La semana se despide con un vestigio de aire fresco -o al menos menos infernal- tras un domingo que se esperaba mucho más caluroso de lo que finalmente fue y una semana en la que se venían superando los 45 grados diarios que, acompañados de nubarrones y humedad, hicieron de la segunda semana de agosto una de las más calurosas del año. Este lunes podría ser el último coletazo de la ola de calor, que desaparecería a partir del martes con un considerable descenso de las temperaturas.

El peor día de la semana fue la jornada del sábado. Pese a encontrarse en alerta naranja por altas temperaturas, que determina temperaturas máximas de 42 grados, Granada tuvo que soportar temperaturas de 45,7 grados a las 17:00 en algunos puntos de la ciudad según los termómetros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), mientras que el mercurio de algunos termómetros en las calles llegaron a marcar los 51 grados en las horas de más calor de la jornada. 

Tras estos registros la Aemet decidió declarar la alerta roja por altas temperaturas en la provincia para la jornada del domingo con la previsión de temperaturas máximas de 44 grados, a lo que se podía esperar que el mercurio, como en días anteriores de alerta naranja, rebasaran por mucho la temperatura máxima prevista por la agencia.

Sin embargo, tan sólo un termómetro, el del Aeropuerto de Granada, registró temperaturas superiores a la predicción: 44,7 grados a las 15:50 de la tarde, octavo registro más pronunciado del país por detrás de los 46,1 grados de Murcia. En el resto de la provincia no se alcanzaron las cifras de la semana, registrando Víznar 37,3 grados de máxima, 41,1 la Base Aérea de Armilla, mientras que en ningún punto de la Costa se superaron los 30 grados. Además, la sensación de humedad constante bajó de forma notoria y los cielos volvieron a descubrirse.

Durante la jornada de este lunes se esperan temperaturas máximas de 42 grados a las 16:00 horas, siendo la franja horaria de las 13:00 a las 20:00 la más calurosa en la que Granada se encontrará de nuevo en aviso naranja. La sensación térmica podría ser menor debido a un aumento de la velocidad del viento. A partir del martes la provincia volvería a la alerta amarilla con un notable descenso de las temperaturas máximas. La predicción apunta a unos 34 grados que, tras esta ola de calor, seguro se considera una "temperatura agradable".