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Atalaya explora en el Alhambra la insubordinación de 'La Celestina'

  • La compañía recupera el clásico de Fernando de Rojas con la alcahueta más universal de las letras

Ricardo Iniesta, responsable de la compañía Atalaya , defiende la necesidad de volver la mirada a los clásicos, porque "hablan de los grandes problemas del ser humano", que son, prosigue, "los mismos desde hace milenios". Por esta convicción, el director y su equipo revisan ahora, tras sus aproximaciones a otros personajes emblemáticos como Medea, Electra o el Ricardo III de Shakespeare, una de las creaciones más memorables de la literatura española, La Celestina , de Fernando de Rojas, en un montaje que representan esta noche y mañana a las 21 horas en el Teatro Alhambra.

Iniesta, que llevó a China uno de los espectáculos más celebrados de la compañía, Divinas palabras, de Valle-Inclán, descubrió que en el país asiático conocían al personaje de Celestina "igual que saben quién es Fausto, Hamlet o Carmen". El alcance universal de esta alcahueta se debe, apuntan desde Atalaya, a la profundidad psicológica con que Fernando de Rojas perfiló a sus protagonistas. "Ni Shakespeare, ni los clásicos griegos, ni Lorca, ni Calderón han sabido tratar a los personajes con esa perfección y cantidad de matices", asegura Iniesta, entusiasta también ante la audacia de un autor que "tuvo la picaresca de presentar primero el texto como anónimo, y eso lo salvó de ser quemado". El carácter "revolucionario en la forma y en el contenido" de la tragicomedia provocó, cuenta el director de escena, que más de cuatro siglos después de su primera edición, en 1952, el Ministerio de Educación estuviera a punto de prohibirla. Pero el clásico ha sobrevivido a las adversidades y continuará perdurando en el tiempo: "No diría que es una obra actual, diría que es eterna. Si dentro de mil años el planeta sigue vivo y alguien la lee seguirá siendo actual".

La Celestina viene a culminar una sólida trayectoria, la de Atalaya , que ya abarca tres décadas y que tiene en el Premio Nacional de Teatro obtenido en 2008 el aval más significativo de la dedicación con que la compañía afronta sus espectáculos. El nuevo montaje posee el récord de ensayos que han realizado -un total de 142- antes del estreno. Y tampoco fue sencillo el trabajo previo: concentrar el texto original en una dramaturgia que no durara más de una hora y cuarenta minutos, "por el público, pero también por los actores". El director, que se reconoce en deuda con su hermano Carlos, ya fallecido, en el manejo de las claves de la escritura, ha resumido las 66.000 palabras del libro en 10.000. En el conjunto había algunos pasajes que el autor de la adaptación juzgó pronto prescindibles. "Fernando de Rojas hacía un teatro didáctico, introduce en los diálogos de sus personajes textos de Terencio o de Séneca. Ahora esos textos se pueden encontrar en internet, ya no es necesario que los interpreten los actores", valora Iniesta.

Carmen Gallardo, la más veterana del reparto y uno de los rostros habituales de Atalaya , aborda el "gran reto" de encarnar a Celestina . La actriz no sólo sintió el vértigo de meterse en la piel de un personaje tan codiciado, también le generaba inseguridad la extensión del papel, por el que tendría que superar sus "problemas para memorizar". Pero el material que defiende es "tan bonito, tan brutal", que ahora le resulta "imposible pasarlo mal sobre el escenario". En su transformación ha ido encontrando multitud de capas a una mujer que "puede ser una laica, una vieja puta y alcahueta, maestra en rehacer virgos, pero al final, antes de morir, reivindica la libertad y la independencia", explica Gallardo, que en alguna crítica ha sido comparada con la enorme Jeanne Moreau.

Silvia Garzón, quien interpreta a Melibea, había explorado a fondo La Celestina en el instituto, tenía un "recuerdo distorsionado". Hoy concibe a Melibea no sólo como una joven que "está descubriendo el amor carnal".

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