en esta zona del parque, cómo metemos las furgonetas con los árboles, las ramas nos dan, ¿pisamos la zona verde?", se queja otro compañero. "Y los excrementos de los perros en este jardín los días de calor esto no va a haber quien lo aguante", asegura otra comerciante.

El traslado entra en la batalla política

Sánchez e Insúa coincidieron en una visita al mercadillo y hablaron con los comerciantes.

La situación ya se preveía con los avisos dados estos días por comerciantes y también la entrada de la política en esta 'polémica'. Por allí pasaron en este primer día la portavoz de Vox (que se abstuvo en la comisión de mercadillos que aprobó el traslado), Beatriz Sánchez, que ha estado escuchando a los vendedores y vecinos, y Concha Insúa, de Cs, que esta semana ha tenido también reuniones con los vendedores, ambas candidatas de sus partidos a la Alcaldía de Granada.

Ruz: "Ponemos fin a 13 años de sufrimiento"

La concejal Raquel Ruz, en su valoración posterior a este traslado no secundado por los vendedores, ha seguido defendiendo en declaraciones a la prensa que es una "zona con grandes posibilidades de venta, una zona amplia, que no molesta a los vecinos puesto que los edificios más cercanos están a más de cien metros y una zona que entendemos que es óptima para la ubicación del mercadillo, que llevaba 13 años en la puerta de los vecinos de la calle Torre de la Pólvora y Marqués de Burgos, que veían que sábado tras sábado, durante 13 años, en una ubicación que se decía que era provisional, veían secuestrados sus vehículos, veían secuestrada su libertad de entrar y salir de las viviendas puesto que se instalaban en las puertas de sus casas y sus cocheras. Por tanto, ponemos fin a esos 13 años de sufrimiento en una ubicación que nos parece adecuada, con grandes posibilidades para estos comerciantes pero también que no molesta a los vecinos y da respuesta a este problema que sufríamos durante 13 años".

Ahora habrá que ver cuáles son los movimientos durante esta semana para llegar a un acuerdo o mejorar la zona: la próxima fecha clave, el sábado 25 de marzo.