Granada-Barça | El otro partido

Una noche inolvidable

  • La marea rojiblanca goza al son de un Granada CF que forma una piña con su afición durante todo el duelo

Los seguidores rojiblancos se agolparon a la llegada del autobús del Granada CF.

Los seguidores rojiblancos se agolparon a la llegada del autobús del Granada CF. / Álex Cámara

La mezcla de colores fue una de las grandes protagonistas de la noche ayer en el Estadio Nuevo Los Cármenes. A un lado, el rojiblanco, y al otro, el blaugrana. Pareciera que una parte de la ciudad se inclinó por animar más a los catalanes que a los propios nazaríes. Incluso, entre miembros de las mismas familias, se palpaba la rivalidad. Pero, en el campo, como no podía ser de otra manera, la mayoría fue granadinista. Las banderas de ambos equipos ondearon también en los puestos de alrededor del campo.

Antes de comenzar el choque entre el Granada CF y el FC Barcelona, en torno a unos 2.000 aficionados se reunieron frente al estadio entonando cánticos, preparados para recibir a sus respectivos ídolos.

Los autobuses de cada uno de los conjuntos entraron por un lado diferente de la calle Pintor Maldonado. El Barça lo hizo desde el fondo norte, tras ser escoltado por la Policía Nacional y la Guardia Civil desde Monachil, donde se encontraba el hotel en el que se instalaron los blaugranas. Los granadinos, como siempre, vinieron por el fondo sur, aclamados en todo momento por sus fieles seguidores.

La afición rojiblanca recibió al Granada CF como en las grandes citas. La afición rojiblanca recibió al Granada CF como en las grandes citas.

La afición rojiblanca recibió al Granada CF como en las grandes citas. / Álex Cámara

Tal fue la emoción en ese instante que el club quizá deba plantearse reforzar el material del autobús rojiblanco, pues sería perfectamente posible que el vehículo se abollara con los golpes que recibió. Y no sólo por parte de los aficionados granadinistas, pues también lo hizo el técnico Diego Martínez y el resto de componentes del cuadro nazarí desde dentro, emocionados con el recibimiento de su afición en una de las citas más esperadas de la temporada.

La marea de espectadores que se agolparon en la puerta una hora y media antes del enfrentamiento demostró la importancia del encuentro. También fue especial para la gran cantidad de niños que vieron por primera vez a su equipo compitiendo contra uno de los más grandes de LaLiga Santander.

Las 18.880 personas que ocuparon las localidades, tanto fijas, como las de las nuevas gradas supletorias que se estrenaron anoche, se pusieron en pie cuando los dos onces titulares saltaron al terreno de juego a calentar. Mucho ruido se oyó en ambas ocasiones. Cuando lo hizo la plantilla del Granada CF, aplausos, mientras que en la salida de los azulgrana fueron los silbidos los que representaron el rechazo de los aficionados granadinistas.

Un magnífico espectáculo de luces inauguró la noche con el clásico Bienvenidos de Miguel Ríos como banda sonora, formando un perfecto maridaje. A continuación, el himno de los locales puso la guinda del pastel a los minutos previos al encuentro, levantando de sus asientos a todos los componentes de la familia rojiblanca.

No pudo ser mejor el inicio del choque, ya que a los 2 minutos, un gran trabajo en equipo por parte de Soldado, Puertas y Azeez firmó el primer tanto, que inundó de ilusión el estadio.

La afición del Granada CF no se caracteriza por ser rencorosa, pero demostraron las ganas que tenían de hacer ver a Rakitic que el equipo rojiblanco ha vuelto a Primera, y para quedarse. Cada vez que el croata tocaba el balón, los pitidos hacían ensordecer a Los Cármenes.

Tras un fantástico primer tiempo, los jugadores nazaríes se fueron al descanso vitoreados por todos sus seguidores, al compás del grito de "¡Sí se puede!".

La segunda parte, algo más tranquila a pesar de que la afición gritaba y silbaba cuando tenía cualquier oportunidad, culminó con el gol de Vadillo en el 66' tras un penalti que se tuvo que revisar con el VAR. La respuesta a este tanto fue el cántico de "!Qué viva España!" a voz en grito.

A sólo cinco minutos del término del encuentro, los seguidores rojiblancos acabaron volcándose ante el equipo, iluminando el campo con flashes de móviles y botando, haciendo vibrar Los Cármenes.

Los aplausos finales completaron la jornada en la que el Granada CF se fue a la cama como líder

Los aplausos finales completaron la quinta jornada de liga, en la que el Granada CF se fue a la cama como líder de la clasificación, haciendo ver que lo que a priori parece imposible se puede convertir en probable e, incluso, en perfectamente posible. Los nazaríes ocupan ahora el lugar con el que finalizaron los blaugranas la campaña pasada.

Los aficionados pertenecientes a la Grada 1931 siguieron en sus localidades minutos después de que los jugadores abandonaran el verde, al compás de un "¡O salen los toreros o no nos vamos de aquí!". Los matadores no salieron, por lo que la seguridad del estadio tuvo que pedir a la peña que abandonara las instalaciones y, aunque un poco resignados, finalmente lo hicieron. De fondo, se escuchó el sonido de un megáfono con gritos y música, que poco a poco se fue alejando hasta apagarse.

La fiesta se trasladó hasta los bares de la zona y duró hasta altas horas de la madrugada, aprovechando que la victoria se consiguió en sábado en una noche inolvidable.

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