Luis Rojas Marcos: "La crisis no produce enfermedades"

Reivindica la felicidad, aunque la historia de la literatura está protagonizada por medio locos y gente de mal vivir. El psiquiatra sevillano Luis Rojas Marcos pronunció ayer una concurrida conferencia en el Corral del Carbón titulada Leer y aprender a vivir. Pero para los que no pretenden ser Bukowski, Rojas Marcos sostiene que la tristeza es un sentimiento normal. "Lo digo porque se tiende a pensar que la tristeza es una enfermedad, a medicalizar la tristeza", dice el psiquiatra y 'best seller' después de dejar clara su condición de "emigrante", pese a haber sido presidente del Sistema de Hospitales Públicos de Nueva York.

En su opinión, hay una conexión entre leer y el aprendizaje. Y con efectos terapéuticos. "Lo más importante para el ser humano es uno mismo y por eso tendemos a coger lo que de alguna manera nos recuerda a nosotros mismos, por lo que leer tiene mucho de aprender a conocernos", sostiene el autor de libros como La pareja rota. En su caso, leer es conocer estrategias para vivir mejor. "Por ejemplo, si tenemos una enfermedad, podemos aprender en qué consiste y perder el miedo a lo desconocido, algo peor que la propia enfermedad".

¿Algún tipo de lectura más terapéutica que otra? "Depende de la persona", individualiza. "Hay lecturas de ficción que la persona no sólo utiliza como evasión. Mi padre leía novelas y lo hacía porque le distraía, pero siempre eran novelas con algo en común con su vida". Y en la otra estantería de las librerías están los libros de no ficción, "otro mundo de lectura que nos ayuda a entender aspectos de la vida de los que queremos aprender más y más".

En general, la cultura "es una forma importante de la felicidad". Para el terapeuta,"es una parte de las costumbres, es lo que heredamos de nuestros antepasados y una gran parte de la cultura se transmite a través de la escritura, y gracias a esto no tenemos que inventar todo como si fuera la primera vez", dice Rojas Marcos con tono quedo y su acento que, inevitablemente, le da un vago eco de extranjería tras más de cuarenta años en Estados Unidos. "La cultura forma parte de los principios, la forma de ver la vida, la muerte... No todo el mundo ve la muerte de la misma manera", prosigue para poner un ejemplo descarnado: "La cultura te dice que hay que morir en casa, rodeado de tu gente".

Pero antes, en los comienzos de una vida, los libros deben ser importantes además de la ración diaria de Pocoyó. "Niños a los que les leían de pequeños tienen en la lectura un elemento de conexión y de protección con sus padres". ¿Y en el colegio? Allí, "leer es una obligación, y los jóvenes en general no reaccionan bien a las imposiciones". Pero en general, "es bueno que tengan un recuerdo agradable de la lectura, y cuando hablo de lectura hablo también de internet".

En cuanto a cómo ha influido la crisis en la salud mental de la gente, el psiquiatra es claro: "La crisis no produce enfermedades, no tengo ningún paciente que diga que viene a la consulta por la crisis económica". Lo que la crisis produce es "estrés". Pero no del tipo benigno, "una reacción normal del ser humano que nos ayuda a ser más competitivos". El estrés producido por perder el trabajo y no saber cómo apoyar a la familia, "ese sí crea problemas". "La gente te viene a la consulta diciendo que no aguanta a su marido, pero antes sí, porque el estrés, en ciertas personas, produce efectos secundarios que afectan a la convivencia y al bienestar general".

Por eso, hay personas que han salido de su consulta con una receta y una recomendación literaria. "Hay pacientes al que le puedes dar una lectura para entender el problema que tienen, que puede ser físico, porque conocer qué es la diabetes ayuda", afirma.

Por último, el adalid de la felicidad dijo que la tristeza es un sentimiento normal. "Se muere un ser querido y nos ponemos tristes, y no es una enfermedad, es un sentimiento normal en un ser humano, igual que cuando fracasamos en nuestra vida". Para Rojas Marcos, la tristeza, la alegría o el estrés son normales. "Pero llevados a un extremo se convierten en una forma de incapacidad, en algo patológico". Eso sí, la tristeza "atrae el apoyo de los demás". "Expresar la tristeza ayuda a que la comunidad venga a acompañarnos, a ayudarnos, pero no hay pastilla que te pueda curar el duelo de perder un ser querido".