Crítica de la nueva exposición de Asunción Jódar

El patrimonio atemporal del dibujo

  • La exposición de la artista murciana, aparte de la oferta central sobre lo existente en la Madraza, nos adentra en otros momentos muy especiales de la historia de la cultura mediterránea

  • El público podrá verla de lunes a viernes, en horario de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30, hasta el 15 de febrero en la sala de la Capilla del Hospital Real

Un visitante frente a dos dibujos de Asunción Jódar en su nueva exposición.

Un visitante frente a dos dibujos de Asunción Jódar en su nueva exposición. / Álex Cámara

Como viene siendo habitual en los últimos años, desde que Víctor Medina accediera al Vicerrectorado de Extensión Universitaria y confeccionara un equipo selecto de miembros ciertos y técnicos en la materia -Belén Mazuecos como directora del Área de Artes Visuales, María Luisa Bellido como decretaria de Bienes Culturales, Ricardo Anguita como director de la Madraza, Antonio Collados en el Área de Recursos Gráficos y Edición y Ángel García Roldán en el de Recursos Expositivos- el programa expositivo de La UGR es constante, variado, tremendamente significativo y generando propuestas que, entre otras circunstancias, redundan en el conocimiento, valoración y cercanía de la realidad de la institución universitaria granadina. Muchos son los ejemplos que sirven para constatar esta afirmación que viene dada por la contemplación directa de las muchas muestras que, sin solución de continuidad, se suceden por las salas dependientes de la Universidad.

Asunción Jódar es una artista de fundamento, consolidada en una parcela respetada por la propia profesión -con lo difícil que es esto-, curtida en muchas facetas a las que ha sabido dar una entidad y una dimensión de mucho carácter, seriedad y rigurosidad. A su carrera artística se une la de profesora en la Facultad de Bellas Artes. Es, por tanto, una pintora con una conciencia artística importante y fundamentada, conocedora de la realidad pictórica, la tradicional, la moderna, la ilustradora, la abstracta... la verdadera.

Es, a su vez, una artista en posesión de un lenguaje plástico poderoso, de argumentos formales sólidos, donde la idea se pone en funcionamiento a través de un desarrollo artístico muy bien conformado desde un planteamiento técnico solvente, preciso y convincente. Ella es la autora de una muy esclarecedora exposición en la Sala Capilla del Hospital Real donde se hace una revisión profunda del patrimonio artístico con el dibujo contemporáneo como especial vehículo que nos lleva por los caminos de ciertas obras pertenecientes a la feliz historia cultural de nuestro pasado ilustre.

Desde siempre, el dibujo ha sido especial arquitectura sobre la que se ha sustentado todo tipo de expresión artística. Además de esqueleto organizativo de la estructura representativa, viene a posibilitar que, desde él, se puedan interpretar las infinitas nociones que lo artístico en sus, también infinitos desarrollos y desenlaces, posibilita para un conocimiento exacto de su materia significativa.

Uno de los retrato de Jódar, que se puede ver hasta el 15 de febrero en el Hospital Real. Uno de los retrato de Jódar, que se puede ver hasta el 15 de febrero en el Hospital Real.

Uno de los retrato de Jódar, que se puede ver hasta el 15 de febrero en el Hospital Real. / Álex Cámara

La creadora murciana nos presenta una muestra donde se yuxtaponen dos materias de ilimitados argumentos. Por un lado la realidad patrimonial existente y, por otro, el dibujo como medio acumulador de datos para transmitir los postulados que determinan la historia física de nuestro legado artístico. Dos materias que, lejos de ser superficies estancas, se yuxtaponen y vinculan para extraer las circunstancias determinantes de un patrimonio que, a través del dibujo, puede ser ilimitadamente aprehendido, estudiado y valorado en toda su magnitud.

La exposición de Jódar, bajo el sabio y motivador trabajo comisarial de las profesoras Belén Mazuecos y María Luisa Bellido, no se detiene en el mero discurso formal de una obra muy bien definida; para eso existen infinitos caminos. Ella se ha valido de las muchas fórmulas existentes en el actual sistema dibujístico; ha escogido las más adecuadas a las características de la obras de las que quería tratar su identidad para dotarlas de una interpretación adecuada.

Con un abierto capítulo de argumentos plásticos, desde esquemas muy figurativos hasta desenlaces reduccionistas que rozan los minimalismos abstractos, la artista ha elaborado un valioso manual de posibilidades para analizar los formularios que transmitían las obras estudiadas. Con él, nos ha llevado a los entresijos conformantes del arte de nuestro remoto pasado, sobre todo, aquel que tuvo una especial incidencia en la realidad histórica de nuestro arte.

Así, el grueso de la exposición nos lleva al patrimonio existente en la Sala Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza, aquella sede de la Universidad nazarita, posteriormente palacio renacentista y barroco con obras importantes de estos periodos y, así, una larga trayectoria hasta llegar a nuestros días, como uno de los espacios culturales más importantes de la Universidad de Granada.

La artista murciana dibuja la explosión decorativa llena de lazos geométricos. La artista murciana dibuja la explosión decorativa llena de lazos geométricos.

La artista murciana dibuja la explosión decorativa llena de lazos geométricos. / Álex Cámara

De dicha sala la artista, nos interpreta el delicado testimonio pictórico allí existente; dibuja la explosión decorativa llena de lazos geométricos, de bustos humanos, repertorios de putti, de dragones voladores o geniecillos que juegan desenfadados. La autora, con un jugoso expresionismo moderno, da rienda suelta a una línea conformadora que, a la par que desentraña la realidad expuesta, manifiesta una personal posición interpretativa; algo que llega a su punto más alto, cuando sustituye la loa a los Reyes Católicos por los versos de Garcilaso: "Salid sin duelo, lagrimas, corriendo" .

La exposición, aparte de la oferta central sobre lo existente en la Madraza, nos adentra en otros momentos muy especiales de la historia de la cultura Mediterránea. Muy significativa me parece la interpretación que realiza sobre los sarcófagos fenicios guardados en el Museo de Cádiz. La artista, lejos de buscar la fidelidad a los modelos escultóricos, realiza un análisis de su realidad histórica y dibuja con una especial suerte colorista, desarrollando una particular visión que idealiza las formas y abre infinitas perspectivas, llegando incluso a disponer la figura femenina, desde un atrevido embarazo, conformado con un especial sentido anatómico .

La creadora centra su atención en los relieves femeninos. La creadora  centra su atención en los relieves femeninos.

La creadora centra su atención en los relieves femeninos. / Álex Cámara

Por último, la creadora nos pone en la sintonía del más sugestivo arte griego, aquel que expande su belleza en la decoración de un vaso griego del siglo IV antes de Cristo, la Crátera Dervini. Jódar centra su atención en los relieves femeninos y realiza una exhaustiva interpretación de los modelos con un apasionado juego de colores y volúmenes casi abstractos que expanden un nuevo orden artístico mediatizando la realidad y dando cabida a unos modos tremendamente expresivos.

La exposición no sólo es importante por las distintas fórmulas patrimoniales que nos descubre; es asimismo apasionante porque sirve como nueva lectura de una realidad histórica a la que se le concede un significativo vuelco en su desarrollo visual. Y es tremendamente significativa porque nos introduce en unas fórmulas identificativas que ponen en sintonía total el arte de ayer y de hoy, abriendo, desde el dibujo contemporáneo, un camino por donde pueda circular una expresión plástica eterna, sin tiempo ni edad.

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