El potencial del Atlético de Madrid, el histórico próximo partido contra el Nápoles, las bajas y los problemas en cuanto a efectivos que se encuentran al cien por cien en la medular rojiblanca, con Domingos Quina, Yangel Herrera y Gonalons ya disponibles pero no en condiciones por diferentes motivos de ser titulares y Yan Eteki y Montoro sobrecargados de minutos en las últimas semanas, fueron las causas que condicionaron tanto el esquema de juego, el del principio y el del final, elegido por el Granada ante el cuadro colchonero como los cinco cambios realizados por los locales durante el partido. Diego Martínez repitió por segundo encuentro consecutivo el dibujo con tres centrales y dos carrileros, tras usarlo en la pasada jornada en el feudo del Levante.

Germán, en lugar de Nehuén, fue el acompañante esta vez en la línea de tres de Domingos Duarte y de Vallejo, con Foulquier de nuevo en la derecha y Carlos Neva recuperando su lugar en la izquierda en lugar de Adrián Marín.

Yan Eteki se recuperó a tiempo y pudo acompañar en la medular a Montoro, mientras que el tridente ofensivo ante las ausencias por lesión de Luis Suárez y de Soldado estuvo formado por Jorge Molina, Kenedy y Machís, siendo el venezolano la tercera y última novedad en el once respecto al pasado encuentro.El 1-5-2-3 de Diego Martínez se midió a un Atlético que, como venía siendo habitual en los últimos encuentros, también apostó por una zaga de tres centrales y dos carrileros, un 1-3-5-2 de Diego Pablo Simeone marcado por el regreso de Hermoso y de Carrasco, ambos tras superar el coronavirus, y por la baja de última hora de Vitolo.

Los madrileños, también condicionados por las ausencias y con un banquillo de circunstancias, sólo realizaron un cambio en todo el partido, algo bastante inhabitual y más aún ahora que se puede hacer cinco sustituciones.

Neutralizados

Los dos equipos se neutralizaron en el primer tiempo, que empezó con dominio visitante pero que, en líneas generales, fue igualado y de pocas ocasiones, con Rui Silva muy seguro y Oblak convertido casi en un espectador.

La opción más clara fue del Granada con un remate de Germán que estuvo a punto de convertirse en el enésimo tanto rojiblanco a balón parado.

Montoro se convirtió en el motor de los ataques locales, con el tridente ofensivo atado en corto por los defensores visitantes.

Esto provocó que Machís y Kenedy alternaran sus posiciones, aunque ningún equipo creo peligro real al rival entrando por banda, lo que provocó el 0-0 del descanso.

Relevo visitante

El primero en mover ficha fue Simeone, que en el descanso dejó en el vestuario a Kondogbia, pese al buen primer acto firmado por el galo, para que entrara Vrsaljko, lo que provocó que algunos visitantes cambiaran su posición pese a que Simeone mantuvo el mismo dibujo de principio a fin.

Antes del choque, independientemente de cómo fuese el partido, Diego tenía varias cosas claras en cuanto a los cambios que iba a hacer, y es que ninguno de los cinco medios disponibles estaba para jugar todo el choque.

Por eso el primer relevo fue la entrada de Yangel Herrera por Yan Eteki y el segundo la vuelta al verde de Gonalons por Montoro.

Cambio de dibujo

El técnico rojiblanco también aprovechó esa segunda ventana de sustituciones para que entrara Antonio Puertas por Kenedy.

No varió su sistema, aunque con el cambio de los dos medio centros ganó el Granada en llegada, como se comprobó en el 1-1, al estar en el terreno de juego Yangel Herrera.

Tras el 1-1, y ante la imposibilidad de cambiar a Jorge Molina o acabar con dos puntas porque no había delanteros en el banquillo, entraron el debutante Domingos Quina y Alberto Soro por Foulquier y Machís, lo que llevó a Vallejo a colocarse de lateral derecho y acabar el Granada el choque con un 1-4-1-4-1.

Germán se fue arriba en varias ocasiones para cazar algún balón de cabeza. Esta vez no pudo ser.