En pocos días la suerte de los habitantes de la región sur de Sudán estará echada. Deberán decidir si quieren seguir formando parte de un Sudán unificado o empezar una nueva etapa como Estado independiente.

En África, donde la mayoría de las fronteras entre países fueron trazadas aleatoriamente por las potencias coloniales, se trata de un referéndum histórico.

Sin embargo, la elección, que forma parte del acuerdo de paz de 2005 que puso fin a la más larga guerra civil en África, está ensombrecida por los temores a nuevos conflictos, como la violencia étnica de los diversos grupos.

La mayoría de los observadores considera que el resultado del referéndum del domingo, en el que participarán unas 3,5 millones de personas, no es ningún misterio. El Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM, por sus siglas en inglés), que gobierna el sur del país y surgió como producto de la guerra civil, está a favor de la creación de un nuevo Estado. "Cuando despertemos el 9 de enero, cumpliremos con los sueños de nuestros antepasados e iremos a la elección para decidir sobre el futuro de las próximas generaciones", enfatizó el presidente de Sudán del Sur en su mensaje de Año Nuevo.

Según encuestas publicadas en Sudan Tribune, el 97% de los electores registrados están a favor de un Estado independiente.

Debido a que gran parte de la población es analfabeta, las papeletas electorales muestran dos símbolos: por un lado dos manos tomadas para permanecer unido al norte, y por el otro una mano con cadenas rotas para quien esté a favor de la secesión .

El Gobierno en Jartum ya anunció que de producirse la secesión del sur tendrá plena vigencia el derecho islámico, la sharía, que se convertirá en base de toda la legislación. Sin embargo, el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, enfatizó que en caso de dividirse el mayor país africano, las relaciones entre las dos entidades deberán marcarse por una política de buena vecindad.