Parados a casi 40 grados en mitad de un secarral de Granada: una avería en un tren deja tirados a 192 pasajeros en Alamedilla

A casi 40 grados, en mitad de un puente rodeado de secarrales, y con el tren parado. Esto han sufrido los 192 pasajeros del tren Intercity que une Madrid-Almería a su paso por el municipio de Alamedilla a causa de una avería en el convoy. Los viajeros han sido atendidos por la Guardia Civil, que ha repartido agua facilitada por el Ayuntamiento alamedillero entre los ocupantes. Adif informó sobre las 13:30 horas de que el tren se paró en un punto entre las estaciones de Cabra de Santo Cristo, en la provincia de Jaén, y Moreda, ya en Granada, entre los municipios de Guadahortuna y Alamedilla. Renfe envió una locomotora desde Almería hasta el lugar del incidente y arrastró los vagones hasta la estación aledaña, para trasbordar a los viajeros y continuar el viaje en tres autobuses hasta Almería capital, a donde tenía que haber llegado la comitiva a las 15:20 horas, haciéndolo finalmente dos horas después, según la Guardia Civil.

El tren Intercity 276 salía a las 8:20 desde la estación de Madrid-Atocha con la previsión de llegar a la estación de Huércal-Viator pasados veinte minutos de las tres de la tarde. Debido a las obras de la Alta Velocidad en la capital almeriense, el traslado desde esa estación a la ciudad se hace en autobús. Sin embargo, sobre las 13:30 horas, el convoy sufrió una avería mientras circulaba por la provincia de Granada, entre los municipios de Alamedilla y Guadahortuna. Debido al parecer a un fallo eléctrico, locomotora, según explicaron en el propio tren (o una "incendencia técnica en los equipos de tracción", según Renfe) el convoy quedó inmovilizado entre un puente y la plataforma ferroviaria, lo que complicaba las labores de desalojo de los pasajeros.

En concreto, el tren se paró sobre el nuevo puente del Hacho, a pocos centenares del metro del antiguo, protegido como Bien de Interés Cultural y atribuido a un discípulo de Gustave Eiffel. Los pasajeros empezaron a dar avisos y a publicar quejas en sus redes sociales, aunque el tren seguía con electricidad y aire acondicionada. A los minutos llegaron varias dotaciones de la Guardia Civil para repartir agua entre los pasajeros mientras esperaban una solución. Una locomotora S-334 de Renfe estacionada en Huércal-Viator realizó el trayecto hasta el lugar de la avería, se acopló a la tractora averiada, y la remolcó hasta la estación de Alamedilla-Guadahortuna, situada a pocos metros del puente, donde hay varias vías de apartado que permiten el estacionamiento de trenes. La estación, además, cuenta con espacio suficiente para una evacuación accidental y para acoger los autobuses que finalmente llevaron a los pasajeros a su destino. El viaje duró cerca de nueve horas. El tren, posteriormente, fue arrastrado hasta Moreda para ser apartado.

Las averías en este tipo de tren son habituales. En concreto, la locomotora averiada es una de la Serie 334 de Renfe que opera trenes de Larga Distancia por vía convencional. Las instituciones almeriense llevan años clamando por las deficiencias de la máquina que les lleva a Madrid. Este tipo de cabeza tractora ya dio problemas en su día cuando Granada tenía servicios convencionales antes de la llegada de la Alta Velocidad. De hecho, Renfe suele utilizar, cuando se puede, dos locomotoras para darle tracción a estos trenes por si una de ellas falla.

Según comentó uno de los pasajeros a bordo, Guillermo Navarro, a las 16:30 horas aún se encontraban dentro del tren esperando para ser remolcados hasta la estación más cercana. A pesar de las quejas de algunas personas en redes sociales durante la primera hora de la parada, después han llegado a la zona varias patrullas de la Guardia Civil para auxiliar al convoy. Al poco, los usuarios recibieron de Renfe por mensaje SMS un aviso con el plan de rescate, que se hizo eterno para los afectados. No es la única incidencia que ha afectado a las últimas horas a los trenes en Granada. Anoche, una avería en Sevilla, afectó a un tren Avant que tuvo que ser remolcado hasta llegar a Granada tras ocho horas de periplo.