Conciertos

Jota (Los Planetas) trae su 'Plena Pausa' a Granada

Un momento del concierto.

Un momento del concierto. / CG

Después de toda una vida orbitando con Los Planetas, Jota ha iniciado su carrera en solitario con Plena Pausa (El ejercito rojo), un disco-homenaje al cine de Iván Zulueta, un proyecto, en colaboración con la  Filmoteca Española, para musicalizar las obras del director vasco después de que Cultura adquiriese "uno de los archivos personales más potentes en el contexto cinematográfico de la segunda mitad del siglo XX. Tras su puesta de largo en la Seminci y varias citas por la geografía española, este curioso proyecto llega a CajaGranada el próximo 13 de enero. 

Fruto de esa mezcla entre música y cine, la puesta en escena de Plena Pausa es, cuanto menos, curiosa. Al poco de comenzar el concierto, se ilumina la pantalla y serpentean las tiras rojas, desteñidas, saltarinas, de un rollo de Super-8; tras esto, comienzan a aparecer los músicos, que actúan de espaldas al público, en platea, para poder ver ellos mismos la proyección. 

Para este proyecto, el líder de Los Planetas se ha buscado un nuevo equipo. Así, junto a él estarán sobre el escario de CajaGranada: Natalia Drago, (Srta. Trueno Negro), guitarrista y vocalista del underground rioplatense; el bajista planetario Miguel López; el teclista Miguel Martín; el batería Roberto Escudero; y dos guitarristas esenciales, de distintas generaciones y credos, en la escena rock estatal, David Rodríguez y Jaime Stinus.

Sobre la pantalla se van proyectando fotogramas que J ha plasmado en las canciones de Plena Pausa, entre ellos Natalia Dice y Arrebato (Un Buen Día para Iván) que supusieron el primer adelanto, en octubre de 2022, de este proyecto, disponible únicamente en físico y que ha llegado a alcanzar el puesto número uno en ventas. "Los cortos de Iván parecen videoclips, tres minutos, cuatro minutos, como los de Sonic Youth de los ochenta en Super-8”, explica J. “Los dos primeros, que son películas familiares, me permitieron editarlos; funcionan como una introducción, salen él de pequeño y sus hermanos, sus padres en los años cuarenta. Con ocho años Iván ya dirige su primera película, en decorados pintados por él, con niños jugando a los vaqueros. El resto son video-clips que no pudimos editar, y me dije que podía hacerles canciones, con ese aire un poco melancólico del Super-8 y las grabaciones antiguas, con gente tan joven, tan brillante, tan felices. El paso del tiempo convierte esa felicidad en melancolía”.

“Lo primero fue Arrebato, un impacto brutal”, confiesa J de su encuentro con el cineasta. “Recuerdo que cuando la vi ya había oído hablar de Zulueta, pero me marcó mucho la historia, la visión del arte, la época. Yo era muy joven en los setenta, pero los recuerdo; ya era consciente de lo que pasaba, escuchaba música y leía Vibraciones. Tenía referencias, así que al ver Arrebato ya estaba avisado. Cuando compongo las canciones trato de entrelazar las ideas de Zulueta que salen en las películas con las mías propias, mezclando similares corrientes culturales. Luego, viendo los cortos, con ese punto autobiográfico, me parece interesante contar historias y emociones personales. En ese momento me digo que voy a contarlo como una cosa mía personal. Por mi trayectoria, me sentí muy identificado con Iván”.

Esta sintonía vital entre dos creadores, diferentes épocas y distantes orígenes geográficos, se manifiesta ya en los primeros cortes. Y La Nave Va, coescrita con Solea Morente se grabó, como Natalia Dice, con el grupo argentino 107 Faunos. Tormenta Eléctrica exhibe ADN Joy Division/New Order, influjo primario de J desde sus inicios. Imágenes de chicas maquillándose en plena Era Glam ilustran el mestizaje transatlántico de Romeras de Betty Boop. Soleares del Loco transluce fatalismo granaíno y, en Era una Flecha, original del argentino Julián Della Paolera, llueve en blanco y negro sobre Manhattan. «Amén» entremezcla heroína intravenosa —y prácticas cinematográficas— con la matriarca Zulueta y sus perros en la piscina. «Jaleo en la Calle», versión de Ode to Street Hassle —es decir, Lou Reed según Spacemen 3— se combina con imágenes de un espontáneo Jesucristo paseando por la playa. Finalmente, Mi Ego Está en Babia despide el álbum con magia blanca de estupefaciente ironía.

Cuatro temas no aparecen en el álbum. Forman parte del evento cinematográfico y se sumarán a futuros singles. Unas imágenes de Times Square a finales de los 70, rodadas por un absorto Iván, casan con Neon Lights de Kraftwerk. Con sus vistas aéreas, clandestinas, de la madrileña Plaza de España en plena acción policial franquista, Fandangos del rascacielos / Los desalmados desvela que el esteticismo no coarta la conciencia política. Película de Plata es un homologable screen-test warholiano con Eusebio Poncela y Will More ensayando Arrebato. Y, el virulento oleaje del Cantábrico contra las rocas, contrasta con la versión de Échame a Mi la Culpa, original de Albert Hammond.

“Las letras las inspiraron las imágenes, son historias cinematográficas, estados de ánimo, drogas como la heroína”, confiesa. “Los Planetas hablamos de esto todo el rato, venimos de la misma corriente cultural, que yo sitúo en la Factory de Warhol. Todo el cine de Zulueta tiene una deuda enorme con el cine underground según Jonas Mekas. Su mayor referente es Lou Reed, que se está convirtiendo en uno de los artistas más importantes del siglo XX, para mí ya lo es. El mundo va hacia lo que él predijo; vio todo lo que iba a pasar y ya está pasando. La contracultura anglosajona, una cultura crítica con la dominante, cae en decadencia en el momento en que no acepta el discurso crítico de un Lou Reed. Y, cuando llega el punk, solo demuestra que todo ha acabado”.

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