Alavés-Granada CF La crónica

Un desastroso Granada toca fondo ante el Alavés (3-1)

  • Nueva derrota del equipo de Paco López, al que se le agota el crédito tras otro lamentable partido de su equipo que acaba con clara derrota en Vitoria

Lucas Boyé trata de llevarse el balón ante varios rivales

Lucas Boyé trata de llevarse el balón ante varios rivales / Agencia LOF (Vitoria)

El Granada volvió a merecer el calificativo de desastroso y perdió por 3-1 ante el Deportivo Alavés, que se aleja de un descenso donde seguirá estando una semana más el equipo dirigido por Paco López, que cada vez tiene menos crédito.

Dos contras locales costaron dos goles en un pobre primer tiempo del Granada, que en el segundo volvió a encajar y fue incapaz de crear peligro, aunque Uzuni marcó al final de penalti el gol de la honrilla.

El equipo sigue encajando gol con extrema facilidad, para colmo uno y medio de los recibidos este viernes del ex Samu Omorodion, mientras que sin el sancionado Bryan no tiene nada arriba.

El partido fue otro ejemplo de impotencia, de inferioridad y de incapacidad del Granada, que tiene que mejorar muchísimo para tener opciones de salvarse. Los dirigentes decidirá si con Paco o sin él en el banquillo.

Como en los últimos partidos, la puesta en escena del Granada no fue mala. Ganas de tener el balón, rival controlado y hasta dos o tres llegadas más o menos peligrosas. El problema es que lo único decente del equipo fueron esos diez primeros minutos y un poco los diez últimos.

Álvaro trató de sorprender a Sivera con un tiro escorado cuando apenas se habían jugado sesenta segundos, mientras que después lo intentó Gumbau, aunque había partido en fuera de juego Lucas Boyé en el inicio de la acción.

Antes del 1-0 aún hubo tiempo de que el argentino se encontrara un balón franco en el área, con un dos para uno a favor, pero asistió mal a Uzuni.

La posición de Melendo mucho más centrada hacía que el Granada tuviera superioridad en la medular y, por ende, el control del choque, aunque las buenas noticias duraron lo que duran esta campaña: un suspiro.

En el minuto 11 Luis Rioja partió desde casi su propia línea de fondo dejando atrás a tres rivales y fue el origen de una contra letal, que ya montó el Alavés en superioridad. Condujo Guridi, centró Rebbach y entre Samu y Torrrente tocaron un balón que se envenenó para superar a un André vencido abajo.

Como muchas veces esta campaña, la primera llegada del rival era el primer gol en contra. Y lo peor es que el Granada ya no se levantó del golpe.

La primera mitad, con dominio alterno pero sin más ocasiones, fue el más claro ejemplo de un equipo incapaz, impotente, con ganas pero sin fútbol, con ánimo mas sin capacidad para generar nada.

El desborde por bandas no existió, Gonzalo Villar no apareció, Gumbau tampoco, Melendo y Uzuni volvieron a demostrar que se quedaron en Segunda y Lucas Boyé es un islote arriba que se pelea de espaldas y no tiene claridad de cara.

Con ese panorama lo peor que podía pasar, pasó. Otro gol del Alavés en otra jugada generada desde área propia tras ataque rojiblanca. Esta vez la salida fue con un balón en larga. El Granada, como casi siempre, perdió las disputas y se descolocó.

Y la pelota llegó a Rebbach con tiempo para colocársela a su pierna buena y buscar el palo largo de André, que últimamente no para ni taxis.

Pudo ser peor, ya que antes del descanso tuvo Luis Rioja tras otro sonrojante fallo atrás de un Granada errático y cada vez más perdido.

Como si la primera parte hubiera sido una maravilla, Paco López no hizo cambios en el descanso. Igual es que mira al banquillo y se le cae el mundo a los pies por la falta de alternativas de calidad.

La reanudación

Nada varió al inicio de la segunda parte, que arrancó con una volea de Gumbau a las nubes y la misma impotencia de los rojiblancos, pese a sobar el balón más que los locales.

Respondió el Alavés con un chut lejano que despejó André. Empezó a mascarse el desastre en el minuto 55 con el 3-0, marcado por Samu, tras cogerle la espalda a Torrente, al aprovechar con la testa un centro desde la derecha de Luis Rioja. El rojiblanco no lo celebró.

La solución que encontró Paco en el banquillo, a la hora, fueron Antonio Puertas, Sergio Ruiz y Famara, aunque parecieron más cambios para evitar expulsiones (Gonzalo Villar y Lucas Boyé) o quitar fatiga (Álvaro) que para reaccionar.

De ahí al final el Granada, como todo el partido menos los diez primeros minutos, fue una caricatura de equipo, incapaz de pisar el área rival con peligro. Daba la sensación de que el equipo podía estar jugando tres días sin ser capaz de marcar.

Buscaron el gol de la honrilla Uzuni y Famara, el primero con un mal remate en franca posición y el senegalés a las manos de Sivera, ya era casi el epilogo y el partido estaba más que sentenciado.

En el minuto 86, Famara, que puso más ganas que otros, recibió un penalti de Benavidez que transformó en gol Uzuni para que el sonrojo fuera algo menor. En el añadido sacó Sivera el 3-2 a Antonio Puertas. Despertar demasiado tardío.

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