Remedios Zafra, ensayista

Remedios Zafra: "Ahora que la tecnología viene con nosotros, el trabajo también"

  • La ensayista reflexiona sobre cuestiones como la materialidad de los cuerpos en la sociedad de los filtros o la fragilidad de los trabajos creativos sitiados entre la precariedad y la Inteligencia Artificial

Remedios Zafra: "Ahora que la tecnología viene con nosotros, el trabajo también"

Remedios Zafra: "Ahora que la tecnología viene con nosotros, el trabajo también" / Jesús Jiménez | PS

Remedios Zafra (Zuheros, Córdoba, 1973) es una de la escritoras de ensayo más populares y reconocidas de España. Galardonada con los premios Anagrama o Jovellanos por sus aportaciones al género, la escritora y profesora causó una auténtica revolución con El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital en 2017. Pero más allá de ese texto sobre la inseguridad de las profesiones vinculadas a la cultura en la sociedad actual, la que fuera profesora de la Universidad de Sevilla y actual filósofa en CSIC ha seguido reflexionando sobre la relación entre el hombre y la tecnología. Este martes, Zafra ofrece en Granada la conferencia Narrar (desde los cuerpos) los marcos de la fantasía, que se enmarcan en las jornadas sobre El patito feo organizadas con motivo del  inminente estreno de la obra a cargo de la compañía de teatro Etcétera.  

-A propósito del título de la ponencia en La Madraza, ¿cómo se narra desde los cuerpos?

-El título de esta charla es una manera de aludir al exceso de vida mediada por pantallas donde los cuerpos parecen aplazarse y, en ocasiones, hasta los pasamos por alto. Este énfasis pretende llamar la atención sobre lo que supone narrar desde una posición  consciente de la materialidad de nuestros cuerpos en una época que se sostiene en recrear y modificar su "imagen" en Internet. En todo caso, este punto de entrada busca reflexionar sobre dos temas centrales: de un lado la transformación de la pantalla como marco de fantasía que nos permiten presentarnos, imaginarnos, representarnos y relacionarnos; y por otra parte sobre las transformaciones que de ello se deriva en la creación de identidad, allí donde el ser queda solapado por "parecer". Como el contexto de esta charla son las actividades organizadas en torno a la obra de Andersen El patito Feo, creo que pensar "sobre las apariencias" en este tiempo es oportuno.

-¿Llegará la inteligencia artificial a sustituir el trabajo creativo de la escritura? ¿Será el fin de todos esos trabajos de copywriter?

-La IA (inteligencia artificial) no sustituirá la creación humana pero sí muchos tipos de escritura y de creaciones. De hecho ahora que muchos trabajadores se ven obligados a trabajar en condiciones precarias y que tienen que "hacer" de manera mecánica, podríamos encontrar ya muchas similitudes con creaciones que atienden a un patrón o a una programación dada. Sin duda, el escenario creativo se verá transformado en trabajos que deben reunir determinados criterios fácilmente suplantables por los que aporta la máquina (pienso en ilustraciones a medida, en poemas, en trabajos académicos...). Sin duda, esas posibles creaciones nos harán pensar en lo que las singulariza como producciones humanas o en este caso como creaciones de una tecnología producidas por humanos, donde cabría enfatizar un nuevo poder. En todo caso, pienso que serán las formas de "recepción" las que se verán también interpeladas, pues bajo una primera impresión puede que muchos no logren diferenciar unas obras de otras, pero esto debe hacernos pensar en las maneras rápidas y superficiales que predominan en la cultura contemporánea, en la necesaria transformación de las formas de crear valor y sentido.

"El escenario creativo se verá transformado en trabajos que deben reunir criterios fácilmente suplantables por la máquina"

-El teletrabajo era ya común en muchas de estas nuevas profesiones y la pandemia ayudó a imponerlo a la mayoría. ¿Puede llegar a implicar una nueva esclavitud?

-Así como la tecnología no es buena o mala per se, tampoco lo es el teletrabajo: en ambos casos se trata de bajo qué fuerzas se moviliza y en qué condiciones. El teletrabajo tiene grandísimas potencias para la conciliación y la gestión de tiempos propios, es algo que muchas personas llevamos reclamando desde hace tiempo. No obstante, teletrabajar no puede suponer "hacerlo todo el tiempo", y este es uno de los riesgos que cabe afrontar. Ahora que la tecnología viene con nosotros, el trabajo también, y es difícil controlarse en una inercia que anima a estar ocupados permanentemente, a no descansar y a llenar nuestra vida privada de una concatenación de trabajos y tareas derivadas que sentimos que "nunca terminan".

-Ha llovido mucho desde El entusiasmo, que vio la luz en 2017, y que supuso una revolución a la hora denunciar todas esas situaciones. ¿Los últimos movimientos de Elon Musk en Twitter han hecho que a muchos se les caiga la venda?

-Una de las cuestiones que está más presente en mi trabajo es la crítica a la claudicación ante el poder económico como el dominio ante el que hemos de subordinarnos. No puede ser que los poderes democráticos estén supeditados a este gran poder económico que cada vez más se ve representado en el dominio de unos privilegiados, a menudo excéntricos, que controlan las grandes tecnológicas. Tecnológicas que se han normalizado como el suelo social (digital pero social) que habitamos, sin recordar que ese suelo no nos pertenece, que las redes son empresa privadas regidas por códigos éticos arbitrarios que anteponen el poder de "mayores ganancias para la empresa a menor beneficio". Bajo esa lógica se apropian de datos y tiempos, logrando un grandísimo poder sobre nosotros.

-Algunas de estas figuras como Musk o Steve Job eran idolatrados por buena parte de la sociedad. ¿Son tan creativos y geniales como se vende en tantos reportajes y discursos virales?

No conozco con detalle sus biografías pero sí me llama la atención la homogeneidad que los líderes tecnológicos de estas últimas décadas comparten. Son en su mayoría hombres que siendo jóvenes lograron convertir sus aficiones tecnológicas en trabajos y que incentivados por un neoliberalismo salvaje crean tecnologías que dicen buscar cambiar y mejorar el mundo, cuando debieran decir que "buscan hacer ricos a sus creadores". La idea de genio contemporáneo como la de genios en otras épocas tiene mucho de convención y requiere de un contexto que idealice y proyecte determinadas personalidades. Si bien, creo que en los casos que apuntas y en la mayoría de líderes de la tecnología suele haber un trabajo creativo incuestionable y grandísimo talento. Aunque llama la atención que esa creatividad que piden para ellos y que reclaman también para muchos de sus hijos educados en escuelas sin tecnología, sea una creatividad que no proyectan en muchas de sus productos con los que se crean grandes adicciones en la actualidad -como ocurre con tantos adolescentes, jóvenes y adultos que viven enganchados a sus dispositivos-.

-Citando una frase de su ensayo, ¿en qué momento de la historia, “hablar de dinero cuando uno escribe, pinta, compone una canción o crea se hizo de mal gusto”?

-Aunque el contexto de los trabajos creativos está transformándose, aún perviven herencias que legitiman que los autores ya están pagados con la satisfacción de ejercer, en tanto es una labor que gusta (escribir, componer, pintar, crear...), su mera ejecución compensa. Es una idea que ha asentado la creencia de que existen profesiones que se pagan y otras que cobran con capital simbólico. Por ejemplo, visibilidad, reconocimiento, aplauso o incluso afecto. Esa forma de pago condena a que solo pueden dedicarse a estos trabajos quienes tienen dinero o tienen otros trabajos, de forma que se alienta la idea de que los pobres no pueden crear. Igual que cuando un fontanero viene a casa y le pagamos la horas de trabajo, cuando un escritor entrega un texto para un libro, un intelectual imparte una conferencia, un músico canta o un actor actúa, estas y otras ocupaciones requieren hablar igualmente de dinero en tanto son trabajos.

-El bucle invisible, publicado este 2022 y Premio Jovellanos de Ensayo, habla de las “vidas- trabajo”. ¿Lo peor es la propia ignorancia de la situación?

-Las vidas-trabajo es una expresión que ya usaba en mi ensayo anterior Frágiles, para referirme a ese contexto tristemente normalizado en el que muchos vivimos donde el trabajo mediado por tecnología se ha infiltrado de tal manera en nuestra vida que nos hace sentir si eso que tenemos es realmente "vida". El hartazgo y agotamiento de muchos trabajadores que suman sus faenas a la autogestión personal y familiar cada vez más mediada por aplicaciones informáticas, pero también a la sensación de disponibilidad 24/7 en tanto móviles y ordenadores suelen estar encendidos y en tanto generas un movimiento se activan varias respuestas... No creo que se trate tanto de ignorancia respecto a esta situación, sino de haber caído en ese bucle de sentirnos activos pero con la sensación de no avanzar, de quedarnos en el mismo sitio, en todo caso más cansados... Esa dificultad para frenar y desconectar es algo imprescindible y se convierte en un problema estructural cuando por sí solas las personas no pueden frenar. Imaginar usos y formas de control laboral y tecnológico que pongan a las personas en el centro es importante.

"Hemos caído en ese bucle de sentirnos activos pero con la sensación de no avanzar, de quedarnos en el mismo sitio"

-¿Quién domina la tecnología domina el mundo?

-En gran medida el poder del mundo contemporáneo orbita alrededor de las tecnologías. Tecnologías que tanto pueden ayudarnos y facilitarnos la vida y la igualdad como acentuar formas de desigualdad y conflictos. Ese dominio claramente está en "quiénes" dominan la tecnología que suelen ser quienes acumulan dinero y privilegios como para, llamativamente, ser incluso asesorados por humanos empáticos, a diferencia de la mayoría de humanos que cada vez más son asesorados por máquinas bajo fuerzas monetarias o por empleados precarios que trabajan como máquinas.

-Asegura que “pensar es ir menos de prisa”. ¿Desacelerar es la única vía o hay otras opciones?

-Con seguridad hay muchas opciones por imaginar y por construir colectivamente para mejorar las cosas, pero diría que la mayoría de esas opciones requieren desacelerar como manera de facilitar ese "pensar" colectivo que tanto necesitamos.

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