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Plásticos de bombones y metales que respiran

  • l La muestra se puede visitar de 12.30 a 21.30 horas.

Ana Villén lleva 25 años siendo grabadora clásica y la toxicidad ha mermado tanto sus pulmones que un buen día decidió que el plástico que envuelve los bombones de la popular caja roja era un material susceptible de ser grabado. Fue el origen de una "antítesis" evolutiva entre el grabado calcográfico y el ecológico que comenzó en el año 1999.

Dejando huella es una exposición que respira en todos los sentidos. Lo hace porque Villén ha dejado a un lado su continua tos y también porque los materiales que utiliza son elementos de la naturaleza orgánicos e inorgánicos, como chumberas, cuerdas o tramas de metal, entre otros muchos elementos a primera vista imposibles para el arte.

Ella ha adquirido una cualidad envidiable. Caminar por la calle se convierte ahora casi en un proceso de búsqueda capaz de transformar una membrana de un cable de la luz en una medusa. La galería Arrabal & Cía es testigo de una muestra viva que pasea por interesantes parajes del mundo marino, "con pencas de chumberas convertidas en algas" y rocas fosilizadas, y cables que se mueven con la misma parsimonia rítmica que las medusas; y el mundo animal después, con tramas de papeles que recrean grullas y ranas con intención de saltar de obra en obra. Los insectos no se quedan atrás: en la galería está presente una 'graciosa' mosca hecha con fondino.

Una mesa al fondo de Arrabal & Cía presenta al espectador la materia prima que Villén ha utilizado para convertirla en arte.

Unas veinte obras con colores tierra que contrastan con cuatro círculos hechos con tramas de cuerda, dos de ellos rojos y otros dos gris paine, que Villén ha colocado a modo de 'ventana' a la Granada antigua (y roja) y a la Granada contemporánea y más cosmopolita de hoy en día (gris).

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