La afición por el Granada CF es una cuestión de sentimientos. Un gran ejemplo de esto es David Roca, un joven seguidor de 16 años que vive en Menorca y que sigue al conjunto rojiblanco como cualquier aficionado del Albaicín, La Chana o el Camino de Ronda. Ya es conocido junto a su padre por el personal del club y jugadores, así como algunos aficionados, pero la distancia le impide estar presente en los partidos del equipo en la medida que les gustaría.

La pasión por el conjunto rojiblanco y el interés por la ciudad de Granada le viene de familia, ya que su madre es granadina y su padre, Carlos, estudió en la UGR. Carlos comenzó a seguir al equipo en los años 90. Por aquel entonces en el recién inaugurado Estadio Nuevo Los Cármenes se ofrecía buen fútbol a precios baratos, algo que como estudiante, le "enganchó" al equipo. Además, como explica, hay una gran comunidad granadina en la isla, incluso con peñas donde el joven David ya es un habitual y conocido por todos a pesar de su corta edad. En los planes de la familia está que David siga los pasos de su padre y venga el próximo curso a estudiar a la Universidad de Granada, algo que le genera mucha ilusión para así poder estar más cerca del equipo de sus amores.

El partido de Mallorca

La pasada temporada, concretamente en mayo, David aprovechó que el Granada CF jugaba en Mallorca, el famoso partido del 2-6 que hizo albergar esperanzas de lograr la permanencia, para desplazarse al hotel donde estaban los jugadores rojiblancos. Junto a él había alrededor de una veintena de seguidores rojiblancos. Algunos de los futbolistas saludaron ante los ánimos de sus fieles seguidores, pero ninguno se detuvo ni a firmar ni a conversar. Razón por la cual, David se llevó el varapalo de no haber podido conseguir que sus ídolos firmasen su camiseta. Posteriormente y mediante la intervención del por entonces director de comunicación del club, Paco Ceballos, la elástica acabó en manos del delegado Manolo Lucena.

Foto junto a la leyenda rojiblanca Manuel Lucena

Una hora más tarde, cuando el grupo ya había cenado, apareció el exfutbolista por la recepción y le entregó personalmente la camiseta, firmada por los jugadores del Granada. Uno de los mejores recuerdos del joven es cuando pudo conocer allí a Antonio Puertas, su rojiblanco favorito, y en sus propias palabras, "un jugador que ha marcado una época y se mantiene fiel a sus colores".

Su pasión

En las vacaciones de Navidad la familia vino a Granada y el joven se pasó varias mañanas a las puertas de la Ciudad Deportiva con una sonrisa solo por poder compartir espacio con los futbolistas del club, por los que no le importaba esperar horas a cambio de una foto o una firma. Tuvo la suerte de conocer a muchos jugadores, para los que ya les es familiar la cara de David a pesar de la distancia, y le han regalado camisetas en varias ocasiones. Esto es debido a su persistencia e ilusión por poder presenciar algo tan cotidiano como un entrenamiento del club, aunque tenga que levantarse a las ocho y esperar en la instalación de la carretera de Alfacar toda la mañana.

Sobre el posible ascenso del Granada, David sueña por poder vivir partidos como visitante en Primera División. "Poder ver al Granada CF en otras ciudades es mágico. Estando en Primera o Segunda, la ilusión es la misma, por lo que viajaré siempre que pueda", afirma. Esperemos que no tenga que conformarse con ver los partidos por la tele y es que, como cuenta su padre a modo de anécdota, el regalo que pidió David por Navidad fue contratar el fútbol en la televisión para poder ver a su Granada y también a los rivales. No se pierde nada que tenga que ver con el club, a pesar de vivir a más de 1.000 kilómetros de distancia.