Con el mes de julio asomando en el horizonte, muchos son los jugadores seguidos por el Granada CF para reforzar su plantilla de cara a su vuelta a la elite del fútbol profesional.

El puesto de central es uno de los que aparece en rojo a la hora de fichar. Neyder Lozano, que en la campaña recién finalizada ha jugado en el Elche, y Domingos Duarte, que acaba de quedarse a las puertas del ascenso con el Deportivo de la Coruña, son dos de los nombres ligados al equipo rojiblanco en los últimos días, aunque la prioridad para el centro de la zaga tiene un nombre y un apellido conocidos de sobra: José Antonio Martínez.

El zaguero onubense, de 26 años, ha sido uno de los grandes artífices en el ascenso del Granada a Primera, aunque estaba aquí cedido por el Eibar y ahora le toca volver a la disciplina del club armero, que será quien decida su futuro.

36 partidos disputados, en los que marcó un gol, dio una asistencia y vio tres tarjetas amarillas, son los números de Martínez con el Granada, donde formó con Germán Sánchez la mejor pareja de toda la Liga 123.

Este buen papel, la excelente relación que tiene con compañeros y técnicos, la capacidad de crecimiento que el jugador ha demostrado y el hecho de que el futbolista vería con buenos ojos continuar en el Granada han provocado que su regreso se convierta en una prioriodad a la hora de apuntalar la zaga para los máximos responsables deportivos del club y para el entrenador Diego Martínez.

Decide el Eibar

El futbolista llegó el pasado verano al Eibar procedente del Barcelona B y casi desde el inicio de la pretemporada se veía que iba a tener difícil quedarse en la escuadra vasca, que era carne de cesión. Ahora las cosas son distintas por su gran papel en el curso recién concluido, aunque la competencia en el Eibar no ha disminuido.

Los armeros iniciarán su pretemporada el 10 de julio, el mismo día que comenzará a trabajar el Granada, y se irán de stage a Austria. Allí, salvo sorpresa, estará Martínez, tratando de demostrar que tiene sitio en la plantilla del Eibar.

Si el técnico José Luis Mendilibar opina lo contrario, tal y como ocurrió el pasado verano, el club rojiblanco le espera con los brazos muy abiertos.