Granada

Un viaje al Renacimiento

  • Dos profesores de Bachillerato organizan una ruta para conocer la Granada renacentista El itinerario incluye una representación en plena Alhambra

Año 1526. Carlos V e Isabel de Portugal han contraído matrimonio. El emperador está prendado de su consorte, ella de la Alhambra. Y él la obsequia regalándole el conjunto palaciego que ahora lleva su nombre en el recinto monumental. Sucedió en la realidad hace casi medio siglo, pero los alumnos del IPEP (el Instituto Provincial de Educación Permanente de Granada) lo han representado. La dramatización no es más que una de las actividades programadas en la llamada Ruta Literaria por la Granada Renacentista, que coordina la profesora de Lengua y Literatura Carolina Ruiz, junto con el también profesor de esta asignatura Enrique Almachel. El objetivo, "acercar al alumnado el valor que Granada tiene a nivel histórico y literario", en palabras de la docente.

Y es que además de la representación -llevada a cabo a los pies de la mismísima Puerta de la Justicia por cuatro alumnos de Bachillerato mayores de edad, pero contemplada por otra treintena- el itinerario incluye visitas a zonas ilustres de la Granada renacentista como Plaza Nueva (desde donde partieron), el Carmen de los Mártires, la Plaza de Santo Domingo del Realejo (donde destaca la emblemática estatua de Fray Luis de Granada), la Capilla Real o la Catedral.

La ruta se completa con un trasiego turístico por la plaza de Bibrambla, la de la Universidad y San Jerónimo. Todo un lujo al alcance de cualquier persona que pueda haber presumido de recorrer las calles de la capital.

Ruiz relata que la ruta consta de dos partes: "una primera que hemos trabajado en el aula, desde un punto de vista teórico y con todo el material didáctico, y otra que consiste en presenciar in situ los lugares más emblemáticos del Renacimiento en Granada. O como diría nuestro insigne escritor Juan Ruiz Arcipreste de Hita: «Hay que enseñar deleitando». Es decir, salir del aula para que el aprendizaje no sólo sea una labor memorística, sino que se aprenda aplicando", relata la docente.

Y qué mejor forma de aprender que juntando en torno al monumento más internacional de España a un buen número de alumnos con ganas de enseñarle a granadinos, turistas y curiosos en general sus bondades escénicas, la historia literaria de la ciudad y, de paso, echar unas risas. Un plan que funciona a las mil maravillas cuando, para colmo, el tiempo acompaña.

La representación, de apenas diez minutos, tuvo como protagonistas a cuatro alumnos -todos ellos de Bachillerato- que se metieron en la piel de un juglar, una pregonera, el emperador Carlos V e a Isabel de Portugal. El legado histórico de Granada sigue lejos en el tiempo, pero muy cerca en el espacio. Será por eso que dicen que es mágica.

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