La sanidad no pasa por su mejor momento debido a la crisis económica. Los recortes en este área han hecho mella en muchos profesionales, que han visto cómo su salario ha ido mermando, pero sobre todo en las nuevas promociones de médicos que salen de las facultades, que ven muy complicado o imposible desarrollar su carrera profesional en su ciudad. Por ello, son cada vez más los facultativos que deciden salir al extranjero no como una opción de ampliar horizontes sino por pura necesidad ante la dificultad de acceder a un contrato en la sanidad pública o, al menos, no de manera precaria. En tres años, 97 galenos se han marchado de Granada para trabajar en centros sanitarios de otros países.

En 2011, fueron 13 los médicos que cruzaron la frontera principalmente a países europeos para buscar una oportunidad laboral. Un año más tarde, en 2012, la cifra se elevó hasta los 38 profesionales que solicitaron al Colegio de Médicos de Granada un certificado de idoneidad para poder ejercer fuera de España. En 2013 la cifra ascendió hasta los 46. Comparando la evolución, según los datos facilitados por el Colegio granadino, en dos años ha crecido un 253% el número de profesionales que han solicitado la documentación y autorización necesaria para ejercer en otro país. Es decir, que en 2013 el número de médicos que se vio obligado a salir a trabajar a otro sitio se triplicó respecto a la cifra de 2011. Este año, en el que no se han notado mejoras significativas en la situación de la profesionales, la cifra seguro que seguirá en aumento.

Entre los motivos está la precariedad laboral que viven los profesionales sanitarios en Andalucía y en España y la falta de contratos nuevos. En el caso de Andalucía y de Granada, el personal del SAS se tiene que conformar ya desde hace dos años con contratos precarios. Sólo se autorizan hacer contratos eventuales con una jornada al 75% como máximo pero que también baja al 50 y al 33%. Además, se hacen contratos por pocos meses e incluso semanas. Por otro lado, no se están cubriendo bajas ni sustituciones, por lo que los contratos están bajo mínimos.

Esta realidad a la que se enfrentan con la crisis los profesionales sanitarios ya ha hecho que los facultativos, enfermeros o auxiliares tengan que buscar salidas laborales en otros ámbitos tan dispares como los comercios o la hostelería. Todo por encontrar un trabajo. También aumenta otra opción que es la de repetir el MIR para hacer otra especialidad y poder asegurarse otros 4 o 5 años de trabajo aunque sea con una residencia.

Pero para quien estas opciones no son su idea de futuro la salida que le queda es la de emigrar a otros países, donde los profesionales de la sanidad española están muy bien valorados. De ahí las críticas de los colegios profesionales y de otros sectores que lamentan que la inversión que se hace en formar a los mejores médicos y enfermeros se tenga después que aprovechar en otros países al quedarse con su desarrollo profesional. Formar a un residente cuesta aproximadamente 300.000 euros.

El perfil de los profesionales sanitarios que se marchan fuera es, principalmente, el de jóvenes menores de 25 años que han terminado su formación pero que nunca han llegado a encontrar empleo o que el único que les ofrecen es precario con pocas horas de trabajo y poco salario. También están decidiendo dar el salto profesionales de entre 26 y 35 años en situación de desempleo o sometidos a contratos parciales en su lugar de residencia o en cualquier centro de Andalucía o del país.

Por especialidades, las más numerosas son médico de Familia, Medicina General, Anestesiología o Ginecología. Mientras que los destinos a los que se emigran son principalmente países de la Unión Europea por la mayor facilidad para la convalidación y el reconocimiento de los títulos. Destaca Reino Unido, Suecia, Alemania y Francia. En menor medida quedan países como Australia, Nueva Zelanda, Emiratos Árabes o Chile.

Estos países están realizando cada vez mejores ofertas para atraer a los profesionales sanitarios españoles. En Granada, son varias las campañas que centros alemanes por ejemplo realizan para captar profesionales. El peligro es que estos profesionales no vuelvan más y se pierdan auténticos valores y por tanto el futuro de la profesión.