La pizarra | Racing - Granada

Otra actuación estrepitosa del Granada a domicilio

Callejón, en una acción del juego.

Callejón, en una acción del juego. / Agencia LOF (Santander)

El Granada volvió a hacer el ridículo fuera de casa. Noventa minutos sin tirar a puerta, con sensaciones muy negativas y un juego impropio de un equipo que se está jugando un ascenso.

Como única novedad, Paco López introdujo a Víctor Díaz en una zaga conformada por Ignasi Miquel y Miguel Rubio, es decir, cambió el sistema a defensa de tres con dos carrileros poco ofensivos para dar consistencia al centro del campo cuya pareja sería de nuevo la de Bodiger-Petrovic. A pesar de que el serbio acabó con molestias ante Las Palmas, el valenciano decidió alinearlo de nuevo, mientras que los problemas físicos dejaron en el banquillo a Óscar Melendo. Apenas ajustó algo Paco López, pero un sólo cambio, ya sea de jugador o de sistema, puede afectar en muchos aspectos del juego.

Un Racing volcado por la izquierda

El plan de José Alberto estaba claro: hincar el diente por la izquierda haciendo valer la profundidad de Íñigo Vicente y las incorporaciones al ataque del lateral Saúl, que desde el principio mostró que las iba a tener con Quini. El Granada dio un pase al frente tras unos primeros compases frenéticos y también quiso volcar su ataque en el flanco izquierdo, con multitud de centros de Carlos Neva que acabaron en tierra de nadie.

El balón parado

Este es uno de los aspectos que más se ha trabajado esta semana, a pesar de que el técnico no sabe si hablarlo mucho o poco para no generar desconfianza en la zaga rojiblanca. Apenas sufrieron en defensa los nazaríes, aunque Miguel Rubio no estuvo correcto en algunas ocasiones con no dejar pasar el balón a Raúl Fernández, mostrándose poco fiable hasta el punto de ver una amarilla en la primera mitad que hacía pensar que el madrileño fuese sustituido. En las marcas, Antonio Puertas se encargó de la vigilancia de Germán Sánchez, bien conocido por el almeriense.

Sin ideas en ataque

Jugadas sin criterio y rápidas que acabaron en nada. Ese fue el bagaje ofensivo ofrecido por los rojiblancos en la primera mitad. El estilo de juego tampoco ayudó a que el equipo tuviera mucha vertiente en ataque. Ya en la segunda parte todo parecía complicarse con carajas defensivas que propiciaron el primer gol de los cántabros. No hubo nada en el descanso que indicara a Paco López que algo no funcionaba y así llegó el primer tanto.

Reacción al gol

Hasta que no llegó el tanto local no reaccionó el técnico valenciano. Modificó el sistema a un 4-4-2 con tres por dentro para generar algo más. No era para nada necesario esos tres centrales. Esta vez fueron 54 minutos tirados a la basura -da igual cuando leas esto- fuera de casa. Melendo y Meseguer a la medular y Bryan por banda en detrimento de un Callejón que no apareció. Perea, hipotenso como casi siempre y Diédhiou fueron los últimos cambios. Para Paco López, Weissman no está ni para partidos como el del Racing, a pesar de su paternidad.

Eibar

Sin más, el Granada vuelve el domingo que viene a su abrigo, Los Cármenes. Esa medicación que hace permanecer con vida al equipo, indigno del ascenso a domicilio. Mientras haya vida, hay esperanza. El día que se falle en Los Cármenes, se acabó.

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