La ausencia de Darwin Machís provocó que Luis Suárez arrancara el choque partiendo desde la izquierda, pero la realidad fue que al cafetero se le vio en dicha zona sobre todo cuando su equipo defendió. Como era previsible, intercambió en numerosas ocasiones su posición con Carlos Bacca, pero cuando arrancaba en banda era con el objetivo de hacer diagonales...cuando las hubo, claro.
Conforme fue avanzando el choque, se le vio más como referencia que en el flanco izquierdo. También se le vio por la derecha tras alternar su posición con Puertas pero lo cierto es que apenas intervino en el juego en la primera mitad. La poca profundidad de su equipo en ataque tampoco le ayudó. Encima, antes de la media hora pisó a Santi Comesaña por lo que vio cartulina amarilla en una dura acción. Fue el claro ejemplo de la impotencia de un Granada CF sin ideas, muy inferior en todas las facetas, blando atrás y sin peligro en el primer acto.
Al palo
Tras el descanso, y con la entrada de Jorge Molina, el ariete colombiano estuvo más acompañado arriba y en la primera ocasión que tuvo, en el 51’, aprovechó un gran pase de Bacca para plantarse ante Dimitrievski, que tocó lo justo para desviar su intento que se estrelló en la cruceta para su desesperación. Con el 1-4-3-3 pero mucha desventaja en el marcador, apenas intervino en ocasiones aisladas. En una de ellas, habilitó a Jorge Molina en el área cuando podía haber disparado desde la frontal pero Fran García se interpuso y el cuero terminó en saque de esquina.
Cambiado
Su última acción del choque antes de ser sustituido fue una reclamación en el área de un penalti inexistente. Robert Moreno, con 4-0 en contra, lo vio demasiado acelerado y optó por darle descanso para evitar una posible expulsión. Su equipo tampoco le ayudó a brillar.
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