Cumbres de Europa

Calma insospechada en una mañana de previsible caos en los colegios y en las calles

El miedo a un posible colapso de tráfico en las calles de Granada ha llenado este jueves los medios de transporte y ha dejado imágenes de calma inesperada en el acceso a los colegios de la zona cero que circunda el Palacio de Congresos, epicentro de las dos cumbres que reúnen a medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno. Los granadinos han respondido a la demanda de acudir a pie y evitar desplazamientos innecesarios. El resultado ha despejado las vías de acceso a centros escolares como el Sagrado Corazón o Escolapios, a los que desde mucho antes del horario habitual empezaban a llegar padres y alumnos fundamentalmente a pie y con caras de asombro. Los comentarios tras los habituales saludos de buenos días en la mañana del jueves versaban sobre un mismo tema: la inusitada tranquilidad en el recorrido y la llegada.  

En los colegios

Sitios libres para aparcar en la zona azul y verde del Paseo de los Basilios, profesores apostados en las puertas que se habían abierto antes para facilitar un acceso escalonado y sobre todo cámaras y periodistas alertaban de que la excepcionalidad de la jornada. Mientras RTVE entrevistaba a una familia en el Callejón del Pretorio, una madre llegaba con la mochila a la espalda y zapatillas de deporte lamentando la caminata con prisas desde bastante lejos. En bastantes casos eran ambos progenitores los que habían acudido a dúo para trabajar en pareja si había incidencias, pero finalmente se pudo circular por el perímetro de forma más fluida de lo habitual tanto en el tráfico rodado como a pie y los docentes apostados en las entradas solo tuvieron que intervenir para dar los buenos días y responder a alguna pregunta de los medios.   

Los colegios había adoptado medidas especiales. Las calles aledañas al Palacio de Congresos sufrían restricciones del tráfico desde la tarde del miércoles y justo esa zona. A falta de pocas horas para que comenzasen las reuniones entre los presidentes y primeros ministros convocados en Granada y en coordinación con la Policía Local de Granada habían preparado un plan de contingencia destinado a facilitar tanto la llegada de alumnado como a evitar problemas de tráfico.

Dulce Nombre de María Escolapios había aumentado el personal del aula matinal, que ha abierto este jueves a las 7:30, además de recordar en los días previos el procedimiento de evacuación al profesorado y doblar para la ocasión la vigilancia en el control de accesos. 

En cuanto al Sagrado Corazón, ha habilitado los cuatro accesos del colegio, en las calles Compositor Ruiz Aznar, Callejón del Pretorio y los dos accesos en el Paseo de los Basilios. Como en Escolapios, las cuatro puertas estaban abiertas a las 7:40 para los estudiantes de ESO y Bachillerato y a las 8:40 para los de Infantil y Primaria, veinte minutos antes del inicio de las clases. Aunque la mayoría de los progenitores han seguido las recomendaciones de evitar tanto el Paseo del Violón como el de los Basilios y cruzar por el Puente de las Titas o el Callejón del Pretorio, el tráfico a pie estaba permitido a esas horas y caminar por esas vías era insólitamente tranquilo. 

Otras vías

Ese ha sido el panorama que se podía respirar en general en la Circunvalación y en el resto de las vías de Granada, que ofrecían un aspecto casi pandémico con calles con muy pocos viandantes y menos vehículos. Las cumbres, las manifestaciones en su contra, los desplazamientos de las comitivas oficiales desde los hoteles hasta el Palacio de Congresos y el programa de actividades de entretenimiento y agasajo para sus acompañantes rodeado de una seguridad planteaban un panorama lo suficientemente desalentador. Las medidas excepcionales adoptadas por el Ayuntamiento de Granada, como la inhabilitación de las cámaras que habitualmente multan a los vehículos que no pertenecen a residentes del centro de la ciudad cuando acceden a sus vías, parecían constatar los presagios. A falta de contar con los datos de absentismo escolar, todo indica que aquel que pudo hacerlo se quedó en casa, teletrabajó y suspendió sus desplazamientos innecesarios, paseos y compras.  Solo la constante presencia de agentes, coches y furgonetas de Policía Nacional, Local y Guardia Civil confirmaba la excepcionalidad de una jornada de cortes de tráfico y desvíos de autobuses que ya es historia como poco de los anales de la movilidad en la ciudad. 

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