Historia de un largo agravio
Conferencia
El periodista granadino Paco Espínola reflexiona hoy sobre el género dentro del ciclo del Ateneo de Granada
Desde la primera copla considerada como tal, el pasodoble El Relicario (1914), hasta la apropiación del género por el régimen franquista, pasando por su recuperación gracias a figuras como Carlos Cano, la historia de la copla es también la historia de España. Sin embargo, su identificación como pocos estilos musicales al periodo dictatorial provocó un rechazo injustificado que ha hecho que se olvide un periodo en el que prestó voz a las clases marginales y fue cultivado por figuras de la Generación del 27. Esta tarde un conferencia en la Biblioteca de Andalucía intentará resarcir parte de ese largo agravio.
El curso pasado Ateneo de Granada puso en marcha un nuevo ciclo titulado Introducción a los géneros musicales y coordinado por Álvaro Salvador. Se abrió con seis conferencias dedicadas a las principales manifestaciones musicales impartidas por especialistas en la materia: Introducción a la música clásica, por Víctor Neuman; Introducción al jazz, por Antonio Tapies; Introducción al flamenco, por Juan Pinilla; Introducción a la música pop y rock, por Eduardo Tébar; y Flamenco jazz, por Sergio Pamies.
El objetivo del mismo es acercar las claves y características de los distintos géneros musicales a un público medio, no necesariamente entendido en la materia. Y con esa finalidad se ha retomado este trimestre para completarse con una nueva conferencia de Introducción a la canción de autor, que impartió el musicólogo Juan Trova el pasado día 29 de octubre. La segunda y última ponencia del ciclo se ofrecerá en la Biblioteca de Andalucía esta misma tarde: correrá a cargo del periodista Paco Espínola, que abordará algunas claves que recogía en su discolibro Republicoplas. Las dos orillas de la copla.
El origen de este trabajo discográfico, que repasa la historia de este género entre 1930 y 1936, está en un reportaje que realizó en Madrid sobre la música que escuchaban los presos en las cárceles. Fue así como en 1986 conoció a Joan Cervera, un pianista catalán de buena familia al que sus ideas republicanas llevaron a pasar 10 años preso durante la Postguerra española. "Él tocaba copla en lo locales de moda de la República con arreglos de la música que a él le gustaba, como el jazz o música impresionista", relata Espínola, que utilizó sus partituras para su trabajo discográfico.
El periodista realizará hoy un recorrido por una serie de coplas fundamentales, como Suspiros de España, El día que nací yo, María de la O, Rocío, Ojos verdes,La bien pagá, el Anda Jaleo de Lorca, tal y como se tocaban en esos locales. Esa interpretación "mucho más elegante, mucho más canalla, mucho más seria y de más calidad", se alejada de todo el "barroquismo, de todos los excesos", que impuso sobre ella "primero el franquismo y luego Canal Sur". "Las melodías son las mismas pero la forma de interpretarlas no", comenta Espínola sobre ese periodo en el la copla gustaba a los intelectuales pero no a la burguesía por su temática. En ese sentido, el escritor destaca que "la copla dio voz a personajes marginados hasta ese momento como homosexuales o prostitutas, gente mal vista por la sociedad de la época, que la consideraban como propia del populacho".
Aunque eso quedó después en buena medida silenciado y se llegaron a corregir las letras, la forma sí se mantuvo. "El Relicario fijaría también la estructura del género como canción: dos estrofas, estribillo, dos estrofas, una especie de puente o improvisación musical y un estribillo. Ahí se fija un modelo de componer que es el que perdura hasta hoy porque también hay una estructura dramática que desarrolla una historia. Eso marcó luego la manera de componer en el pop o en el rock. Incluso Inglaterra tenía también su formato de copla o de canción. De ahí partió todo", señala sobre la importancia del género, que posee también otra virtud. "Esas canciones son un recorrido por el estado anímico de un país que había pasado de la esperanza de un sistema nuevo democrático de gobierno al miedo y luego al pánico viendo lo que se avecinaba".
Entre el periodismo y la música
Paco Espínola (Granada, 1956), licenciado en Filosofía y Letras y Periodismo, ha trabajado en prensa, radio y televisión en investigación, política y cultura. A finales de los años 90 dirigió el periódico Hoy Madrid. También ha trabajado en prensa escrita en su ciudad natal, en donde fue responsable de Cultura del diario La Opinión. Ha escrito dos novelas (De bar en peor, El lago de los cines) y tres ensayos: La vida ejemplar de Curro Albaicín, y los librodiscos Flamenco de ley,Republicoplas y Los abajo firmantes, cuyos discos también ha producido. Es coautor de los ensayos (o librodiscos) La caja de música de Erik Satie y Petardance (historia de la música LGTBIQ). Como productor discográfico ha colaborado con Enrique Morente, Camarón de la Isla, Joaquín Sabina, Burning (álbum en directo donde participan Antonio Vega, Rosendo, Loquillo, Los Secretos, Miguel Ríos, Sabina). Además de todo eso, ha escrito canciones (Miguel Ríos, Paco Palacios) y espectáculos: Japón Jondo,Republicoplas, etc. En la actualidad es director gerente de la editorial Allanamiento de Mirada.
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