Granada CF | Resaca en rojiblanco

El mayor problema del Granada CF no es perder

  • Las derrotas sufridas por el equipo son merecidas y las mejoras que ve el técnico no las observa el resto del granadinismo

Yan Eteki ante Bellerín en el partido de este lunes

Yan Eteki ante Bellerín en el partido de este lunes / Photographerssports (Granada)

Para un equipo de fútbol hay cosas peores que perder un partido. Por ejemplo, que cedas de forma merecida o que lo hagas y el mejor del encuentro sea tu portero. Hay algo más grave que perder de manera justa con tu cancerbero como el más destacado de los tuyos. Es que tu entrenador comparezca después en la sala de prensa y hable de situaciones que sólo ha visto él, te cuente un encuentro diferente al que has presenciado en el mismo sitio y a la misma hora.

El Granada CF no mereció más ante el Betis. Ni firmó muchos minutos de alto nivel futbolístico. Ni mostró una mejora clara en todos los aspectos del juego. No fue el desastroso equipo que se vio en Vallecas, sólo hubiera faltado eso, pero no hubo prácticamente ninguna faceta en la que estuviera más acertado que ante el Villarreal o el Valencia.

Lo primero que hace el médico cuando atiende al enfermo, incluso antes de diagnosticar qué le ocurre, es reconocer que no está sano. Sin un tratamiento adecuado y sin medicinas, sirve de poco darle ánimos y explicarle el maravilloso futuro que le espera cuando esté bueno.

Defiende muy mal

Igual que las casas se empiezan por los cimientos, los equipos se construyen desde la defensa. Entre los muchos aspectos a mejorar por el Granada, el más urgente, necesario y prioritario es el que tiene que ver con lo que hace el equipo cuando no tiene el balón.

Al Granada de Diego también le hicieron muchos goles la pasada campaña. Cierto, la pasada, en un curso atípico y de tremenda exigencia por Europa. Y, pese a eso, rozó el sobresaliente. Pero cómo se construyó ese Granada, cuál fue su principal virtud en las dos primeras temporadas: su fortaleza defensiva, lo que era capaz de hacer cuando no tenía el balón.

Todos los conjuntos ante los que se ha medido el Granada en esta liga le han creado muchas y muy claras ocasiones de gol. Unos acertaron más y otros menos, pero Villarreal, Valencia, Rayo y Betis han mostrado que el cuadro rojiblanco actual defiende muy mal. Le llegan con suma facilidad.

No es un problema de los zagueros o de los medios, es de colocación en el campo, de automatismos, de saber qué hacer. También de ser contundentes y no cometer errores individuales, que ha habido, aunque han sido muchos más los colectivos que tienen que ver con el funcionamiento de todo el conjunto.

La vieja guardia

Los que siguen aquí desde Segunda, la vieja guardia, pierden peso con Robert. Tras lo de Vallecas pagaron los platos rotos Víctor Díaz, Antonio Puertas y Aarón, los tres suplentes y sin minutos ante el Betis.

A Germán lo cambió en la segunda parte, pese a ser de lo menos malo en este inicio de curso. Y tiene pinta de que pronto estará más en el banco que en el campo.

Lo de Quini no es fácil de entender. Si por algo se caracteriza el cordobés es por cumplir siempre, pero si elige antes que él a un Arias a medio gas, no será fácil que cuente con minutos de forma regular. Montoro lleva dos partidos irreconocible, se le ve incómodo en el campo.

Una de las grandes virtudes de Diego Martínez fue lograr un rendimiento excelso, incluso por encima del que los propios jugadores podían imaginar, de todos los citados. El transcurrir de la temporada dirá si quedan o no en un segundo plano y, si es así, hasta dónde es capaz de llegar el Granada de la nueva guardia.

Saber hacer macedonia

“Si tengo limones hago limonada y si tengo naranjas hago naranjada”. La frase la dijo Diego en su presentación y se hizo viral en redes sociales este lunes a raíz de lo que se ha visto en estas primeras jornadas del Granada de Robert, un equipo que, en principio, quería jugar a algo que ni ha podido, ni ha sabido, ni le han dejado jugar.

Más allá del factor psicológico, de la capacidad que tenga el técnico catalán para llegar a sus jugadores y hacerles ver que son mucho mejores de lo que han mostrado en las cuatro primeras jornadas, seguramente la reacción o no del Granada pase porque el preparador tenga claro qué quiere hacer y cómo lo quiere hacer.

Una macedonia con la fruta que te queda en el frigorífico, ya sean piezas más verdes o más maduras, suele ser una buena solución cuando no sabes si decantarte por el kiwi, por el plátano o por la pera. Ahora, aunque parezca fácil, en la vida también hay que saber hacer macedonias y que te salgan buenas.

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