arte

Falla, Zuloaga, Granada...

  • La sala Zaida acoge una exposición que muestra cómo se imbrica la ópera 'La vida breve' con la ciudad en la que se desarrolla la historia

Usando su gran creatividad y luchando contra la falta de medios económicos, tan común en estos tiempos, y más para este tipo de empresas culturales, el comisario de exposiciones José Vallejo ha producido una interesante muestra sobre la gestión y el ambiente cultural en el que Manuel de Falla desarrolló su ópera en dos actos La vida Breve, y que hasta el próximo 14 de diciembre se puede visitar en la Sala Zaida de la Caja Rural de Granada.

Vallejo nos relata las vicisitudes por las que don Manuel tuvo que pasar para estrenar una obra compuesta en 1904, premiada por la Academia de San Fernando, y que no vería la luz pública hasta el año de 1913, en Niza, luego en Paris en 1914 y finalmente, ese mismo año en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Falla había llegado con 29 años a París, llevando en su maleta las partituras de esta obra. En la capital francesa conoce al pintor Ignacio de Zuloaga, otro de los protagonistas de la exposición, de cuya mano se expone un retrato de una gitana, una bata y unos mantones de Manila de su propiedad, y con el que comparte la idea, generalizada entre los artistas, del calvario al que somete España en ciertos momentos a sus hijos. Zuloaga dice en una carta de 1904: "Cada vez me dan más ganas de hacerme francés, inglés o chino", y Falla en otra de 1923: "Por eso digo yo, que en cuanto se refiere a mi oficio, mi patria es París".

Don Manuel, en París, acude al compositor Albéniz para que le ayude a presentar su obra en la Ópera Cómica, y aunque no lo consigue, lo pone en contacto con Carré, que la traducirá al francés, y a quien pasados siete años le surgirá la oportunidad de recomendarla al director del Gran Casino de Niza, donde se estrenará, siendo interpretada en su papel principal por la esposa del propio Carré.

Con esta obra, Dukas, Debussy y Ravel ven en Falla a un innovador, tan alejado de la línea de zarzuelas que ellos denostaban en muchos compositores españoles. Con La vida breve Falla se hace universal.

Volvamos a Zuloaga. La profunda amistad que Zuloaga y Falla mantienen durante toda su vida, comienza como dije en París y continúa durante cuatro décadas con visitas mutuas de ambas familias en Granada, París y Zumaya. Esta relación queda reflejada en las más de doscientas cartas, postales y telegramas conservados en los archivos de los dos artistas. El 13 de marzo de 1913, Falla envía a Zuloaga una carta desde el Casino Municipal de Niza. Por el contexto se deduce que Zuloaga ya estaba al tanto del inminente estreno de La vida breve, y que este había ofrecido a Falla asesoramiento para los figurines de la misma. Germán Falla, hermano de don Manuel y diseñador de la portada de la partitura de la ópera, también presente en la exposición, iría a casa de Zuloaga con el encargo de fotografiar una serie de elementos textiles y un cuadro llamado Gitana. Muy posiblemente esta Gitana sería la cantante Lucienne Bréval, retratada por Zuloaga como la Carmen de Bizet. Zuloaga, generoso con su amigo, le envía pañuelos, trajes, batas, chalecos y zajones, además de la fotografía del cuadro, que para el 6 de abril, Falla ha devuelto a su dueño, comunicándole el éxito del estreno.

Desafortunadamente, por las razones que vimos al principio, la exposición no ha podido contar con otra obra de Zuloaga, Baile gitano, en una terraza de Granada, de 1903, actualmente en la Colección Masaveu, y auténtica representación visual de la idea escenográfica que tendría Falla para su ópera. A cambio, el artista granadino Jaime García ha realizado una pieza de video-arte basada en este cuadro de Zuloaga, que lo evoca de una manera sutil, con las transparencias y sombras, tan características en la obra de García

Otros muchos elementos, pictóricos, fotográficos y cinematográficos ilustran el discurso de la muestra. De los pictóricos, destacan algunas obras de Ramón Carazo, representante de la Granada artística de la época, colorista y costumbrista. Además de otras curiosidades, como dos guaches témperas sobre papel de Francis Wallis Makland, también conocido como Frank Hind, o mister Frasquito en la Granada de 1906 a 1908, en la que vivió, y cuya figura fue descubierta para el gran público, en una exposición organizada en la Fundación Rodríguez-Acosta, en 2002. O el cuadro costumbrista de Georges Jules Victor Clairin, pintor orientalista francés que se especializaría en hacer retratos de la divina Sarah Bernhardt, ataviada como las diferentes heroínas que representaba en la escena.

La evocación paisajística de la ciudad continúa con la obra fotográfica destinada en un principio al turismo de Francisco Román, y la cinematográfica de Marcel L'Herbier y su film El Dorado, de 1921, rodado en Granada. En estas imágenes, ya quietas o en movimiento vemos la Granada antigua y silente que recorrieran Falla y Lorca, y que a penas ha sobrevivido al progreso.

De lo contemporáneo, además de la obra de Jaime García, y como continuación de una tradición en las exposiciones de los Encuentros Manuel de Falla, el comisario ha encargado a los artistas Antonio Maldonado y Jesús García Latorre, sendas visiones de la Granada actual recreadoras de la obra de Falla.

Sala Zaida de Caja Rural

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