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Mario Vargas Llosa: "Las personas decentes son una reserva moral"

  • Hoy llega a las librerías la última novela del Nobel peruano, que se muestra muy crítica con la clase política española

El escritor peruano Mario Vargas Llosa señala que las personas decentes suponen una "reserva moral para el futuro de un país" y "cuando un país pierde esa reserva moral entra en bancarrota aunque las cifras económicas digan que progresa".

Durante la presentación de su última novela El Héroe Discreto (Alfaguara), subrayó que "lo que hace que verdaderamente progrese una sociedad son los héroes anónimos", como es uno de los personajes de su libro, Felícito Yanaqué, quien se niega a aceptar el chantaje de la mafia, una historia inspirada en un humilde empresario peruano que no sucumbió a estas presiones.

"La actitud de esta persona de no aceptar el chantaje de la mafia es la actitud de una persona decente, que no se deja manipular por delincuentes ni convertirse en un delincuente por miedo. Esos son héroes anónimos" que contribuyen al progreso de un país, agregó.

Vargas Llosa dijo que hay situaciones en el mundo "que nos empujan al pesimismo" pero no se puede olvidar "toda esa gente decente, que tiene unas ciertas convicciones y que se esfuerza para que su conducta se ajuste a esos principios".

Para el Premio Nobel, "el gran problema de América Latina es la corrupción" y "si hay algo que conspira contra el fortalecimiento de las instituciones en los países en proceso de modernización es el cáncer de la corrupción".

Según explicó, la corrupción "propaga el cinismo y una actitud despectiva frente a la legalidad", además de esa "idea profundamente destructiva de que todo el mundo es corrupto y si todo el mundo es corrupto ¿por qué no lo voy a ser yo también?".

El escritor especificó que "la corrupción está ligada al narcotráfico, que crea un Estado paralelo, lo que a su vez supone una fuente terriblemente destructiva de la institucionalidad" y el desarrollo.

Sobre Latinoamérica afirmó que, aunque aún persisten graves problemas y desigualdades sociales, su impresión es que Perú y otros países "están bien orientados", gracias fundamentalmente a un consenso social claro en favor de la democracia, de una política económica aperturista que defiende la iniciativa privada. Esto ha hecho posible que hayan podido prosperar "empresarios sumamente humildes" y que se muestre "optimista" sobre el futuro de la región.

Preguntado por su opinión de los políticos, dijo que es "muy consciente que en la clase política hay mucha corrupción, mucha mediocridad y mucha ineptitud", pero advirtió que "es una actitud muy peligrosa condenar en bloque a las clases políticas de todos los países como si todos los políticos fueran corruptos e ineptos, porque no es verdad".

Vargas Llosa apuntó que las personas más preparadas suelen rehuir la política por "repugnancia o por miedo" y "si queremos tener políticas brillantes, decentes y creativas, tenemos que incentivar a participar en política a la gente más brillante, decente y creativa" y desacreditar la política no es la mejor manera de conseguirlo, añadió.

El héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto. Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos.

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