No pasará a la historia el partido que disputó el Recreativo Granada ante el filial Almería en un coliseo semivacío al que para más inri, se sumó un envite anodino, de escasas ocasiones, demasiadas precauciones y escasa ambición por parte de ambos conjuntos. Lo más positivo sin duda que extrae el conjunto dirigido por Pedro Morilla de su visita a tierras almerienses es el punto que pone fin a una pésima racha de resultados que ya acumulaba seis derrotas consecutivas. Lo negativo, que seguramente podría haber cosechado los tres en liza si hubiese arriesgado un poco más.

Pocas ocasiones

Dice mucho del encuentro entre filiales que la primera aproximación con cara y ojos del duelo hacia alguno de ambos portales no tuvo lugar hasta pasada la media hora de juego. Mucha presión en la medular, mucho desgaste pero nula elaboración tanto en el bando indálico como en el nazarí. Aunque el dominio territorial fue del Recreativo, las llegadas las protagonizó su rival al filo del descanso.

Andrés García presiona a un jugador del Almería.

Fue en el minuto 35 cuando Sergio se hizo un hueco en el interior del área para sacarse un disparo que se marchó cruzado de la portería de Lejárraga. Acto seguido, se animó la cosa y Javi Moreno también lo probó con timidez, aunque en esa misma jugada Antonio Marín terminó lesionado y abandonando el terreno de juego a los 36 minutos, dejando su sitio a Jean. Los locales, poco antes del intermedio, gozaron de la que sin duda fue la mejor oportunidad del partido.

Al larguero

Cuando el colegiado se disponía a señalar la conclusión de un soporífero primer tiempo, Toril con una espectacular tijereta mandó el esférico al travesaño. El balón rebotó en la misma línea de gol y los almerienses tuvieron más cerca que nunca la ocasión de inaugurar el marcador, algo que no sucedería tampoco en la segunda mitad. Y es que a pesar de los cambios y los futbolistas de refresco, no mejoró en demasía la contienda.

Segundo acto

La posesión, tras el preceptivo cambio de campos, siguió siendo favorable al Recreativo, al que tampoco había visos de que se le prendiera la luz a la hora de generar jugadas ofensivas. Parecía que el los de Esteban Navarro estiraban sus líneas por momentos, tratando de jugar por bandas, pero se encontraron con el buen hacer defensivo nazarí que, constantemente, lo impedía. La contundencia y el orden táctico imperaron en los de Morilla, que dispusieron de una buena acción para ponerse arriba. Un balón centrado de Calo no logró conectarlo con la testa Rivas. El propio delantero gozó, superada la hora de juego, de un disparo que terminó en las manoplas de Jero.

Paco Torres cede a un compañero ante el achique de un rival.

A partir de ahí el Almería B contó con una serie de situaciones que bien podrían haber decantado la balanza hacia su lado, pero les faltó acierto ante el marco visitante. Cristian primero y Javi Moreno, que hizo intervenir a Lejarraga, tampoco pudieron romper la igualada.

Sin novedad

Fueron pasando los minutos y el marcador seguía inamovible. Eso sí, los de casa parecían más dispuestos a llevarse el triunfo, tratando de generar ventajas y colgando balones a una zona de castigo bien poblada por la defensa nazarí. Con el tiempo prácticamente cumplido, Viedma, que había ingresado al verde por Morillo en el 75’, tiró a puerta, hubo un rebote y finalmente la zaga contraria despejó el peligro, consumándose así un cero a cero que no saca a ninguno de pobre.