No hay nada mejor que una goleada para calmar los ánimos tras una eliminación copera ante un equipo de inferior categoría. Eso fue lo que hizo el Granada CF ante el Mallorca, al que venció con solvencia por 4-1, haciendo olvidar por la vía rápida el duelo del jueves ante el Mancha Real. Los de Robert Moreno, liderados por un excelso Jorge Molina, autor de tres tantos, dieron un paso de gigante al sumar tres puntos muy importantes que los aleja de la zona peligrosa.

Poco le pudo achacar la afición rojiblanca a su equipo en el primer acto. Tras un inicio dubitativo en el que fue el cuadro balear el que jugó más en campo contrario, a partir del minuto diez fueron los nazaríes los que pasaron a dominar el cuero y, con ello, generar peligro ante el arco de Manolo Reina. En ello tuvo mucho que ver el buen rendimiento de la dupla del centro del campo formada por Gonalons, que no podrá el miércoles por sanción al igual que Quini, y Luis Milla, que se adueñaron de la parcela ancha moviendo a sus compañeros a placer.

El primero

La presión alta cuando los de Luis García Plaza querían salir jugando desde atrás permitió robar muchos balones. Pero fue a base de contragolpes como los de Robert Moreno crearon más peligro. La pegada que no se tuvo en Mancha Real llegó ante los bermellones. Avisó al cuarto de hora Luis Suárez con un remate con la zurda en el segundo palo que Reina salvó in extremis. Y a la siguiente llegada, el Granada CF se puso por delante en el marcador. Fue gracias a una recuperación en la medular que permitió a Suárez montar la contra. El colombiano avanzó, fijó a los centrales en su conducción y cedió en el momento preciso a Jorge Molina quien, en el área, definió con maestría con la derecha (20’).

Sin embargo, la alegría duró poco pues cuatro minutos después, tras una contra por la izquierda llevada por Jaume Costa, Dani Rodríguez remató, solo, en el corazón del área llegando desde atrás. Y es que mucha envergadura no tenían los jugadores atacantes que dispuso García Plaza sobre el verde, pero sí mucha movilidad y calidad. En especial destacó la dupla asiática formada por el coreano Kang-in Lee y el japonés Kubo. Ambos generaron muchas dudas a la zaga local pues no tenían una posición fija y su dinamismo complicó mucho el trabajo defensivo de los rojiblancos.

Reacción

El tanto pareció hacer mucho daño. Pero duró poco pues, liderados por las internadas de Quini por la derecha, los de Robert Moreno pusieron cerco al arco de Manolo Reina. A la media hora, un nuevo centro de Quini le llegó a Machís, que remató con potencia con la zurda pero el portero balear rechazó a base reflejos. El cuero le cayó a Luis Suárez quien, con todo a su favor, disparó en el borde del área chica por encima del larguero.

Machís es objeto de falta por parte de Ruiz de Galarreta.

Pero más clara fue la ocasión que tuvo Germán Sánchez, que estrelló el esférico en el larguero con la cabeza tras un centro de Milla desde la derecha. La afición disfrutaba de su equipo pese a las dudas con el balón en ellos pies de Torrente y el peligro que suponía la dupla coreana-japonesa. De sus botas llegaron las mejores opciones de su equipo en la recta final de un acto en la que Luís Maximiano tuvo algo más de trabajo, sobre todo gracias a los chuts desde lejos de ambos futbolistas. Mereció más el Granada CF pero se fue al descanso con un sabor agridulce a tenor de los méritos realizados.

Segundo acto

El choque bajó de nivel en la segunda mitad. Ambos se jugaban mucho y un punto, sobre todo para los visitantes, era bueno. La lucha se centró en la medular y las llegadas al área disminuyeron. Faltó algo de ritmo, de ahí que hasta el minuto 57 no hubiera nada destacado en ambas áreas. Fue por medio de Luis Suárez, que no paró de intentarlo en todo el choque, cuando se atisbó algo de peligro. Las diagonales de Kubo comenzaron a hacer daño pero a la hora de chutar no estuvo del todo acertado. Todo lo contrario que Jorge Molina, que pasada la hora de partido volvió a adelantar a su equipo demostrando que está hecho de otra pasta. Carlos Neva centró desde la izquierda tras una subida por banda, el cuero le llegó a Machís que remató mordido con la zurda, rebotó en un rival y le llegó a Jorge Molina que controló y, con toda la pausa del mundo allí donde casi todos se ponen nerviosos, batió a Reina en su desesperada salida.

El Mallorca pudo empatar en el 90’ pero no lo hizo y al minuto siguiente Jorge Molina puso la sentencia definitiva

El tanto tranquilizó los ánimos de los nazaríes, que siguieron buscando la sentencia por medio de Machís y Suárez. Los cambios ofensivos del Mallorca le dieron otro aire al ataque bermellón. Con más presencia en el área, buscaron con insistencia el arco de Luis Maximiano, que pudo ver en el 90’ su portería batida por segunda vez. Sin embargo Fer Niño no supo aprovechar, con todo a su favor, el gran servicio raso del ex rojiblanco Brian Oliván cuando en la grada se hizo el silencio.

Locura

Del 2-2 se pasó al 3-1 en apenas un minuto. Lo que tardó Jorge Molina, con un gran disparo desde la frontal, en sellar el choque en el descuento. Su entrenador, en un gran detalle, lo sustituyó por el canterano Adri Butzke, que debutó así en Primera División. El de Monachil tuvo ocasión de disfrutar con sus compañeros sobre el césped el cuarto de la tarde, obra de Antonio Puertas, que celebró así su reciente paternidad. Martina trajo un pan bajo el brazo y Molina se llevó el balón a su casa de recuerdo, completando la fiesta rojiblanca que espera que tenga continuidad el miércoles ante el Atlético de Madrid. Cerrar el 2021 sumando sería la mejor noticia para un equipo que en la competición liguera ha cogido una buena dinámica de puntos. Ya llueve menos. De Mancha Real ya pocos se acuerdan.