Julio Martínez Mesanza obtuvo ayer el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía, dotado con 20.000 euros, por la obra Gloria, un completo poemario que "insufla un aire nuevo a la tradición clásica" y se ofrece, "pleno de belleza formal", como una expresión de "rebeldía ante el pensamiento único vigente", en la expresión del jurado. El trabajo, titulado Gloria reúne toda su actividad lírica comprendida entre los años 2005 y 2016.

Nacido en Madrid en 1955, Julio Martínez Mesanza es autor de obras como Europa (1983), Las trincheras (1996) o Entre el muro y el foso (2007). Fue además director del departamento de comunicación de la Biblioteca Nacional y asesor en el Ministerio de Educación y Cultura, así como director de los centros del Instituto Cervantes de Lisboa, Milán, Túnez y Tel Aviv. En la actualidad dirige la sede de esta institución en Estocolmo.

"Gratamente sorprendido", el poeta reconocía ayer que un mensaje de "unidad" es "lo mejor" que se puede ofrecer hoy a la sociedad. "Soy consciente de que mi visión del mundo, apoyada en los valores tradicionales que han configurado Occidente, Europa y España, a menudo desdeñados ahora".

Con los clásicos de la tradición literaria europea como pueden ser los imprescindibles Homero, Virgilio, Ovidio o Dante y la "gran poesía" española del Siglo de Oro con las espadas de oro de Garcilaso, Lope de Vega, Quevedo, Góngora y fray Luis de León como referentes fundamentales, a Martínez Mesanza se le suele enmarcar en la corriente épica, aunque el flamante ganador del Premio Nacional de Poesía matiza que la suya es una obra "lírica" que recurre a "símbolos históricos que vienen del campo bélico", como caballos y espadas, artillería y carros de combate.