Granada CF La Resaca

La mejoría del Granada con Sandoval llega tardísimo

Sergio Ruiz toca el balón en el Granada-Alavés

Sergio Ruiz toca el balón en el Granada-Alavés / Antonio L. Juárez / Photographerssports (Granada)

No era tan difícil hacer una actuación digna y ganar un partido. El Granada demostró ante el Alavés que no se le ha olvidado jugar al fútbol, que se puede competir aunque este todo perdido, que honrar el escudo y la camiseta no es una cuestión de súper hombres.

Llegó, luchó, defendió, marcó y ganó. Parecía una utopía, pero es posible hacerlo. De hecho, muchos lo hacen de forma asidua. Este equipo se había acostumbrado a lo contrario, pero por fin acabó con la mala racha.

En los dos últimos encuentros se ha visto otra cosa. Ha jugado el Granada con Sandoval dos partidos que son mejores que prácticamente todos los que ofreció con el ínclito Cacique Medina. Tampoco han sido para tirar cohetes, pero en el primero dominó y perdonó al Valencia, ante el que perdió de forma injusta, y en el segundo fue mejor y superó al Alavés.

Quitando el partido del estreno ante el Cádiz, que no es poca cosa porque fue perder una final ante un rival directo y dando mala imagen, las sensaciones con el nuevo técnico son positivas, aunque es evidente que la reacción, la mejoría, la evolución, o como se quiera calificar, ha llegado tardísimo, cuando ya no hay lugar a la caza de los equipos que están en permanencia.

Situación

El Granada se encuentra a once puntos de la permanencia, lo que es una distancia insalvable cuando quedan 21 en juego, aunque el equipo que marca ese corte, que es el Celta, tiene que visitar aún el Nuevo Los Cármenes. Este cambio de las últimas jornadas y este triunfo ante el Alavés sí que va a servir para que el descenso directo se demore algunas jornadas.

La proyección de puntos de pasadas jornadas indicaba que se podía bajar de forma matemática en la siguiente jornada ante el Athletic en San Mamés o en el próximo partido en casa. Ahora igual se retrasa algunas jornadas, aunque también dependerá de los resultados del Celta y, sobre todo, de si el Granada es capaz de mantener su proyección positiva y de seguir sacando puntos en las siguientes jornadas.

El choque ante el Alavés sirvió, aparte de para volver a gritar “directiva dimisión” en el estadio, para que la afición mostrara su amor hacia algunos jugadores que han llegado en el mercado invernal y desean que se queden la próxima temporada, caso del meta Augusto Batalla.

Planificación

Es una evidencia que el argentino ha mejorado las prestaciones del equipo en la portería y que sería un acierto que siguiera aquí, siendo la base defensiva sobre la que apuntalar el proyecto del año primero en Segunda. Con Bruno Méndez, aunque la grada no lo contara, ocurre algo similar. Los dos únicos fichajes de invierno, junto a un poco de Pellistri, que han mejorado realmente lo que había en la plantilla.

Se quede o no Batalla, ni que decir tiene que la labor de Tognozzi y sus adjuntos en la dirección deportiva tiene que estar ya a pleno rendimiento preparando la próxima temporada, porque es el momento adecuado para que el club se centre y monte el mejor equipo posible de cara al próximo curso en Segunda.

No vaya a ser que una victoria o una falta expectativa de poder alcanzar la permanencia, paraliza o haga que no comience la planificación de los verdaderamente importante ahora.

Filial

El Recreativo Granada ha perdido la categoría de forma matemática cuando faltan seis jornadas para que concluya la fase regular en la Primera RFEF. Es un fracaso mayúsculo, absoluto, un ridículo histórico, como se puede comprobar con el simple hecho de mirar la tabla de los dos grupos de esa categoría. Es un disparate tal que en un club serio hubieran rodado ya cabezas. Y si no lo han hecho, aún están a tiempo, ahora cuando hagan balance del curso.

Más aún teniendo en cuenta que por medio se produjo el injustificado despido de un técnico que nunca tenía que haber salido del club. Primero porque el equipo fue a peor con el cambio y segundo porque el problema estaba, y está, en los despachos y no en los banquillos. Como el tiempo ha demostrado.

En el club saben bien quién y cómo se ha planificado la plantilla del filial, los culpables del desastre tienen nombre propio. Y ahí siguen, sin que se les caiga la cara de vergüenza. Ni a ellos ni a los que les mantienen en el cargo.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios