Mientras en otras provincias se preparan para el futuro de las comunicaciones ferroviarias, tanto en tiempos de pandemia como para cuando esta haya pasado (o se hayan mitigado sus efectos), Granada lucha por recuperar la posición que había ganado con la puesta en marcha con la llegada del AVE en junio del año pasado.Los movimientos de Ilsa para competir con Renfe en el mercado nacional se traducen en casi treinta trenes diarios con Andalucía y la compra de material rodante con un gran contrato, mientras que el otro competidor, Rielsfera (formado por la francesa SNCF) ya ensaya con sus trenes en la línea Madrid-Barcelona, aunque no tiene adjudicado trabajar para el sur de España.

El país se prepara poco a poco para este desembarco ferroviario, destinado a favorecer la competencia y rebajar los precios de los billetes, un factor clave para potenciar la demanda del que Granada, de momento, no se verá beneficiada de forma directa.

Para que pueda llegar ser un destino interesante para las compañías ferroviarias, la ciudad tiene que recuperar el 62,5% de las conexiones perdidas por la pandemia. De entrada, la demanda de trenes previa al estado de alarma, cuando Granada tenía seis frecuencias diarias con Madrid, estaba a punto de ganar dos más en abril, y la que tenía con Barcelona, todas ellas víctimas del Covid.

También tiene que recuperar otras cuatro frecuencias con Sevilla e inaugurar los seis servicios Avant con Málaga, aplazados sine die, que se iban a poner en marcha en el segundo trimestre de este año, y que ya van a esperar a que esté terminada la Estación de Antequera-Ciudad, aunque en principio la puesta en marcha no dependía de la finalización de la terminal.

Renfe dijo que los servicios se irían recuperando conforme la demanda indicase, aunque lo cierto es que a los pocos servicios que hay tampoco les ayudan los horarios. Con solo un tren al día con Madrid, saliendo de Granada a las 7:10, y otro de vuelta a las 17:35, limita mucho la capacidad de absorción de demanda. En dos meses de 'nueva normalidad', la compañía estatal no ha hecho más cambio que añadir un tren más por sentido con Sevilla, mientras mantiene los mismos servicios AVE que cuando estaba vigente el estado de alarma.

Pero además de que se estudie la demanda, también tendrá que mejorar la propia infraestructura para incrementar el número de surcos disponibles. Al menos doblarlos, algo para lo que Adif trabaja en la elaboración del proyecto para doblar la vía, salvo en el cuello de botella de Loja, que sólo se solucionará con la Variante, para la que no hay ni proyecto ahora mismo. Incrementar los surcos disponibles subirá también el número de tráficos posibles, requisito básico para que entre a operar otra compañía, ya que de recuperarse los planes iniciales, Renfe los ocuparía todos.